Buenas

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Hace un par de meses, poza gonzalez me pidió que cuando terminase de leer el Thor de Walter Simonson, lo puntuase numéricamente en este hilo.
Cuando termines de leer todo el Thor de Simonson, me gustaría, si te es posible, que lo evaluaras del cero al diez.
Ese momento ha llegado.
La estructura argumental. No sé si Simonson tenía planificado todo lo que quería contar, o si fue improvisando. El clímax de la etapa tiene lugar prácticamente al principio de la misma. El resto, trata de las consecuencias, y de como éstas afectan a Thor y al resto de personajes de los Nueve Mundos. Para un lector que huye de la fantasía cósmica y de relatos sin asideros verosímiles, es un placer asistir a un ejercicio de lógica mitológica por parte del autor, a su esfuerzo por evidenciar que lo que ha pasado es verdaderamente grande. No porque lo indiquen los textos de apoyo. No porque lo griten los personajes. Si no por que algo, todo, ha cambiado. Y recorreremos esos caminos. Junto a Thor. Junto a Balder. Junto a Simonson.
El relato iniciático. Sí, es cierto que anteriormente había cientos de números previos de colección. Pero me da igual. El primer acierto de Simonson era tan obvio como necesario. Adiós a Donald Blake. Adiós también a la figura paterna. Adiós a Midgard, prácticamente. Thor debe ganar ahora su destino. Y debe hacerlo, fundamentalmente, en el mundo mitológico. Al completo. Midgard es casi un capricho, una diversión. Ya no hay tiempo para eso. Y la colección despega. Porque no se trata de un Superman con martillo. Se trata de un Dios vikingo.
La motivación: En una historia, ésta, tan dada a nobles guerreros y viles malvados, Simonson les da un cierto sentido a todos los personajes que aparecen. Sí, algunos parecen malos malísimos... pero no lo son. Todos tienen sus propios intereses. Por eso se van tejiendo juegos de alianzas y de poder. Desde el punto de vista del lector, Thor puede ser "el bueno". Pero todos los aparentes villanos tienen sus propias razones para actuar como actúan. De la misma forma que Thor tiene las suyas. Y Thor lo sabe. También Balder.
La epopeya: La etapa funciona como una enorme e inabarcable historia río. Más, mucho más que la inmensa mayoría de etapas Marvel. No hay apenas ningún punto de corte. No se puede dejar a medias, ni dividir de forma cómoda. En este sentido, me recuerda a la Saga de Conan y Belit. Se han publicado cientos de cómics del personaje tras éste... pero lo cierto es que si la colección hubiera terminado en el último número de Simonson, hubiera sido un excelente final.
Las historias: Muchas. Calidad desigual. Pero siempre con unos mínimos, claro. Y cierto cansancio al final. A destacar, para mí, el viaje a Hela. La espada de Frey es deliciosa, por cierto. La de Bill Rayos Beta, más mítica que realmente buena. Y muchos números muy buenos. Unitarios, con continuarás... de todo hay en la etapa de Simonson. Los fill in también interesan.
El dibujo: El de Simonson, tosco, desproporcionado, sucio, personal y espectacular. El de Sal Buscema, correcto, sobrio y aburrido. El dibujo de ambos es, de largo, el punto más bajo de toda la etapa.
Algunas cosas raras: Metralletas en Hela, la nueva identidad civil de Thor... detalles que chirrían...
El impacto: Casi absoluto. De la misma forma que John Byrne con Fantastic Four o Stern/Romita Jr. con The Amazing Spider-Man, Simonson tomó una colección mítica, que había gozado de grandes etapas clásicas, pero que ahora se arrastraba en la decadencia, y la hizo suya. Ellos no crearon esos personajes, pero les insuflaron vida de nuevo, constituyéndose como referencias fundamentales para el aficionado y para los propias colecciones. En este caso, posiblemente Simonson fuera más allá que sus compañeros.
El lugar: Para mí, es una etapa fundamental de Marvel, se circunscriba la clasificación a los años ochenta o no. Dentro de su década, la pondría claramente por debajo del Daredevil de Miller y Uncanny X-Men de Claremont/Byrne, por debajo quizás de Fantastic Four de Byrne y bastante a la par con Amazing Spider-Man de Stern/Romita Jr. Pero más allá de estas clasificaciones, yo me quedaría con las palabras del buen Tugui:
Adoro el Thor de Simonson, y lo tengo muy arriba en mi lista de cómics Marvel preferidos, muy, muy arriba, pero no porque me parezca una incuestionable obra maestra del cómic. No se trata de unas de esas obras que trascienden el género, elevándose por encima del bien y del mal. No. Es simplemente el paradigma de lo mejor que puede dar el cómic de superhéroes puro y duro. Considero que no se le puede pedir más a un cómic de género. Coger esos cómics, tirarte en el sofá o en la cama, y disfrutar hasta decir basta de un conjunto de historias más grandes que la vida, con las aventuras y desventuras de un dios mitológico metido a superhéroe. Sin duda alguna, una CUMBRE de la historia de Marvel.
O, como diría el escéptico Essex: Son cómics muy cómics. Y bastante buenos, añado.
Mi puntuación: Un 7,9.