He leído
Petroleo.
Me encanta la manera de resumir que tiene
fanpiro.
En Petróleo se realiza una gran sátira sobre lo que supuso el descubrimiento de petróleo en EE. UU.
La primera curiosidad que me he encontrado, más allá de las erróneas acreditaciones, es que depende de quién haya publicado el álbum, le ha puesto un título u otro. La edición que yo he leído se titula “A la sombra de los “Derricks””. Sin embargo, en la primera página del relato nos encontramos con un encabezamiento que reza: ¡¡Petróleo!! Desconozco cual es el título original pero, leyendo el tomo, he descubierto el motivo de éste. Derrick es una palabra de origen irlandesa que significa horca, pero también fue la elegida para designar los andamiajes que rodean a una prospección de petróleo. Por lo tanto, teniendo en cuenta el desarrollo del tema, la inspiración no iba mal desencaminada, aunque si realmente no es el original, tampoco hacía falta inventar nada; pero ya sabemos como somos de “creativos” los españoles…
Dejando a un lado las curiosidades locales, Goscinny vuelve a utilizar elementos históricos para crear su historia. Basándose en un hecho real, como el descubrimiento del “Coronel” Drake, manteniéndose fiel a la fecha y todo, el autor utiliza este acontecimiento para satirizar, de forma muy acertada, la fiebre por el petróleo. Fijaros hasta que punto de rigurosidad llega Goscinny, que uno de los protagonistas es el propio Drake y la aventura se desarrolla en Titusville. Os dejo un enlace para que conozcáis mejor a esta figura histórica.
http://es.wikipedia.org/wiki/Edwin_DrakePor otro lado, también cabe destacar que, de nuevo, Luke se desplaza de su entorno habitual, ya que del oeste se marcha al este. Algo que hizo de mala gana y que ni a Jolly Jumper le gustó demasiado. Y es que, pese a la desaparición de cierto perro, el guionista ha decidido preservar esa voz en off para los animales, generalmente en contra de los humanos, obviamente. A pesar de la fidelidad incondicional que parece mostrar el caballo, no demuestra tener en demasiada estima la inteligencia de su dueño que, por cierto, parece haber abandonado la ingestión de Coca Cola. Interesante por las fases que pasa el personaje con el paso del tiempo.
El humor, los diálogos, la sátira descarnada, todos estos elementos y algunos más siguen siendo el santo y seña de cada álbum. Creo que no merece la pena seguir ahondando en el tema, ya que sería repetir una y otra vez lo mismo. En mi opinión, diría que se mantiene una misma línea de calidad, aunque dependiendo del gusto personal de cada uno, puede gustar más un volumen que otro. Lo que sí os puedo asegurar, es que todos y cada uno de los tomos que he leído son muy divertidos y sumamente entretenidos. La sonrisa o la carcajada están a flor de piel de manera constante, en mayor o menor medida. Sin embargo, me gustaría destacar un aspecto importante: el villano.
Hasta el momento, Luke se ha tenido que enfrentar a diferentes adversarios, pero la gran mayoría han coincidido en una característica básica: son menos inteligentes que él. Ha habido un poco de todo, también es cierto. Pero, básicamente, ha predominado el villano estúpido, cuya ineptitud ha sido vehículo del humor. Aquí tenemos primero a Bigle, que es otro de los que tendríamos que añadir a esa lista, aunque se acaba redimiendo, al que le seguirá Barry Blunt. Se trata de un abogado retirado que parece sabérselas todas y pone en jaque a Luke durante gran parte de la historia. Un tipo cuyas argucias están bordeando la ley al estilo de un mafioso, lo que le llevará a convertirse en el dueño, literalmente, de Titusville a través del miedo y la represión. Y todo bajo un prisma legal que deja las manos atadas a Lucky Luke.
Esta situación tan inusual le llevará a aliarse con el “Coronel” Drake para hacer frente a Blunt y sus ansias de poder y conquista. Aunque sin perder de vista en ningún momento el humor paródico. Para eso está Bigle, que tras ser encerrado en la celda, encontrará petróleo al intentar escapar de la cárcel. A partir de ese momento, no dejará de incumplir la ley para que lo encierren.
Es curioso, porque en cierta forma hay un esquema muy similar a la carrera de Oklahoma, donde veíamos la obsesión hasta límites insospechados. Si cambiamos las tierras por el petróleo, encontraremos la misma crítica a la ambición del ser humano. Algo que se ha demostrado a lo largo de su historia. A pesar del humor, siempre parece haber un mensaje subliminal con un poco de crítica hacia un tema y el petróleo, aún hoy día, es algo codiciado por el hombre. Por lo tanto, pese al contexto histórico, quizá sea uno de esos relatos más conectados con la realidad actual. Sin lugar a dudas, toda una historia atemporal, en sintonía con las grandes obras del cómic.