He leído
Los Nuevos Vengadores Vol. 2 Nº 55-56.
Retomo la lectura de esta serie tras mi
anterior comentario.
Llevo un retraso considerable en cuanto a la actualidad Marvel, situándome prácticamente a las puertas de Secret Wars, el punto y final de Hickman en la franquicia vengadora. No obstante, en estos números nos encontramos con la miniserie
Avengers: Millenium, una de las diferentes iniciativas de la Casa de las Ideas poniendo a la venta algunos títulos relacionados con los Vengadores a rebufo del estreno cinematográfico de su segunda película. De hecho, la propia historia del cómic presenta una acusada similitud con el inicio de la cinta. Aunque el punto cardinal elegido es ligeramente diferente, los integrantes del grupo elegidos para protagonistas esta aventura son los mismo que podemos ver en el film, salvo la incorporación de Spiderman, que curiosamente a regresado, audiovisualmente hablando, a su hogar, después de que Sony haya cedido los derechos de explotación del personaje en el cine.
El argumento, obra de Mike Costa, un autor que llegó a la industria del cómic allá por el 2008, presenta una amenaza proveniente de Hydra, que posee un enclave secreto en un lugar recóndito de Japón. Wanda detecta un peligro allí, así que reúne a todo el equipo para investigar, descubriendo que la organización criminal protege en secreto un portal temporal que utilizan con aviesas intenciones. Esta facción de los Héroes más Poderoso de la Tierra deberán enfrentarse a los esbirros de Hydra en diferentes puntos temporales de la historia de Japón, con tal de evitar que
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Tengo que reconocer que la historia tiene un punto de partida interesante, pero a medida que se va desarrollando el concepto va perdiendo fuerza e interés. Además, lo que parecía un guiño a conocidas sagas de la historia del grupo, por las cuales hace un buen repaso
Julián en el Spot On, parece más un guiño a las viejas películas de monstruos japonesas. Lo peor de todo, es que no se acaba de explicar el objetivo de Hydra,
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Si bien es cierto que la utilización del concepto de los viajes en el tiempo se utiliza con cierta coherencia, tanto la resolución de la trama como el tratamiento de los personajes, algo exagerado en esa relación entre Spiderman y Ojo de Halcón, dan como resultado una miniserie pobre y bastante prescindible, que no deja de ser un producto de
marketing cinematográfico sin demasiado interés para el Universo Marvel.
En el apartado gráfico tenemos Carmine Di Giandomenico, el cual me ha parecido un clon malo de Leinil Francis Yu. Empieza de una manera aceptable, pero a medida que avanza la miniserie se vuelve más irregular, menos definido, con un trazo más grueso pero sin demasiada definición gráfica. Lo dicho, una miniserie para olvidar.