He leído
Las Tortugas Ninja La serie original Vol. 4.
Tenía muchas ganas de hincarle el diente a este tomo, para ver con mis propios ojos que el importante salto de números no afecta a la lectura. Y, efectivamente, Eastman y Laird retoman a sus creaciones para seguir la continuidad allá donde los dejaron en la última saga contra el Clan del Pie. Aunque también es cierto que al principio el lector puede tener la sensación de que ha pasado cierto tiempo, y en ese periodo han pasado algunas cosas. Quizá lo que más choca es la presencia en el primer arco argumental de Nadie, un justiciero enmascarado con pintas de superhéroe al que ya conocieron las tortugas en
Tales of the TNMT #2, la cual no se ha incluido en estos recopilatorios. Es algo puntual, que no afecta a la lectura, pero no deja de ser un aspecto que a mí no me termina de convencer por aquello de perderse en parte la cronología de publicación de los personajes, estén o no presentes sus creadores, que como queda claro en los textos de este volumen estaban muy liados por el creciente éxito de sus creaciones, intentando controlar lo que se hacía con ellas en otros medios alejados de los cómics. Tanto es así, que no deja de ser curioso que es muy posible que unos personajes del cómic como estos la gran mayoría los conociesen más por las películas, las series de animación o incluso los videojuegos, sin realmente haberse acercado a un cómic suyo en su vida. A pesar de que en aquella época eran creaciones muy recientes.
En este volumen queda patente que la relación entre Kevin Eastman y Peter Laird estaba bastante fracturada, pero hicieron un esfuerzo por volver a escribir nuevas aventuras de sus personajes, dejando el apartado artístico en manos de Jim Lawson y Keith Aiken, aunque éste último recibiría ayuda en el entintado en distintas ocasiones. Solo con motivo del número 50 Eastman y Laird volverían a dibujar un cómic de las tortugas, y según parece, sería el último. Personalmente, de lo que llevo leído hasta el momento, pienso que el dibujo es el punto flaco de esta serie. Es un arte feista, donde las proporciones anatómicas son bastante irregulares, pero que se compensa en cierta forma con la narrativa y los guiones. En esta fase sigue un poco esa línea, aunque el trazo de Lawson me parece mucho más limpio que el de Eastman, sin abusar de los sombreados. Los halagos que se leen en los textos sobre su trabajo me parecen un poco exagerados, la verdad, solo hay que ver esa apatía de los rostros de los personajes, o esas "deformidades" anatómicas en ocasiones. Es evidente que en los rostros y su expresividad tiene una carencia importante. No obstante, debo admitir que sus encuadres y su narrativa sí que me parece notable. Las historias con Lawson ganan en ritmo, ayudado también por la ausencia de diálogos y texto cuando la trama lo requiere. No me atrevería a decir que los aspectos positivos superan a los negativos, pero si es cierto que de alguna manera quedan equilibrados. Las historias están bien, la lectura es muy amena y dinámica pero, sobre todo, sus defectos no son capaces de sacarte de la lectura. No es el trabajo redondo que uno esperaría encontrarse en un cómic de culto y de cierto éxito como este, pero está dentro de los parámetros aceptables y creo que es bastante disfrutable si te gustan los personajes.
Este volumen, además, supone el inicio de la aventura más larga de los personajes contada por sus creadores hasta el momento. Un proyecto muy ambicioso que tiene como objetivo devolver la continuidad a la serie y crear un revulsivo importante en la evolución de los personajes. En este tomo se incluye aproximadamente la mitad de la saga, que tendrá por título "Ciudad en guerra". La historia parte de una especie de prólogo en dos partes en el que comienza a verse que la familia que hasta el momento formaban los personajes protagonistas está comenzando a desgastarse. Hay cierta distensión entre todos, incluido el propio Splinter, lo que de algún modo presagia lo que sucederá en las próximas páginas. Sin embargo, este "prólogo" centra su mirada en Casey, que durante una noche de entrenamiento con las tortugas es atacado en un parque con unos gamberros. Durante la pelea,
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Este hecho traumático marca a Casey hasta el punto de dudar de sí mismo, lo que los autores definen como una búsqueda de su maduración.
