Imaginaos que, por ejemplo, en un diálogo de un cómic sesentero mencionan a Frankie Avalon y el traductor cambia esta referencia cultural (seguramente porque piensa que el lector medio de cómics no sabrá quién es) por su cuenta y riesgo y de repente pasa a ser, por decir alguno, Antonio Machín. Y se quedan tan anchos. Esto no me parece profesional y sí totalmente deleznable. ¿Qué clase de respeto al texto original es ése? Seguro que el mismo traductor que hace esta barbaridad, ni se le pasa por la cabeza alterar un texto en una novela. Ahí no, pero en un cómic vale todo.
¿Imaginaos?

¿Para qué? Basta con echar un vistazo al primer tomo del
Miracleman Marvelman de Alan Moore para ver como el "Up, up and away" del Superman clásico de los 50 ha pasado a ser el "Hasta el infinito y más allá" de Buzz Lightyear en Toy Story.
Una referencia de nada más y nada menos que Alan Moore, en una de sus mejores obras y que hasta hace nada era impublicable por motivos legales, siendo casi un santo grial para el género superheroico moderno.
En el que, encima, se les cuela una página entera con los bocadillos de diálogo en blanco.
Y se quedan más anchos que panchos.
Solución: Aprender inglés, adquirir el material original, y que le den por saco al mercado editorial español de comics extranjeros.