He leído
Coleccionable Ultimate Nº 102: Ultimate Spiderman Nº 39: El fin.
Retomo la lectura de la serie tras mi
anterior comentario.
Pues llegué al final. Parecía que esto no se iba a acabar nunca, pero pasito a pasito hemos alcanzado la friolera de 102 tomos, algunos menos en mi caso, completando así de una forma completa lo que supuso la andadura del Universo Ultimate durante nada más y nada menos que 15 años. Aunque ahora pasaré a comentar mis impresiones sobre esta recta final, en líneas generales, creo que lo mejor de este cosmos de ficción está en la primera mitad de su periplo, salvo en el caso de Ultimate Spiderman que hasta este último tomo ha sabido tocar la fibra sensible del lector, además de mantener el interés por las historias. El resto, tras el impulso inicial y salvo honrosas excepciones y casos aislado, fue perdiendo fuelle. Quizá influyeron las ventas, aunque la elección de ciertos autores poco versados en los mecanismos del Universo Marvel o sin demasiado oficio para estructurar historias interesantes. Sea cual sea el motivo, si al principio la mayoría de las series o proyectos respiraban cierta frescura y una lectura amena e interesante, se acabó precipitando en lago tedioso y aburrido, en una lenta agonía que perduró demasiado tiempo, donde ni Hickman ni otros autores de renombre fueron capaces de salvar los muebles. De ese modo, legamos a un final que parecía predecible, pero es la mejor solución cuando algo no termina de cuajar y no funciona. Ya podían ir tomando notas para otras líneas o personajes de la editorial...
Este tomo incluye la parte final del a cabecera protagonizada por Miles Morales, la única que se ha mantenido en unos estándares de bastante altos. Y en esta falsa despedida no iba a ser menos. Por lo pronto, Bendis decide dar carpetazo a uno de los temas que venían coleando desde hace tiempo. el secreto del padre de Miles. Una historia que a mí, personalmente, me ha encantado. Aunque al principio te coge un poco descolocado y te hace pensar si realmente te has confundido de tomo o el título estaba mal o algo. Pero no, es un tebeo de Spiderman. Sin embargo, los dos primeros episodios están centrados en la figura de Jefferson Davis, que resulta ser
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Yo sé que Bendis no es un autor puro de género negro, aunque es evidente que es una temática que le gusta y que no se le da del todo mal. aquí demuestra muy bien esa combinación de crimen urbano y espionaje muy bien urdido, que nos lleva a conocer una época pasada lejos de las mallas y los coloridos superhéroes. No me convence demasiado el trazo de David Márquez, cuyo estilo se ve ensuciado a posta para encajar ne este nuevo entorno, difereciándolo así del momento contemporáneo del cómic. Se le da mucho mejor narrar las aventuras de Miles, pero no obstante creo que el resultado final es muy satisfactorio.
Pero si hay algo que Bendis ha demostrado que se le da bien en esta colección es transmitir emociones. La charla entre padre hijo es lo suficientemente emotiva para humedecerlo los ojos a cualquiera. Además, demuestra que su tratamiento de los personajes es el idóneo cuando reúne a los Jóvenes Ultimates y puedes ver la interacción de superhéroes adolescentes sin sentirte timado. Prácticamente es lo que debería haber sido la serie de Michel Fiffe y no fue. Esa relación entre capa y Puñal, la amistad de ambos con Miles, cuando este le pide consejo a Tandy sobre chicas. En definitiva, esto es lo que realmente ha hecho grande a esta colección, al capacidad de que sus protagonistas empaticen con el lector, sintiéndote parte de esa historia. Es una pena que esto Bendis no lo haya llevado a la practica en el Universo Marvel tradicional, salvo contadísimas excepciones.
Finalmente, y justo antes de que el mundo se acabe y colisione frontalmente con las Secret Wars de Hickman, Bendis se pone a cerrar todas las tramas como el tema de la novia de Miles y que sus padres sean agentes de Hydra. Esto nos lleva a una línea argumental que desemboca en un enfrentamiento contra el mismísimo
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Aunque tengo que reconocer que en ciertos momentos iniciales me costó cogerle el ritmo, quizá por la desubicación que comentaba al principio, más que nada, el algo puramente anecdótico, ya que es sumergirte en la lectura y coger una velocidad de crucero. Sigo pensando que este es uno de los mejores trabajos del autor en cuanto al género de superhéroes se refiere, no solo por los personajes, sino por la elaboración de las tramas, la dinámica e intensidad de la historia y la capacidad para hacerte disfrutar del cómic. La única pega que le pongo es que el guionista ha plantado varias semillas y las ha dejado colgadas, por lo que parece de forma indefinida. Una de ellas es la
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que tras la fusión con Tierra primordial supongo que dormirá el sueño de los justos. El otro es la existencia de un Miles Morales en el Universo Marvel tradicional, que precisamente por el mismo motivo ya no tiene razón de ser. A lo mejor algún día da las claves sobre ambos temas, pero estoy seguro que no será la idea inicial, y no tengo demasiada confianza en que lo remate de forma medianamente coherente. Quizá lo mejor sea que se quede el tema en el limbo sin más.
En la segunda parte del recopilatorio tenemos la miniserie que pone punto final al Universo Ultimate. Un crossover miltidimensional que viene a dar forma a algo que la propia editorial negó una y mil veces que sucedería, pero que con motivo de las Secret Wars se llevó a cabo para poner el broche de oro a la línea. La historia no está mal, y es divertida, aunque no por ello menos predecible. La última parte me ha llegado a resultar un poco cargante, sobre todo con esas llamadas telefónicas que pretenden transmitir cierto dramatismo, pero que no terminan de encajar con los lápices de Mark Bagley, cuyo talón de aquiles es precisamente la elaboración de rostros, con un estilo bastante clónico. Además, esa forma de fusionar los monólogos tampoco termina de funcionar. En mi opinión, Bendis se pasa de frenada en el dramatismo y el resultado es precisamente el contrario: respirar aliviado porque todo esto se acaba. Más allá de eso, no termino de entender que motiva al Castigador, cuya participación en la saga no me termina de convencer. Lo que más extraña es el giro que acaba dando la historia cuando se nos revela que esto no es más un sector del Mundo Batalla del Dios Muerte, otra realidad modificada que debe rebelarse para que todo vuelva a la normalidad. Desde luego es lo más inteligente e interesante que se podía hacer. Tras un inicio más o menos interesante, donde prima el choque entre las diferentes versiones de los personajes, y llegados al punto del inevitable choque, en algo muy similar a una guerra civil superheroica, no había mucho más que hacer sin que el tema cansara un poco. esta orientación da un poco de sentido y afianza el argumento para lo que supone el prólogo de la nueva serie de Miles, ya como parte de la llamada Tierra Primordial. No deja de ser curioso que la sensación final no sea otra que todo esto es para dar cobijo a la única cabecera que estaba vendiendo bien y que no tenía ningún interés la editorial en cerrar. Sea como sea, a pesar de la participación de Bendis, el resultado no ha sido todo lo malo que cabría esperar, sobre todo en un escenario donde hay que mover a tantos personajes, algo que está demostrado que no se le da bien y que él mismo afirmo en una ocasión que no le gusta demasiado.
En definitiva, bien está lo que bien acaba. Llegamos al desenlace de este cosmos de ficción definitivo, aunque realmente no sea más que un nuevo comienzo, con otras reglas diferentes. Aunque nada es para siempre, o eso dice la canción, en Marvel hacen todo lo posible para que eso no se cumpla. Miles Morales es un buen ejemplo de ello.