Tras este pequeño preámbulo, comienza la saga "Ciudad en guerra", la cual se desarrollará durante 13 episodios, dando comienzo en un número 50, que se caracteriza por la ausencia de diálogos, en un experimento narrativo bastante eficaz y con escenas francamente buenas como esa metáfora del cristal roto con imágenes de los protagonistas, poniéndonos en situación ante la inminente ruptura de lo que hasta hora era un sólido grupo de amigos. De forma abrupta y sin despedirse, cada uno coge un camino diferente, lo que permite abrir a los autores diferentes tramas argumentales con cada uno de ellos. April se marcha con su hermana a Los Ángeles, huyendo de lo que ella afirma que es una vida complicada y llena de problemas, para experimentar en su propias carnes la superficialidad de la sociedad de la Costa Oeste. Fiestas banales, chicos guapos algo estúpidos y un modo de vida al que intenta acoplarse como puede, sin terminar de encontrar la felicidad que buscaba. Por su parte, Casey sale en busca de April para verse atrapado en Goat Head, donde conoce a Gabrielle, la camarera de un bar con la que establece una relación. De ese modo, y como si fuese algo casual, Casey encuentra una salida para reformarse y dejar atrás su pasado violento, aunque como veremos algo de ellos está implícito en su carácter, por lo que no desaparece por completo. Sim embargo, se atisba el comienzo de una nueva vida para él,
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Sin duda, un cambio radical en la dirección del personaje, en el que se comienzan a atisbar trazas de esa maduración que buscaban sus creadores.
En el eje central se encuentran las tortugas, aunque con la importante ausencia de su maestro. Y es que Splinter parece tener sus propios problemas, intentando aislarse con meditación, hasta el punto de quedarse solo cuando todos se marchan. Frustrado por no conseguir alcanzar la fortaleza mental que busca, acaba vagando por unas ruinas hasta que
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Nuestros protagonistas, por su parte, vuelven a la ciudad ante las noticias un aumento de violencia en las calles, provocado todo por el vacío de poder que ha dejado la muerte de Shredder. Además, entre las diferentes facciones del Clan del Pie surgen algunas disputas que se intentan solucionar llenando las calles de sangre. Las tortugas tienen un importante debate filosófico, ya que se consideran responsables de la situación actual, provocando la muerte de inocentes. No obstante, también son conscientes de que no tienen medios para encontrar al enemigo y mucho menos hacerles frente en inferioridad numérica. Esto generará no pocas tensiones entre el cuarteto, que llegará a considerarse poco más que una patrulla vecinal hasta que los ninjas del clan se cruzan en su camino, viéndose envueltos en una auténtica batalla campal a plena luz del día y con la fuerzas especiales de la policía interviniendo. Esto llamará la atención de Karai, la aparente nueva dirigente del pie, que vuela a Nueva York para solucionar los problemas de este imperio criminal.
Como decía antes, es una saga muy ambiciosa, que creo que consigue muy bien captar la atención de los potenciales lectores. Hay un conjunto de tramas interesantes que pretenden explorar el desarrollo de los personajes, combinándose con espectaculares escenas de acción. También se introducen personajes al elenco de secundarios, algunos de cierta relevancia. Todo ello combinado con mucha reflexión, ya no de carácter oriental, ni relacionada con las artes marciales en sí, si no más bien de aspectos cotidianos y que forman parte del drama de la vida. De ese modo, los personajes adquieren no solo una mayor madurez, sino también una dosis de realidad, combatiendo contra sus dudas interiores y afrontando decisiones que no están seguros de tomar. Aquí sin duda, reside la magia de esta serie, que ya comentaba antes que nos es un producto redondo ni mucho menos, que tiene ciertas carencias y algunas irregularidades, pero que también tiene la fuerza de ese tipo de creaciones que acaban convirtiéndose en iconos de la cultura pop, como ha sido su caso. Me ha gustado bastante este tomo, y me parece interesante el desarrollo y evolución que se muestra en estas páginas. En mi opinión, son este tipo de tebeos los que te impulsan después a querer leer más historias de los personajes, creándote un interés por ellos que antes no tenías. Es una etapa muy buena, con su luces y sus sombras, que me alegro que se haya recuperado para que esté al alcance de todos.