He leído
Trouble: El secreto de Tía May.
Se trata de una miniserie de 5 números que vio la luz entre 2003 y 2004, dentro de la línea Epic, que surgía en cierta forma a modo de homenaje de aquella que había fomentado el cómic de autor durante los ochenta en la Casa de las ideas. El proyecto está escrito por Mark Millar, contando con las ilustraciones del matrimonio Dodson, unos artistas muy adecuados para la idea del escritor que no se puede decir que no sea arriesgada, aunque supongo que o se han olvidado de ella convenientemente, o directamente estará fuera de la continuidad oficial.
Desde luego, si había una autor capaz de engendrar un cómic de estas características no es otro que Millar. Hace tiempo que quería leerlo, porque tiene su morbo ver a la eterna anciana tía May en su juventud como una despampanante mujer que a mí me ha recordado mucho a Mary Jane, algo que diría que el escocés lo hace adrede. De hecho, May es una pelirroja explosiva, una joven ardiente cabeza loca que intenta dejar atrás una vida aburrida en Forrest Hills para pasar un verano alucinante trabajando en un campamento para ricos, ganar algún dinero y de paso disfrutar todo lo posible del sexo con chicos de su edad y beber alcohol, lejos de la vigilancia de sus padres. A su lado se encuentra Mary, su mejor amiga, y ambas comienzan una relación con dos hermanos, Richie y Ben. Mientras Mary intenta mantenerse virgen, May no es capaz de tener las piernas cerradas durante mucho tiempo, todo por una predicción de una vidente en la que las dos creen ciegamente. Básicamente es un tebeo de adolescentes, algo picante, donde el autor aprovecha lo más mínimo para criticar los cómics de Superman y su precio, colar algunos guiños a la franquicia arácnida y recuperar parte de la esencia de los clásicos tebeos románticos de la Casa de las Ideas de otro tiempo.
Hasta aquí, pues nada especialmente reseñable, una curiosidad morbosa personal, una lectura más o menos digerible y poco más. No obstante, Millar se guarda un as en la manga y realiza un importante giro en la historia en la que se nos va revelando cual es realmente el secreto de May. En un principio podía ser que había llevado una juventud alegre, sufriendo algunas consecuencias por su imprudencia, pero poco más. Pero es que el guionista es tan atrevido de plantear algo como que
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Como decía, es muy atrevido. Tremenda acrobacia con la continuidad no encaja muy bien por ningún lado. Principalmente porque cuesta ver en esta historia a ciertos personajes cuyos valores y esencias están totalmente desdibujados. No obstante, hay que reconocer que la historia de Millar está bien contada, que en un universo paralelo esto podría haber ocurrido y que si los personajes fuesen otros menos reconocibles ese giro final no se habría visto venir desde lejos, consiguiendo cierto impacto y evitando la previsibilidad del desenlace de los acontecimientos. Estoy seguro que más de uno en su momento se tuvo que tirar de los pelos cuando leyó esta historia. Quizá incluso en otra época yo mismo lo hubiera hecho, pero la verdad es que ha sido divertido por un momento pasar el verano entre adolescentes con la lívido por las nubes. Eso sí, esto no es una lectura invernal, sino algo más apropiado para una época estival con una temperatura más agradable. Lectura ligerita de verano, con el irreverente y atrevido Mark Millar, dispuesto a sacar a la luz incluso el secreto más oculto de una venerable anciana. Ya no hay respeto ni para la tercera edad…