Se nota que te gusta el personaje, comprendes sus motivaciones y conoces su historia.
Poco que aportar a tu lúcido comentario, en realidad solo has traducido a palabras lo que los propios cómics del héroe mostraban en segundo plano, en una macrosaga cuyo inicio algunos estudiosos sitúan en el crecimiento del bigote de Harry Osborn (etapa Lee/Romita) y que se prolongaría hasta la salida de Kristie Watson de la serie (ya en el Spectacular de Conway, early 90's).
Pocos autores posteriores se atrevieron a entrar a machete en esta línea argumental, pero como bien señalas, JMS y Quesada no tuvieron reparos en mostrar, lo que en el fondo muchos lectores ya sospechábamos. No solo Peter mató a Gwen (teoría abonada de forma inmediata por Conway, por ejemplo), sino que lo hizo de forma deliberada y motivada hasta la disculpa.
La pérdida de la Capitana DeWolff no solo suponía la pérdida de una figura de autoridad en la ciudad de Nueva York sino que, sobretodo, hacía saltar por los aires el cuidadísimo plan de alcoba trazado por Peter. Con la Gata fuera de juego, Parker volvía a necesitar de ávida y apasionada compañía femenina. No sería en los brazos de la ya sobreexplotada MJ (la bici del pueblo, todo el mundo la había montado ya) en quien Peter pensaba pasar los años 90's (y lo que aguantase el cuerpo) sino, precisamente, en la Capitana DeWolff, opípara amante a la sazón, tal y como nos revelan las confidencias del siempre creíble Stan Carter.
Al final, apañó Peter con la ya cansina MJ y pareciera que se rendía a la evidencia de la rutina y cierta pérdida de atractivo (cómo llamar si no a su fracaso con Marta Plateada), pero en un movimiento maestro no hizo sino acercarse a su verdadero objetivo, la jovencita (y ya experimentada) Kristie Watson.
Ahhh, qué tiempos, cuando el sello Marvel en un cómic garantizaba unos mínimos de alta calidad, respeto a la continuidad e innegociable presencia de geniales secundarios.
Gran momento, por lo tanto.