He leído Colección Extra Superhéroes Runaways Nº 2: Verdaderos creyentes.
Este tomo recoge los 13 primeros números del segundo volumen de la serie protagonizada por los hijos del Orgullo, aquella organización criminal que gobernaba la Costa oeste estadounidense desde las sombras. Siguiendo el símil televisivo, y tras el éxito arrollador de la propuesta, comienza la segunda temporada de la creación del guionista Brian K. Vaughan y el dibujante Adrian Alphona. Tengo que reconocer que me ha gustado mucho este inicio de colección. Si bien es cierto que esa frescura del concepto inicial no se mantiene del todo, los padres de la criatura mantiene una línea continuista, donde el peso de las historia recae en el carisma de los protagonistas, eternos prófugos de una sociedad que no ve con buenos ojos a unos niños que no respetan la figura de autoridad de los mayores. Prácticamente tenemos el paradigma de la rebeldía adolescente añadiéndoles superpoderes.
A pesar de que Vaughan se aleja un poco de su estilo habitual en obras dirigidas a un público más adulto, en este volumen consigue adjuntar a su historias una pátina de realidad, combinada con el tono superheroico propio de las publicaciones de la Casa de las Ideas. De hecho, una de sus principales características es introducir cada vez más a sus creaciones en el cosmos de ficción de Marvel, reconociendo que eso era lo que deseaba para sus criaturas, a pesar de haberlas mantenido alejadas del foco central del Universo Marvel. Teniendo en cuenta la evolución de muchos de los miembros de este grupo, podemos afirmar que sus deseos se han hecho realidad.
El tomo comienza con una interesante saga que llevará a buen término la incorporación de un nuevo "fugado" a este grupo de inadaptados liderados ahora por Nico Minoru. Se trata de Víctor Mancha, un joven apasionado por los superhéroes que descubrirá, al igual que hicieron sus futuros compañeros de fuga, que todo aquello que creía conocer sobre sus padres era una mentira. Además, se revela que tiene un futuro siniestro, en el que se perfila como el villano más peligroso del planeta, convirtiéndose en un digno sucesor de su padre bajo el nombre Victorioso. La identidad de su progenitor será una de las incógnitas que mantendrán el suspense a lo largo de toda la trama, para que, finalmente, Vaughan demuestre una vez más que el concepto inicial de los Runaways es perfectamente aplicable a nuevas creaciones, incluso hundiendo sus raíces en la historia del Universo Marvel que todos conocemos, sin que por ello se deba perder el respeto al trabajo de autores del pasado.
A su vez, surge una subtrama que sirve de presentación a un peculiar grupo de apoyo que se autodenominan Excelsior, el cual reúne a un más que interesante número de personajes prácticamente olvidados o de poca trascendencia en los últimos años. Lo primero que llama la atención es lo mucho que ha crecido Julie Power, o lo resentido que se siente hacia el gremio Cámara, el antiguo miembro de la Patrulla-X y Generación-X. A estos se sumarían Turbo, Michiko Musashi, y Halcón Oscuro, antiguos miembros de los Nuevos Guerreros, o Phil Urich, antes de caer en las manos de Dan Slott y convertirlo en un villano de nuestro vecino arácnido. Todos se unen con la intención de evitar que los Runaways sigan viviendo una vida de prófugos, en un intento por demostrar que a ciertas edades es mejor no se héroes, aunque para ello todos deban volver a enfundarse el disfraz. Además, serán financiados por un misterioso hombre ne las sombras, relacionado con la órbita de los Vengadores. Una vez más, Vaughan juega la carta del misterio durante toda la saga, intentando repetir la fórmula del éxito del primer volumen, y hay que decir que lo hace con bastante acierto, consiguiendo mantener al lector enganchado a la incógnita.
Tras la unión de Víctor Mancha, Vaughan inicia una pequeña línea argumental donde el centro de atención gira sobre Karolina Dean, cuyos orígenes alienígenas la reclaman para un matrimonio de conveniencia con un skrull, además de comenzar a mostrar sus inclinaciones homosexuales, algo ideal para tener como pareja a un miembro de esta raza con piel de color de jade. En estos números tendremos la presencia del dibujante invitado Takeshi Miyazawa, en el que se puede apreciar su influencia del manga y, que a pesar de su nombre, nació en Canadá. Aunque me gusta más Alphona, cuyo estilo ha ido evolucionando hacia un trazo de finas líneas, cuya única pega que le pondría es su interpretación de los personajes del Universo Marvel que van apareciendo por estas páginas, la verdad es que el canadiense no desentona demasiado y acaba encajando bien dentro de lo que se ha venido a denominar amerimanga.
Finalmente, nuestros protagonistas van de visita a Nueva York para intentar ayudar a Capa, que es acusado de haber agredido a Puñal, la cual se encuentra en coma. Además de la presencia obligada de los Nuevos Vengadores del momento, liderados por el Capitán América, tendrán un peculiar encuentro con Spiderman y aún más divertido encontronazo con Lobezno. Pero lo más importante es que se infiltran en el comercio de la ciudad para descubrir la venta de una sustancia que combina la droga experimental que le dio poderes a Capa con la Hormona de Crecimiento Mutante. Utilizando sus poderes o sus lazos sanguíneos con una organización como el Orgullo, consiguen enfrentarse a un poderoso enemigo cuyo leit motiv es el amor; uno con tendencias sociópatas, todo hay que decirlo.
El tomo cierra con un especial del cómic gratis estadounidense, en el que los Runaways se encuentran con la Patrulla-X, que tras el Día M está interesada en mantener a los mutantes bajo un mismo techo. Como era de esperar, ambos grupos tienen un encuentro amigable y pacífico, donde intercambian sus puntos de vista sobre la marcha de Molly Hyes. Bueno, esto es el Universo Marvel, ya os podéis imaginar el resto. Lo más destacado de la historia es la presencia del dibujante Skottie Young, que a mi parecer está horrible en este trabajo. Me encanta su estilo actual, y si no miro los créditos realmente no me lo creo, pero posiblemente sea lo peor que mis ojos han visto que haya salido del tablero de este ilustrador. Seguramente porque ese toque cartoon no acaba de encajar demasiado con los personajes. Un auténtico horror, que la verdad es que hace juego con el guion...
Estoy un poco desconectado de la actualidad, y no sé si se ha publicado ya el siguiente tomo de la colección, espero que sí, porque hay una subtrama en ciernes que parece orientada a recuperar al Orgullo con nuevos integrantes, perfilándose como los nuevos enemigos de los Runaways, dejando al lector con la intriga de cual va a ser su desenlace. Aunque teniendo en cuenta el tiempo que tardó en salir este segundo volumen, todo parece indicar que el grupo no ha tenido muy buena acogida en este formato. Es una pena, porque la serie está francamente bien, ofrece un acercamiento fresco al género y te permite ver como nuevos personajes interesantes se integran en el Universo Marvel, algo que por desgracia no suele pasar muy a menudo en la antaño Casa de las Ideas. Espero que los lectores no hayan seguido el título al pie de la letra, porque la huida es el primer signo de cobardía; y si hay algo por lo que se caracteriza la obra de Vaughan es por su valentía y por su amor por los cómics. Así que, igual estáis corriendo hacia el lugar equivocado...