Me alegra que me haga esa pregunta, señor presidente:
Que en un adulto, con esa edad, una psicosis tan completa y profunda, como es la del personaje más sádico, horrible, desquiciado, amoral y sanguinario del mundo del cómic, sea propiciada por un puto microondas.
A ver si nos enteramos (señores guionistas):
Esto:
No se convierte en esto:
Pero ni de puta coña.
Esto:
No se lo cree nadie.
Y esto:
No es esto:
Se ponga Moore como a él le salga del pepino.
NO. Pero que no.
Los tres casos son el mismo:
Tres gilipollas de remate que pasan mágicamente a molar lo que no está escrito (precisamente; no está escrito) porque yo lo valgo.
Y el caso del Joker es el más sangrante.
El vestido, el pelo, la fuerza física, lo que se quiera, me lo puedo creer.
Pero es que la personalidad no cambia de un día para otro, ni en el cómic de supers, ni en ninguna otra ficción. Cojones.
Es química, mental, literaria, ficcional, realmente imposible que ESE personaje sea el Joker.
I-M-P-O-S-I-B-L-E