Tras varios días de lectura, he leído
Torpedo 1936 Integral.
Creo que no voy a descubrir nada nuevo si digo que el contenido de este tomo es maravilloso, y ofrece la posibilidad de leer de forma íntegra todo los relatos del personaje, los cuales tuvieron una variopinta vida editorial, saltando de revista en revista durante años. Me ha gustado mucho, me lo he pasado genial, pero también me ha sorprendido un poco. Aunque esta sorpresa en sí no ha afectado a mi valoración sobre la calidad, me ha llamado mucho la atención que no se destaque demasiado uno de los aspectos de la obra: su carácter humorístico. Los diálogos de Abulí son sencillamente geniales, siendo capaz de imprimir un humor negro e irónico, cargado de sarcasmo en un personaje tan particular como Luca Torelli, un criminal de los años treinta de manual. No obstante, es capaz de utilizar su vocabulario callejero, repleto de jerga típica de la mafia, e inculto en una constante sucesión de pullas sarcásticas con su interlocutor, convirtiéndose en el rasgo más característico del asesino a sueldo y el que quizá le imprima un carácter más humano, consiguiendo conectar con el lector. Porque si no es inexplicable que alguien pueda sentir el más mínimo aprecio por un asesino a sangre fría, violador y sin ningún atisbo de sensibilidad por el prójimo.
Pero la magia de esta obra no solo reside en el carisma de Torpedo, sino en la utilización los elementos típico del género negro con mucho acierto. Quizá, bajo mi punto de vista, hay momentos en los que los autores se pasan de rosca en la utilización del sexo, o en la forma de tratar a la mujer como algo tan desechable como cualquier objeto por parte de los personajes, aunque siempre me ha parecido ver una justificación argumental dentro de un contexto. A pesar de ello, y en el fondo, siempre me queda un resquicio del pensamiento que la etiqueta "para lectores adultos" no estaría ahí si no se emplease tanto el sexo de forma explícita y en ocasiones con bastante crudeza, aunque esté totalmente justificado, como decía antes. Al fin y al cabo, es uno de los homenajes al cine negro más clásico, donde el "héroe" abofeteaba a la mujer y después le daba un beso. Además, no es el único guiño de los autores al cine más clásico, ya que podemos ver títulos de cierta relevancia, con actores como Clark Gable, en las carteleras de los cines de fondo, así como en esa forma tan audaz de títulos las historias, casi siempre cargadas de un doble sentido, al igual que los diálogos. Incluso se puede ver un guiño a Lucky Luke, introduciendo a una versión de los hermanos Dalton por parte de los autores. Y es que, aunque no lo parezca, Torpedo también es una obra referencial en los pequeños detalles.
El apartado gráfico a mí me ha gustado mucho. El trazo de Jordi Bernet muestra una combinación entre el realismo y la caricatura, clavando perfectamente el estilo que esta serie necesita. Da igual que veamos a una bella y curvilínea señorita capaz de levantar pasiones en el lector, que una persecución en coche, escenas de acción u otras con cierta dosis de humor o más crudas y dramáticas. El dibujo es sencillamente perfecto y a pesar de que las dos primeras historias son de nada más y nada menos que Alex Toth, tras su marcha por ciertas desavenencias con el guionista, realmente no se le echa de menos en absoluto.
Si bien es cierto, como han comentado algunos compañeros, que la corta de extensión de la mayoría de las historias no permite demasiada profundización en los personajes secundarios, Torpedo sí que es plenamente desarrollado, al igual que su socio. De hecho, veremos historias que nos van rellenando los huecos de la infancia y ciertos momentos de la vida de Torpedo, y en menor medida las de Rascal. Además, ambos quedan perfectamente perfilados a medida que pasan las páginas. De todas formas, en mi opinión, creo que esta obra va mucho más allá del escenario y de las historias, dejando un poco de lado a los personajes, salvo a la pareja de protagonistas. Aunque no me disgusta el carácter episódico autoconclusivo, sí que me hubiese gustado ver en más de una ocasión trabajos de más larga trayectoria y con un afán más serializado. Creo que se le podía haber sacado un mayor provecho. De todas formas, el tomo, más de setecientas páginas, se lee en un suspiro y cuando te das cuenta estás totalmente enganchado y no puedes parar. Pensé que tardaría un poco más, pero no ha sido así. Si llego a disponer de un poco más de tiempo me lo leo en dos días como mucho.
En definitiva, un tomo muy recomendable; un tebeo patrio de calidad que no debería faltar en ninguna biblioteca. Por cierto, la edición de Panini es una auténtica gozada. Aunque el tomo pesa un poco, no me ha resultado incómodo para leer. Pero lo más importante, este tocho transmite una sensación de robustez que me parece algo inaudito, teniendo en cuenta lo que hemos visto en otras ediciones de la editorial. La encuadernación no emite sonidos extraños, permite la apertura del tomo sin problemas y ese acabado como de piel le permite cierta flexibilidad. No es un tomo barato, pero creo que es una edición que bien merece ese precio. Sin duda, un tomo para toda la vida.