Pos fale, pero porque tú lo creas, no desmerece mi opinión, sobre todo si no expones los motivos para desdeñar de esa forma una opinión personal y subjetiva, si se me permite la crítica a tu comentario.
Vale, me explico
Suele pasar que muchas veces, cuando una obra no tiene una intención clara, o no alcanza la notoriedad deseada, sus seguidores recrean una lectura propia, totalmente válida si hablamos de que cada uno lee lo que quiere leer, pero que no podría estar más lejos de la intención del autor. A mí mismo, y fíjate la chorrada, me ha pasado más de una vez, que un periódico, un lector o un periodista, me han sacado un simbolismo de algo que haya escrito, a lo cual me encojo siempre de hombros con un "claro, claro", porque ni se me había pasado por la cabeza. A veces, el simbolismo encaja perfectamente, y comprendo que la idea no es mala, pero eso no significa que lo haya hecho conscientemente.
Ahora bien:
En una de las relecturas, me fijé en que la primera viñeta y la última son las mismas, es decir, el comic empieza como termina. Como si fuera algo cíclico, la clásica serpiente que se muerde la cola u ouroboros.
Hay muchísimas historias que tienen esa estructura, que no es en absoluto cíclica, sino simplemente de broche.
Da cierto empaque a un final, aunque es un recurso sencillo y fácil de impostar.
El Joker le cuenta un chiste a Batman sobre dos locos unidos por las circunstancias cuando éste le detiene, y sorprendemente, ambos se ríen. En ese momento Batman siente que se ha producido un pequeño vínculo de complicidad entre ambos que provoca que, después,se acerque al Joker en prisión y le diga: "Joder, incluso nos hemos reido juntos, esto no tiene por qué seguir así hasta que nos matemos el uno al otro". O como refiere más adelante el propio Batman: "¿Cómo pueden odiarse tanto dos personas sin conocerse?".
Lo que me resulta absurdo e inverosímil es que mezcles metalenguaje con narración, haciendo que la metáfora se convierta en un recurso argumental que incluso afecta, no ya a la historia, sino a la forma de ser de los protagonistas.
Esto no es Looper. No hay viajes en el tiempo, ni nexo místico, ni habilidades extrañas, ni un lapso temporal. No es ci-fi.
Por tanto, no te puedes tomar como literal que Moore establezca una paradoja metanarrativa, estableciendo conceptualmente que Batmn y el Joker están condenados a enfrentarse siempre. El personaje no puede saber lo que sabe el lector, y es confundir distintas capas de narrativa, mezclar simbolismo estético con narrativa argumental. Ese es el primer error de bulto. Ya que Batman no viaja en el tiempo, ni los dos se meten por el charco que resulta ser un nexo entre todas las realidades. Puedo comprarte el simbolismo (de hecho creo que lo hay, es evidente) pero nunca todas las reflexiones y justificaciones para lo que lo usas.
Pero entonces, aparece la pintura blanca en las manos de Batman que indica que el Joker le ha vuelto a engañar, a él y a todos. Y entonces Batman rechina los dientes dándose cuenta de lo ridículo de su intento de empatizar con alguien como el Joker.
Y todo vuelve a empezar.
Ya descartado. Habría que explicar, no obstante, como todos estos hechos pueden crear un Batman tan estúpido, indolente, idiota y pusilánime, que cuando han violado, mutilado, arruinado, a una de sus mejores amigas, no solo no se lance sobre ella para consolarla, sino que encima, trate a su agresor con cariño, paciencia y dulzura. Rasgos que no son en absoluto acordes al personaje. No es Superman, ni el Profesor-X, ni siquiera Spider-Man. Y es que ninguno de estos siquiera ha llegado a tanto. En cambio, para este Batman, su relación con el Joker parece mucho más importante y digna de ser salvada, que la que mantiene con Bárbara.
Ese es otro de los grandes defectos que veo en la obra, no solo cómo hablen o se expresen. Que en tamaño punto de inflexión, el personaje reaccione como lo hace.
