Me gusta Almodovar. Como director, estilo y fotografía.
No me gusta nada Almodovar como imaginario de esa vecina puta, transexual, yonqui, con polla y tetas, sidosa y blablabla, que a él le gusta retratar en sus películas. No sé en que punto de la movida madrileña se le fue el último gramo allá, pero esa España que yo no conozco, ni quiero conocer, y que me parece precursora del Salvametodismo de hoy, me interesa one puta mierda.
Esa España que yo creo que no es España salvo en la cabeza de Almodovar.
Eso que llaman hoy esperpento costumbrista y que yo creo que no tiene un copón que ver con el del Valle.
Luego viene la que se la empina y quieren colgarse medallas. Ascazo. Mucho.
Normalmente suelo desconectar el cerebro en cualquier conversación sobre ocio o cultura después de la frase "me encanta la que se la empina" o que recite alguna chorrada sobre salami o mariscos no sé qué. Esa persona deja de tener mi atención por un rato.
Con Almodovar entiendo al menos que el fan es cinéfilo, pero de ningún dominio que yo quiera visitar.
Que como digo, el tío es MUY potente visualmente.
Pero es que no estoy interesado en nada de lo que escribe.