Messala (Stephen Boyd)
Ben-Hur (1959) William Wyler
Le doy un
ocho. Tenemos aqui un villano que es un viejo amigo del bueno, pero que, ambicionado por el poder, decide hacer lo que sea para conseguir sus objetivos. Su antigüa amistad hace que su rivalidad sea mas intensa. Siempre hace subir enteros al villano el que este tenga un pasado con el héroe.
Y ahora, pasemos a lo importante.
Unos de los guionistas, Gore Vidal, tenia problemas para explicar el odio tremendo que Messala Y Ben-Hur desarrollan en apenas un momento. El desacuerdo entre ambos sobre el control del Imperio Romano sobre la provincia ocupada no le parece suficiente motivo. Tenia que haber algo más. Gore Vidal le cuenta al director de la pelicula Willy Willer su idea: Ambos tuvieron una relación homosexual de jovenes, y ahora que Messala ha vuelto, este quiere reanudar esa relación, pero Ben-Hur no esta por la labor. Y entonces un Messala despechado decide vengarse.
Willy Willer pone los ojos como platos. Esta bien, eso no puede salir ni el guión ni en la pelicula, eso esta claro. Pero...hagamoslo bajo mano. Se lo cuenta a Messala (Stephen Boyd), pero NO a Chartlon Heston. Si le contaran a él, tan conservador y recto, seguramente se habria largado de la pelicula (reacción que luego veremos era de esperar).
Asi que, observando la actuación de Messala vemos como le brillan muchos los ojitos, como mira a Ben-Hur. Y luego hábilmente se desliza en el guión algún detalle, esta en su conversación:
Messala: Dije que volvería.
Judá: Nunca creí que lo hicieras… Estoy tan contento (ambos ríen con emoción desbordante, mientras sus brazos permanecen sujetados por las manos del otro).
Messala: Mírate.
Judá: ¡Mírate tú! Volviste como un tribuno. Cuando escuché esas noticias bebí una copa por ti.
Messala: Bebamos otra ahora […]
Tras preguntarle sobre su familia, Messala anima a Judá a demostrar si aún sigue siendo un buen cazador, y ambos logran proyectar dos lanzas al cruce de unas vigas sobre la entrada de la austera habitación. Las puntas de las lanzas quedan unidas en el centro, sorprendiendo a ambos por el exitoso resultado.
Messala: Después de tantos años… todavía cercanos (extiende la mano para felicitarlo, sujetándolo nuevamente).
Judá: En todos los sentidos.
Messala: Eso espero (dice el tribuno mientras da una leve caricia con su dedo pulgar al antebrazo de su amigo).
Luego, al final, cuando Messala yace malherido en la enfermeria, este insiste como un loco que no quiere que le amputen las piernas, porque sabe que Juda vendrá a verlo y quiere recibirlo con su cuerpo entero.
Cuando en los años 90 Gore Vidal desveló todo esto, Heston cogió un monumental cabreo y dijo que todo eso era mentira. Y que Vidal apenas habia participado en los guiones, cosa que contradecia lo que el mismo Heston habia dicho en sus memorias de finales de los 70.