Esa es una de las ideas principales que creo que quería reflejar Moore en referencia a la relación entre Batman y el Joker, planteando que, en realidad, es un eterno y cíclico juego de gato caza a ratón entre dos personas que en realidad, tienen muchísimo en común ya que ambos tuvieron "un mal día" que los volvió locos; juego de caza que, con el paso del tiempo, ha acabado siendo totalmente propiedad del público que lo consume, tanto que se podría decir que dicho público incluso marca la pauta de lo que quiere que el guionista le muestre, y que, por ello, como concepto, guardaría más relación con enfrentamientos entre personajes absurdos como Tom y Jerry o el Coyote y el Correcaminos que con una historia épica de rivalidad y confrontación entre un superhéroe y un supervillano
La comparativa es desacertada y se había hecho antes mil veces mil veces mejor.
Ni ambos tuvieron un mal día (lo del Joker es una chorrada), ni ambos están "locos".
Que Moore piensa que estos tíos son tan inconsistentes y bidimensionales como el Coyote y el Correcaminos, por supuesto.
Y ya que estamos, lo que dije en su día y mantengo:
Por qué no me gusta La Broma asesina
1-: Batman en Arkham. Será quien sea, pero ese tío no es Batman. Ese hombre ratón que se acerca a su mayor enemigo para charlar, como quien habla con un amigo de la infancia, que llegado el momento le coge la mano tiernamente incluso, y que cuando se enfada dice cosas como "llorica baboso", en una impostura amanerada y falsa, que no me extraña que ponga en duda a veces su orientación sexual. Demasiado rígido, artificial, tenso. Como la imagen distorsionada de quien ha oído hablar de Batman de oídas o cree que es esto lo que se cuenta.
2-: Ese Joker llorón y frigorífico, inane, pusilánime, calzonazos, idiota y bueno para nada, más blando que una barra de mantequilla en medio de la acera en pleno agosto, será quien diga Moore que es, pero el Joker seguro que no. Sobre esto se ha hablado ya tanto, que no merece la pena recalcarlo más. Ese tío ni es ni nunca ha sido el Joker. Es científicamente imposible. Como decir que Pepe el del Madrid era uno de la tribu de los Brady. Que no.
3-: Todos suponemos que el Joker es cirujano neuronal mínimo, porque sino, no se entiende que nada más disparar a Bárbara, empiece a saltar chistes de minusválidos como un descosido. A ver chaval, que le acabas de disparar y en la mayoría de casos, los mejores especialista tardan lo suyo en dictaminar si una herida, disparo o impacto, han dañado la columna o los nervios del paciente. Moore chico, ya sabemos que tenías ganas de soltar el gag de lo más relevante de tu historia al postrar a Babs a la silla de ruedas, pero el ansía viva te ha podido aquí. Vaya metida de pata de novato del 15.
4-: Lo dicho; alguien ha matado a Bruce Wayne y se ha puesto su capa. ¿La escena del hospital con Bárbara? Soy yo ella y le parto la cara. El palo que tiene metido en el culo este impostor tiene que llegar al metro veinte. La cara debe estar sujeta con cera, si no no se entiende que tengas esa actitud de gilipollas al estar a solas con una de tus principales amigas que se acaba de quedar jodida. Por cierto, se confirma que lo que el Joker vaticinó nada más disparar, el especialista ni siquiera lo sabe seguro. Grande el payaso cirujano.
5-: El plan de la banda del patio tiene que ser el más imbécil jamás orquestado. ¿Para qué llevan al "Joker"? ¿De qué les sirve? ¿Cómo planeaban cargarle el muerto si no había gente, y si la había, que obviamente no sirve para nada y mueren acribillados, para qué lo llevan? Si no sabe por dónde va ni hace nada. ¿Y la Capucha? Ya; para cargarle el muerto. Pero si no había nadie, para que la lleva, y si había alguien, por qué mueren acribi...En fin.
