He leído
La Patrulla Condenada libro 1 de Gerard Way y Nick Derington.
Inevitable.
Aunque lo intentes, es imposible no comparar esta etapa con la de
Morrison. ¿Aguanta la batalla? Ni el primer asalto. Los juegos de corta-pega de Morrison con las, aparentemente, frases sin sentido, aquí parecen inútilmente pretenciosas y las tramas alocadas se estampan contra el cristal como si fuesen lluvia mientras Morrison se descojona en el interior de la cabaña desde el calorcito que da la chimenea.
Eso no significa que sea un mal comic, claro. Está bastante por encima de la media en lo que a súpers se refiere. Tiene alguna idea muy buena y en mi opinión salva con creces la jornada, pero claro, le lastra tanto el pasado morrisoniano, que al final puede llegar a parecer incluso mediocre. Morrison puso el listón, tan, tan, pero tan alto…
Ya quisieran muchas sagas tener algunas de las buenas ideas que suelta
Gerard Way. El entusiasmo con que aborda la nueva reunión del equipo y lo bien que sabe acoplarlo a lo largo de los números es digno de alabanza, con un desarrollo de personajes elegante y a los que discretamente, va dando más y más capas de personalidad.
El detalle de que
Way consiga hacer un personaje tan agradable, sensible y entrañable cuando es algo construido de “nada”, es muy paradójico y valiente, pero no desentona. Lo de
Danny la calle es para hacérselo mirar de lo bueno que es y ese principio del tomo, con un primer número que te deja con el culo torcido con un león acribillado de flechas… ¿sin color, blancas? y el ladrillo, con la “pista” de lo escrito en su lateral y que no encontrará respuesta hasta casi trescientas páginas después, es magistralmente imaginativo.
Sinceramente, quitando el número del homenaje a los juegos de rol, D&D o lo que sea, que tiene un tono completamente diferente al resto, me ha parecido una obra altamente recomendable y muy disfrutable.
Era inevitable, que diría G.G. Márquez hablando de amores contrariados, hay que leer la
Doom Patrol de
Morrison antes de meterse con la de
Way, pero no hace falta compararlas. Basta con disfrutar de ambas.