Sinopsis:Mr. Fantástico, la Chica Invisible y la Antorcha buscan a la Cosa por toda la ciudad, puesto que no ha respondido a la convocatoria del grupo. La Antorcha le localiza paseando con Alicia Masters por el parque y junto a la pareja se dirige al Edificio Baxter. Allí, Reed les comunica que observando unos jeroglíficos en el Museo de Historia Natural puede haber hallado una forma de curar la ceguera de Alicia en la forma de unas hierbas radioactivas, pero deben viajar al Antiguo Egipto para obtenerlas.
El grupo se dirige al abandonado castillo del Dr. Muerte, dónde emplean su máquina del tiempo para viajar al Antiguo Egipto mientras Alicia se queda vigilando los controles. Una vez en el pasado caen presa de una emboscada de guerreros, pero estos no son rivales para sus superpoderes. Entonces una extraña fuerza les priva de sus poderes y caen inconscientes.
Los 4F despiertan ante Rama-Tut, un faraón que dice conocerles, provenir del siglo XXX y haber viajado en el tiempo mediante la famosa Esfinge. Tras narrarles su historia, Rama-Tut les dispara con una de sus armas futuristas y les priva de su voluntad. A los miembros masculinos del grupo los pone a trabajar como esclavos y decide convertir a Sue en su reina.
Mientras se halla condenado a galeras, la Cosa se transforma en Ben Grimm gracias a la alta temperatura del Sol en la época. Ben, libre del efecto del rayo, huye de la embarcación y logra llegar hasta la sala del trono de Rama-tut, robándole su arma y liberando con ella a Sue. Esta a su vez libera a su hermano y al propio Ben, reconvertido de nuevo en la Cosa. Rama-Tut huye hacia la Esfinge para lanzar un contraataque y los demás libera a Reed.
El cuarteto entra a la Esfinge y evita las trampas puestas por Rama-Tut, lo que les permite llegar hasta el pequeño habitáculo dónde se oculta el faraó. Sin embargo ese habitáculo resulta ser la auténtica máquina del tiempo del tirano y la emplea para huir de regreso al futuro. La Chica Invisible logra encontrar las hierbas radioactivas que habían venido buscando.
Los 4F salen de la Esfinge a tiempo de que la máquina del Dr. Muerte les recoja como habían programado y retornan al presente, pero descubren que las hierbas no han podido ser transportadas por la máquina debido a su condición radioactiva, lo que abate al grupo.
Edición española: Biblioteca Marvel: Los 4 Fantásticos #03 (Forum),
Marvel Masterworks: Los 4 Fantásticos #2 (Panini).
Datos importantes: -Primera aparición de Rama-Tut, cuyo nombre real (Nathaniel Richards) no es revelado, así como de la realidad alternativa de la que procede.
-En este número se revela que la Esfinge de Egipto del universo Marvel es realmente un dispositivo de viaje temporal camuflado.
Reseña:La serie de los 4F regresa a su cita mensual con un número que a mi parecer es de los más especiales que hemos visto hasta el momento. Estamos acostumbrados a que un cómic Marvel sea considerado clave cuando supone el debut de un personaje importante o cuando en él ocurre un suceso que marca al protagonista para siempre (una muerte, una ruptura, un secreto desvelado...), pero en ocasiones tenemos un número como este, diferente a los demás.
Cuidado, vamos a hablar de un número concebido en su día como puro entretenimiento de 22 páginas sin más pretensiones, pero han sido todas sus consecuencias, la cuasi mitología que se ha formado a partir de él y las continuas revisiones que se han hecho del mismo lo que le dan ese carácter tan especial.
Entrando en materia, la historia comienza de una manera normal como tantas otras del grupo. Reed ha convocado al cuarteto para algo muy importante pero la Cosa no aparece ni se le espera, y el resto del grupo le busca sin éxito en casa de Alicia.
Por suerte la Antorcha está más avispado que nadie y localiza a su pétreo compañero paseando plácidamente con su chica por el parque, y aunque su manera de llamar la atención encendiéndole un puro por sorpresa es típica del impetuoso Johnny, en esta ocasión se nos ahorra el típico rifirafe entre ambos personajes y todos parten juntos hacia el Baxter.
Una vez está todo el grupo (y Alicia) reunido, Reed va directamente al grano. Todo empezó el día anterior, mientras visitaba con Sue el Museo de Historia Natural... sí, la idea de una cita de Reed es así de emocionante
Como decía, en el museo Reed advirtió unos extraños jeroglíficos pertenecientes a una época del Antiguo Egipto de la que no había prácticamente registro alguno. Como podemos observar, en ellos parece mostrarse a un faraón ciego que recuperó la vista gracias a la aplicación del material contenido en una vasija. Como el contenido tiene esas rayitas que brillan Reed deduce que se trata de unas hierbas radioactivas, y aunque después veremos que acertó la verdad es que es una suposición cuanto menos precipitada.
La cuestión es que Reed ve una posibilidad de que Alicia recupere la vista, y supongo que también querría aplicarla al resto de invidentes del mundo, por lo que decide viajar con el resto del grupo al pasado en busca de las hierbas. ¿Y cómo pueden hacerlo?
