He leído Green Arrow de Kevin Smith, Brad Meltzer y Phil Hester.
Antes que nada quería avisa de que mi mensaje puede contener algunos spoilers, a pesar de que la historia se publicó originalmente hace más de tres lustros, es posible que alguien se pueda acercar por primera vez a ella y lo quiera hacer virgen, por lo que no está de más el aviso, ya que no me parece lógico incluir todo el comentario dentro de un cajetín de spoiler.
Este voluminoso tomo de más de 500 páginas incluye los 21 primeros números de la serie protagonizada por Green Arrow , que arrancaba a principios del nuevo siglo y devolvía al personaje a la primera línea, incluyéndolo en los primeros puestos de ventas de forma meteórica. Y la verdad es que no me extraña en absoluto, porque son unos tebeos francamente buenos. No solo hablo de su calidad argumental o de lo bien elaborada que puedan estar las historias, sino que son tebeos que te llegan al alma, consiguiendo que el lector conecte con los personajes. Son etapas como estas las que forjan los aficionados y las que te incitan a seguir las aventuras de tal o cual héroe. Sin duda, son tebeos con corazón y con los que yo he disfrutado especialmente. Green Arrow es un personaje que siempre me ha gustado, pero es cierto que por una cosa u otra no he leído gran cosa de sus peripecias en solitario, por lo que esta etapa me parece un buen punto de entrada para cualquier lector que tenga interés en conocer al Oliver Queen de las viñetas, ya que parece que la etapa de Mike Grell no hay mucho interés en recuperarla en nuestro país.
Comenzamos con una extensa línea argumental titulada “Carcaj”, cuyo título cobra un mayor sentido a medida que avanza la historia, en lo que me ha parecido una inspirada metáfora. Oliver Queen regresa de los muertos con 10 años de su memoria borrados, por lo que a pesar de sus reticencias, deberá admitir la ayuda de muchos de su viejos amigos para resolver el enigma. Kevin Smith arranca la colección con una propuesta que a priori, y teniendo en cuenta lo reutilizado que se ha vuelto el tema con el paso de los años, a mí me produce rechazo. Sin embargo, el escritor consigue construir una historia que no solo resulta más o menos creíble, aunque haya que recurrir un poco a la suspensión de realidad propia del género, sino que es todo un homenaje a gran parte de la trayectoria del personaje. Una mirada al pasado que sirve para continuar de frente, pero con un máximo respeto hacia la historia del Universo DC. Aunque la inclusión de la faceta sobrenatural de este universo de ficción no deja de ser algo cogido por los pelos, Smith consigue convencer al lector y convertirlo en su aliado. Resucitar personajes no es algo fácil, pero aquí se hace bastante bien, y en cierta forma me ha recordado a lo que hizo Brubaker en su etapa del Capitán América. Además, no todo gira en torno al regreso del héroe de Star City, sino que tenemos temas de corte social como la prostitución infantil, la venta de drogas y un pródigo asesino de niños que aterroriza la ciudad. Una historia muy buena en la que predomina la caracterización de los personajes y el dominio de los diálogos propios de una serie de televisión, algo que domina muy bien el escritor.
En un acontecimiento de estas características no podían faltar personajes invitados. Desde miembros de la Liga de la Justicia, el reencuentro con el gran amor de su vida Dinah Lance, la colaboración con un viejo aliado como Arsenal, el antiguo Speedy, o la presencia de Connor, su hijo, y uno de los grandes exponentes del relevo generacional del Universo DC. Además tendremos a estrellas invitadas del otro mundo, el sobrenatural, como el demonio rimador Etrigan, el Espectro, o Deadman, así como un interesante análisis y reflexión sobre la vida y la muerte, uno de los temas principales a lo largo de todo el tomo. Una gran historia desarrollada a lo largo de 10 capítulos en la que se muestra una evolución del personaje hacia cierta madurez, mientras se establecen similitudes con épocas pasadas, reflejando en cierta forma tanto el cambio de tono de las historias clásicas, como la propia evolución del medio. No obstante, siempre desde la ternura y el respeto hacia el pasado de la editorial y el personaje, por mucho que la mayoría de elementos o incluso de los villanos fueran algo realmente risible. Flechas con funciones de lo más estrambóticas o ese intento de imitar a los gadgets de Batman como el flechacoche (o flechmóvil). En definitiva, una época que se mira con cierto cariño, bebiendo de las grandes fuentes de etapas como la de Mike Grell o la de Dennis O’Neill, junto al dibujante Neal Adams, que supuso un verdadero revulsivo para el personaje, modernizando su aspecto.