6-: Locura express. Creo que la escena de conversión del "tío ese" en "el Joker", es la tontería más gorda que se ha hecho nunca en el origen de un villano, más en plenos 80. ¿Te vuelves loco por qué exactamente? Tu esposa muere y sigues, te coaccionan al atraco y sigues, te dispara la policía y sigues, te encuentras a Batman (oh sí, que mala bestia mal educada y mastica niños que sale en media viñeta a través de tus ojos de forma ridícula y que te saluda con un "volvemos a encontrarnos". Jodidamente aterrador, sí) y sigues, y la gota que colma el vaso es...que se te ha puesto el pelo verde. Prrttt. Vale. Pues dale.
7-: Batman saca una probeta del cinturón para combatir el ácido que el Joker le lanza. Sin comentarios. Hola, ¿Son los ochenta? Ha llamado Adam West, que le devolváis las tramas.
8-: Ay. Llegamos al peor monólogo del tebeo. Un "Joker" horriblemente lúcido sermonea a Batman sobre la locura tal o la locura cual. Un "Joker" que de nuevo es de todo menos Joker. Un loco que se define así mismo como loco y que no hace ni dice ninguna locura. Más bien parece un vendedor de seguros. La locura de boquilla. Un "Joker" que no habla como un psicótico, que no hace bromas de bebés cercenados, ni de castraciones con agujas, ni de fetos malformados, ni del cáncer, ni de nada parecido. Un "Joker" aburrido, pagado de sí mismo, idiota, y terriblemente vulgar. Un "loco" sin magia, sin mística, sin simbolismos ni caos alguno, un miembro de la ONU que ha venido a dar un discurso. Simplemente...a este tío también le han pintado la cara de blanco y lo han plantado ahí. Pero de Joker tiene poco.
9-: El célebre chiste del charco. Creo que son las peores páginas de todo el cómic. Leer a este "Joker" contar el chiste tartamudeando y con una lucidez impropia ni siquiera de Dos Caras, da mucha pena. Es como oír contar un chiste a alguien que no tiene ni puta gracia. Sonríes incómodo e intentas seguirle el hilo como si no lo estuvieras pasando mal. Como si no te diera cierta vergüenza ajena. Pero aquí el "Joker" sigue y sigue. Demostrando que es exactamente el mismo que vemos en el flashback (de "uno de tantos orígenes posibles" mi ciruelo, porque al final del cómic el "Joker", acaba hablando exactamente igual que el sosias de su alterego humorista. Palabra por palabra, lo que valida que Moore da esa historia por buena...historia que además ocupa la mitad del cómic, como para no ser la que da por buena el barbas, vamos...). Ese Batman cercano, amable, al que solo le falta invitarle a una taza de café con galletas. Que cariñoso oye. Más que con Babs y Gordon. Por favor. Ni que fuera el encargado de un comedor social. Batman no le ha hablado con esa ternura al Joker en la vida, y menos después de dejar en silla de ruedas a una de sus mayores amigas y aterrorizado y humillado al padre de esta. Solo hay que irse a otros encontronazos del murciélago, para ver cómo reacciona cuando uno de sus sparrings ocasionales se pasa de la raya y la lía parda. Las hostias vuelan, y un Bruce con los dientes apretados como Liefadas, no para de machacar hasta que el otro cae hecho un guiñapo. La conversación última entre "Joker" y "Batman" es tan artificial y falsa como puede serlo. Un broche final perfecto para este cómic.
10-: Y al final la terrible conclusión: Entre viñetas de golpes de pim, bamf, bum, y cuadros homenajes a la batfamilia, vemos la terrible verdad de este tebeo. Estimado señor Moore; no tiene usted ni repajolera idea de lo que es un cómic de Batman. No conoce a Bruce Wayne, no conoce al Joker, ni conoce nada del universo del murciélago. Un crío de 12 años que hubiera visto entera la serie animada de los 90, podría hacer sin duda un mejor trabajo de caracterización y un cómic más fiel al universo del murciélago. Esto es la visión aburrida y distorsionada de una persona a la que se la trae al pairo este rinconcito de DC, que hizo este trabajo por sugerencia e insistencia de su dibujante, y que no ha comprendido jamás un cómic de Batman. Un trabajo, excepto algunos detalles brillantes, realmente mediocre o del montón, pero que aunado a unos errores garrafales en las caracterizaciones de personajes, hace descender el global a una posición nada halagüeña...