He leído
La leyenda de Grimjack Vol. 4.
Retomo la lectura de esta serie tras mi
anterior comentario.
Este sería el último volumen publicado por Norma editorial, aunque la serie original se prolongaría 60 números más, esta recopilación concluye en Grimjack #21. Teniendo en cuenta que su fecha de publicación es 2008, supongo que no tienen pensado seguir con la serie o ya han llegado hasta donde querían llegar. La verdad es que la sensación es de que llegamos a un buen punto para bajarse, aunque también es cierto que queda en el aire una posible continuación, pero como algo vago y futurible, más propio de una historia que quiere dejar las puertas abiertas a futuras tramas con un final abierto que una continuación a corto plazo.
Como se habrá podido comprobar, bajo mi punto de vista, la serie ha ido aumentando de calidad a medida que avanzaba. En los números incluidos en este tomo llegamos a una fase final en la que Ostrander comienza a dar forma a esas historias que parecían inconexas para convertirlas en parte de un tapiz mayor que desemboca en un saga titulada las "Guerras comerciales". A esta le precede una especie de prólogo en el que Grimjack se reúne de nuevo con su viejo amigo Blacjac para destapar unas luchas clandestinas que implicaban a niños en una arena luchando contra lobos. De ese modo, el guionista vuelve a profundizar, esta vez con más detalle, sobre la infancia y los orígenes de nuestro protagonista, en una compleja trama de conspiración que nos lleva de la mano a esa gran saga que de alguna forma supone el final del primer ciclo de la serie. No solo argumentalmente, sino porque tenemos la marcha de Timothy Truman, que dará paso a autores como Tom Sutton o Steve Erwing. En esos momentos, a pesar de la calidad de los guiones y de estar en un punto bastante interesante, se pierde uno de los factores que han caracterizado a esta cabecera: la cohesión gráfica. Es una verdadera lástima porque, aunque el estilo de Truman sigue pareciéndome demasiado sucio, y bastante inferior al que más tarde desarrollaría en otros de sus trabajos, como Hawkworld, en cierta forma, encajaba muy bien con el tono que imprime Ostrander a su creación. Sin embargo, con las nuevas incorporaciones hay un cambio sustancial, que acaba siendo chocante, aunque sean artistas cuyo trabajo no sea malo en absoluto.
En el apartado argumental cabe destacar la recuperación de la gran mayoría de los secundarios que han aparecido por la colección, dejando atrás la faceta de solitario del personaje, formando un nutrido grupo que deberá hacer frente a una situación que pone ne jaque a toda la ciudad en una guerra de conglomerados comerciales por le poder de Cynosure y su importancia dentro del organigrama pandimensional. Si hasta el momento ha costado ver esta serie como una obra de ciencia ficción alejada de la space opera y más propia del género de aventuras o el pulp, en este tramo final de la edición española, Ostrander pone toda la carne en el asador para poner encima de la mesa una compleja trama con tintes políticos y la revelación de que gran parte de todo lo que hemos leído estaba de alguna manera conectado. Tanto la infancia y el pasado de Grimjack como sus diferentes relaciones con aquellos con los que ha tenido contacto a lo largo de la serie van cobrando forma en una saga de tintes tan apocalípticos como épicos. Resulta curioso que en cierto modo no deja de ser una alegoría al poder que ostenta nen nuestra sociedad los grupos empresariales, principalmente gracias al sistema de consumismo en el que vivimos. Grandes conglomerados empresariales que dominan el mundo y que entran en una guerra sin cuartel por controlar el eje central del Universo, el cual se podría considerar esta ciudad pandimensional, donde la ciencia, la magia y tecnología extraterrestre conviven en una encrucijada de dimensiones tan variopinta como interesante.
Sinceramente, la serie me ha ido atrapando a medida que avanzaba en la lectura, llegando a un punto culminante en este tomo, el cual quizá presenta la lectura más compleja y densa de todos, pero a su vez la más interesante y la que da una mayor solidez al trabajo de Ostrander hasta este momento. La pena es que Ostrander seguiría, en principio con Tom Sutton de pareja artística, y queda en ciernes una guerra en las sombras que podría estar interesante, pero seguramente las ventas no fueran muy allá y Norma decidió dejar aquí la colección. O quizá simplemente tenía pensado recopilar solo la parte con Truman. Por cierto, los derechos los tiene actualmente IDW Publishing, los cuales han sacado varios Omnibus recuperando esta serie, de los cuales parten los materiales de Norma, por lo que la no continuación de la serie en nuestro país no es por falta de materiales. Sea como sea, aquí termina mi lectura de una serie clásica de los ochenta, publicada en First Comics, que a mí me ha parecido muy entretenida e interesante, y que ofrece un material interesante para los amantes de la ciencia ficción más clásica y ochentera.