Día 200: Iron Man (Tony Stark)
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Grandísimo personaje, despreciado por no ser el arquetípico héroe perfecto de mandíbula cuadrada y pasado impoluto que tanto gusta a los gañanes como Morgan.
Un hombre normal y corriente, sin ningún tipo de poderes o habilidades especiales, que se dedica a la venta de armas y un día decide convertirse en una, arriesgando su vida a diario, para ayudar a crear un mundo mejor. Hecho a sí mismo, pero cargado de debilidades, carencias, errores y fracasos. Tan válido como héroe desprendido de su propia seguridad como de pseudovillano de métodos más expeditivos y resoluciones contrarias a la moralidad perfecta. Su ambigüedad, sus claroscuros, su dicotomía entre héroe de hierro y hombre de carne y hueso, van mucho más allá de lo que el 85-90% del lector de cómics medio es capaz de tolerar mentalmente.
Otra de las infinitas pruebas de que Stan Lee era un magnífico creador. ¿Su único lastre? Una alarmante falta de etapas de calidad, si bien tiene su principal baluarte en la solidísima combinación Michelinie/Romita/Layton y su dignísima a la par que brillante por momentos continuación orquestada por O´Neil.
Confiemos en que Slott lo saque del pozo