Continuamos con “El sonido de la violencia”, una saga en la que se Green Arrow se enfrenta a un villanos de pocas palabras como Onomatopeya, que tras asesinar a una serie de héroes de segunda fila pone sus ojos en el arquero esmeralda, aunque ahora hay dos héroes con ese nombre en Star City. Además, sirve también para tratar en profundidad la relación con Dinah Lance, siempre turbulenta, pero cargada de pasión. Además, sirve para mostrar a un Oliver Queen más humano que nunca, recuperando su faceta como figura paterna con su hijo Connor. A la familia se une Dina, una joven que presentara el guionista en la saga anterior, y que nos muestra una adolescente que se debate entre el padre y el hijo, así como en su fijación por los superhéroes, incluyendo su firme decisión por unirse a ellos en las calles. Uno de los personajes más interesantes de esta etapa y que supone una de las grandes revelaciones en el trabajo de Smith, sobre todo gracias a su habilidad en el tratamiento de los personajes y en la construcción de los diálogos. Una historia que incluye momentos muy emotivos y que supone una reválida para el guionista, que es una pena que se marche de la colección tan pronto, aunque conociendo su particular tendencia a los retrasos a la hora de entregar sus guiones quizá es mejor así, dejando para el recuerdo uno de sus mejores trabajos en el mundo del cómic que yo haya leído.
Finalmente tenemos “La búsqueda del arquero”, la aportación de Brad Meltzer a un título que iba flechado, nunca mejor dicho, y que con su propuesta se mantiene a gran altura. Retomando de nuevo la dicotomía de la vida y la muerte, el guionista utiliza la búsqueda de ciertos objetos relacionados con el pasado de Ollie para iniciar en cierta forma el camino iniciático del héroe que nos abre su corazón en lo que supone la recuperación de su legado para sus seres queridos, si se volviese a producir unas circunstancias que acabasen con su vida. Una interesante y amena historia que hunde su raíces en reflexiones existenciales y que como la mayor parte de esta etapa está cargada de grandes dosis de emotividad, sin perder de vista la acción y las aventuras propias del género, así como el homenaje a la historia pasada del protagonista, por mucho que pueda contener elementos irrisorios y pasados de moda en la actualidad. Sin lugar a dudas, un perfecto broche final para una etapa que te deja con ganas de continuar leyendo la serie, aunque los autores ya no estén ella para seguir orquestando las aventuras del arquero esmeralda de Star City.
En el apartado gráfico tenemos a Phil Hester, que quizá sea el punto débil de esta etapa. No está mal, en especial en cuanto a su narrativa se refiere, pero no es el dibujante que yo hubiese elegido para una etapa de tanta calidad argumental. Me gustó más su trabajo en la Cosa del Pantano, junto a Mark Millar, posiblemente debido a su evolución hacia un estilo más cartoon, que no me termina de convencer. Además de esa irregularidad en cuanto a su trabajo con los rostros de los personajes, en una etapa donde prima la transmisión de emociones. No obstante, una vez que la vista se acostumbra a su estilo, que tampoco supone un escollo para el disfrute del tomo, no es algo que entorpezca en la lectura, hay que admitir que realmente encaja bien con el tono de la serie. Posiblemente sea algo más a título personal que otra cosa, pero sin ser un dibujante que me produzca rechazo, simplemente hubiese preferido otro. No obstante, como digo, es lo único que podría ser mejorable en un etapa que de por sí es bastante notable, sirviendo de punto de entrada perfecto para conocer al personaje, a pesar de que hay muchas aportaciones al a continuidad, creo que se entiende bien por sí sola.
La edición que yo he leído es la de Planeta. Buena encuadernación, bastante sólida, papel de calidad y reproducción sin taras, pero en cuento a edición es bastante mejorable. Incluye un índice muy escueto que ni siquiera acredita a los autores o la procedencia de cada historia. Todavía sigo sin entender porque las licenciatarias de DC en España hacen este tipo de chapuzas en ediciones que son supuestamente de lujo. Creo que no cuesta nada incluir un índice en condiciones, digo yo. Por no hablar de las portadas que se incluyen al final del tomo, sin indicar a que número USA pertenecen, algo que no se puede saber por estás limpias de logos las ilustraciones. Además de lo incómodo que resulta no saber dónde acaba un episodio y dónde empieza otro, aunque solo sea para establecer un punto de descanso en la lectura. Todo esto en un tomo que en su día costó 35 euros. Una edición bastante chapucera, aunque no sea un impedimento para disfrutar de la lectura, de una etapa que me ha gustado mucho y que posiblemente se sitúe entre una de las mejores de uno de los grandes personajes del Universo DC. No me cabe la menor duda que los autores dieron en la diana.