Acabo de leerme el escuadrón suicida #10 de Ostrander, por el hype que habéis generado con esta etapa, y no sé si está planteando semillas para más adelante, o se ha pasado la caracterización de los personajes por dónde le ha interesado
No sé qué me chirría más si
Sorry but you are not allowed to view spoiler contents.
Este es un caso complicado, porque introduce a un personaje fundamental en DC en una serie de personajes de segunda y tercera. El problema que surge es que John Ostrander, hace muy bien su trabajo, se toma su tiempo, plantea conflictos complejos, metiendo política e intereses de terceros, problemas reales del momento camuflados, y mucho desarrollo de personajes. Pero hace esto porque tiene total libertad, está empleando personajes que, o directamente ha inventado él, o son villanos que han pasado por las colecciones de sus antagonistas sin pena ni gloria, y que, hasta este momento no importaban a nadie lo más mínimo. Cuenta en varias entrevistas, que él mostraba lo que debería pasar en realidad, que murieran miembros en cada misión, generalmente por errores humanos fruto del egoísmo, el no trabajo en equipo, la mala leche y cosas de esas que ya has podido ver en números anteriores. Al principio podía hacerlo con más facilidad, se cargaba villanos olvidados, que no dudaban en darle permiso para eliminar, porque eran ridículos y no iban a volver a ser usados. Pero no tardó en tener que tirar de villanos de otras series que él llevaba como Firestorm, precisamente para tener esa libertad de poder hacer con ellos lo que le diera la gana.
Entonces entra Batman en la ecuación. Probablemente sea el personaje más conocido e importante de la editorial, y la historia pedía que lo metiera, por el futuro crossover con la Liga de la Justicia, para mostrar más integración en el universo DC, porque no podía existir este grupo sin que Batman se diera cuenta, y porque la confrontación de Waller con Batman serviría para demostrar lo imponente de ambos personajes. Por eso se llega a esa resolución, para mostrar una especie de respeto mutuo; Amanda Waller probablemente sea el personaje de DC que menos quieras tener como enemigo, es una cabrona muy dura de pelar, y aquí se intenta demostrar que puede poner en jaque hasta al mismísimo Batman, pero a la vez, no puedes hacer quedar mal a Batman, es el niño bonito de la editorial, y quizá otra historia le habría hecho quedar por debajo, y se pretende mostrar que llega más o menos a unas tablas, a la vez de que también hay que dejar claro que aunque Waller es una hija de puta de mucho cuidado y controla todo, le tiene un respeto a Batman, un respeto que tendrá que hacerse mutuo en el futuro o seguirán chocando irremediablemente.
Por eso puede parecer una resolución un poco menos trabajada, porque había que llegar de alguna forma a un punto medio entre ambos, y quizá Ostrander no pudo pensar nada mejor. Aún así a mí me gusta mucho este número.
O a lo mejor todo esto es una paja mental mía.