Pues yo os voy a decir que os dejéis de mandangas y de tonterías y leáis y punto, oñio.
Cómics y recomendaciones; ambas.
Porque la persona que se cierra en banda
"A mí no recomendarme nada nadie, yo ser muy macho", está haciendo el
carajote y el
papafrita, como decimos en Cádiz. Le siguen recomendando cómics a Claremont, a Morrison, o a Reverte, y va a venir aquí nadie a ir de exquisito. Anda ya.
Uno de los mayores logros del ser humano es el de la comunicación, e igual que un escritor os transmite cuando lo leéis, un buen articulista, escritor o lector, os transmitirá un mensaje determinado cuando le leáis a él o ella, transmitiendo su entusiasmo, emoción, o lo que sea, por la obra que acaba de experimentar.
Eso no solo no es malo, sino que es muy beneficioso y positivo.
Que luego leeréis eso mismo y diréis "pues pa tanto no, pues pa tanto sí" y lo que os dé la gana, que así debe ser. Perfecto.
Pero nunca es malo compartir la experiencia de otros lectores (que es lo que es todo escritor, articulista o fan raso) y aproximarse a un tebeo a través de su mirada.
Yo llevo veintitantos años de lector de cómic, y sigo prestando oídos a quienes los merecen cada vez que doy una vuelta por ahí. Me gusta que me aconsejen cosas, me gusta leer a quienes saben transmitir sus emociones, y a quienes son capaces de analizar un tebeo y sacar sus virtudes y defectos.
Así que eso, menos tontería y
mijitismo, que a veces queremos ser más papistas que el papa.
Y dicho eso; a comentar y recomendar novedades, ea