En Calamity Jane, Sorry but you are not allowed to view spoiler contents.
Este volumen es muy especial por diferentes motivos. El primero de ellos es que supone la entrega número treinta de una colección cuya calidad es cada vez más alta. El segundo es que volvemos a tener como protagonista a un personaje real, el cual es homenajeado al más puro estilo Goscinny. Y por último, estamos ante un álbum en el que tenemos la evolución prácticamente definitiva de Luke y su entorno, con un Morris especialmente inspirado, sobre todo narrativamente hablando.
La cantidad de números que componen la colección hasta el momento no me parece un tema intrascendente, ya que se diría que, llegados a este punto, los autores pueden caer en la reiteración, perdiendo frescura y originalidad, además de repetir gags o secuencias. Sin embargo, la situación es prácticamente la contraria y el nivel de divertimento no ha disminuido ni un ápice. No dejo de reconocer que Goscinny tiene un esquema sobre el que fundamenta su humor. De hecho, sigue utilizando con gran acierto el personaje secundario recurrente como podemos constatar en la figura del periodista, pero el elenco de secundarios es mucho más rico e interesante. Además, a pesar de la clave de humor, realiza una fotografía de la sociedad de la época, reflejando diferentes clases sociales y su comportamiento. Para ello utiliza a la protagonista como nexo de unión, aunque también la pone de ejemplo de mujer capaz de soportar la vida dura del oeste, alejándose del arquetipo de chica indefensa que necesita ser salvada. Calamity sabe arreglárselas muy bien ella sola y lo demuestra en cada momento de la historia.
Curiosamente, en el retrato de mujer hecha a sí mismo, Goscinny utiliza la parodia para mostrarla como alguien propenso a inventarse historias, pero gran parte de su historia está basada en hechos reales. Os dejo un enlace para que si leéis la historia lo comprobéis vosotros mismos.
http://es.wikipedia.org/wiki/Calamity_JaneEl nivel de documentación de Goscinny está al nivel de Charlier en Blueberry, dividiendo ficción y realidad por una fina línea casi imperceptible. Incluso apostaría porque Gomino es realmente Gerónimo, o una versión parodiada del mismo. También añado un enlace para las posibles comparaciones.
http://es.wikipedia.org/wiki/Ger%C3%B3nimoPero lo que realmente asombra es la capacidad de hacer reír, a cada página, que tiene Goscinny. Destacan sus mordaces diálogos, sus situaciones realmente divertidas y la manera en que todo encaja en una trama que tiene un trasfondo tan real como serio: el tráfico de armas y el conflicto con los apaches. Una vez más, los autores vuelven sobre uno de los temas estrellas del género, en el que podemos constatar que el hombre civilizado es el precursor de la violencia motivado por la ambición del dinero. Desde luego, la sociedad materialista en la que vivimos se ha estado gestando desde hace siglos, no es algo nuevo. Si duda alguna, deberíamos reflexionar sobre ello.
Tampoco me gustaría pasar por alto que por primera vez tenemos a una celebridad que se cruza con Luke para convertirse en su amigo (amiga en este caso). Hasta el momento, solo había forajidos y demás ralea, pero ahora traba amistad con toda una leyenda del Far West, la cual roba cierto protagonismo a Luke. Aunque haciendo honor a la verdad, Luke siempre tiende a parecer más un invitado de su propia serie que el verdadero protagonista. Esto es un aspecto que siempre me llama la atención y que no sé si acabaré acostumbrándome. No recuerdo que la serie de televisión tuviese ese enfoque. Esta amistad se forja de una forma extraña, ya que Calamity se mantiene al margen de la investigación, a pesar de que el local que adquiere en una apuesta es el centro neurálgico de la misma. Luke sigue tan astuto como siempre, una de las mejores cualidades del personaje, ejerciendo una labor detectivesca que le permite atrapar a los responsables llegado el momento. No es la primera vez que Goscinny emplea el suspense, aunque el desenlace era bastante obvio, como un elemento más de sus elaboradas tramas.
En el apartado gráfico tenemos a Morris que ha evolucionado exponencialmente desde el inicio de la colección. Sus ilustraciones son cada vez más elaboradas y casi sin darnos cuenta tenemos al Lucky Luke que todos conocemos. Por otro lado, cabe destacar la narrativa excepcional de esta historia en algunas escenas. Desde el principio, Morris ha demostrado ser un gran narrador, pero en este álbum podemos disfrutar de un estilo más propio del género. La escena del pulso es el mejor ejemplo de ello, aunque no es el único.
En definitiva, la colección alberga de nuevo una pequeña joya del cómic europeo, que contiene tanto humor como un sentido homenaje a un personaje que, bajo el prisma de Goscinny, es realmente entrañable.
Por cierto, me queda la duda de si Morris quiere homenajear a algún actor, encarnado en la figura del profesor de modales. Me suena su cara, pero no la termino de ubicar. Igual son imaginaciones mías, claro.