Jim Lee no es un maestro de la anatomía, ni del encuadre, ni de la narración, aunque no sea tampoco un tuercebotas en ninguno de esos aspectos.
Pero al César lo que es del César, es jodidamente espectacular, sabe cómo hacer que un cómic funcione y que guste mirarlo. No será el mejor de los dibujantes, pero sabe lo que hace pero que muy bien.