Pues haciendo una visita al único lugar del mundo en el que saben que existe una máquina del tiempo: El castillo del Doctor Muerte en las montañas Adirondack.
Aquí hay un pequeño error de continuidad puesto que el buen Doctor prendió fuego al castillo al final de su debut y no parece mostrar daño alguno. Pero la cuestión es que la máquina del tiempo sigue todavía operativa cogiendo polvo, por lo que los 4F inmediatamente se ponen manos a la obra. Por suerte Muerte estaba muy ocupado en ese momento apareciendo en la serie de Spiderman como acabamos de ver y no puede pasarse a darles un susto.
Dejando a Alicia al cargo de los mandos de la máquina, los 4F viajan con éxito al Antiguo Egipto (posteriormente se ha establecido que viajaron al año 2940 a.C.), pero apenas unos segundos despúes son atacados por unos guerreros con muy malas pulgas que les han visto llegar, y cuya vestimenta inquieta a Reed al no corresponderse del todo con el año al que han viajado.
Sea como sea, esta situación nos permite disfrutar de 2 páginas de acción pura y dura, en la que no faltan algunas viñetas maravillosas e imaginativas en las que el Rey lo da todo. La escena en que Reed tumba cuatro carros a su peculiar estilo y que podéis ver arriba es mi favorita sin duda.
Por desgracia para el grupo, y pese a demostrar su superioridad sobre los guerreros, una extraña fuerza provoca que vayan perdiendo sus poderes y la consciencia uno tras otro sin poder evitarlo.
Y al despertar lo primero que ven sus ojos es algo que no pueden creer: un faraón que responde al nombre de Rama-Tut y que milenios antes de su propio nacimiento sabe quiénes son, que conoce a los 4F. Y el universo Marvel, una vez más, no vuelve a ser el mismo.
Me gustaría destacar en este punto la gran originalidad de Lee y Kirby con este planteamiento. Lo típico y normal sería que al viajar atrás en el tiempo nuestros héroes tuvieran que enfrentarse a un enemigo de la época, al que despacharían para a continuación regresar al siglo XX.
Es lo que hemos visto ya hacer a Iron Man y algo que no dentro de mucho hará el Doctor Extraño. Pero este caso es muy especial, ya lo he dicho, y una de las razones es esa: El enemigo del pasado... en realidad es del futuro. Brillante.
Y no menos brillante es su origen, que como buen villano de opereta que es en este número pasa a contar en cuanto tiene ocasión. La motivación de Rama-Tut no es otra que el aburrimiento supino.
Un acomodado habitante del lejano siglo XXX que harto de vivir las emociones a través de antiguas grabaciones decide lanzarse a la aventura y construir una máquina del tiempo en forma de Esfinge basándose en los planos de un desconocido antepasado suyo, y que una vez en el Antiguo Egipto se convirtió además en el sujeto curado de su ceguera que aparecía en los jeroglíficos. Su armamento futurista hizo el resto y logró esclavizar a todo un imperio.
Una historia de origen fresca que hace honor a lo que son estos tebeos, las alocadas aventuras de un grupo de superhéroes en las que todo puede suceder. Una historia que además debió calar muy hondo en un por entonces jovencísimo y simplemente aficionado John Byrne, que como la mayoría de los que están leyendo estas líneas sabrán, supo sacar petróleo de esta corta secuencia de origen 20 años después y en el mismo título.
El hombre que dentro de muy poco se convertirá en enemigo acérrimo de los Vengadores bajo la identidad de Kang se muestra implacable en este número, y con un certero disparo de una de sus armas priva a sus prisioneros de su voluntad, convirtiéndoles en esclavos incapaces de mover un dedo para poner fin a su calvario por mucho que lo deseen.
Ben es condenado a galeras, Reed es usado por sus soldados como vigía y Johnny se convierte en el bufón de la corte. Para Sue, claro está, tiene reservado un futuro "mejor". Como si de un Namor con perilla se tratara, Rama-Tut queda prendado de la muchacha y decide convertirla en su reina.
Con el grupo en una situación tan precaria es un poco de chiripa lo que les saca del entuerto, cuando la Cosa se transforma en Ben Grimm debido a la mayor temperatura del Sol en aquellos tiempos y el efecto del rayo de Rama-Tut se disipa.
Esa es la explicación cogida con pinzas que nos dieron Stan y Jack, pero ya he dicho hasta vuestro hartazgo que este es un número muy especial por varias razones, y otra es la de veces que se ha vuelto sobre esta historia, enriqueciéndola y añadiendo nuevos elementos gracias a la labor de artesanos como Roger Stern o Steve Englehart. ¡Y eso por no hablar de que aquí nace ese loco proyecto llamado Siempre Vengadores!
También hay otros autores que han regresado sobre ella con mucha menos fortuna y en una convulsa época que no merecen mención por mi parte
El mencionado Rogert Stern dio su propia vuelta de tuerca en
Doctor Strange #53 e hizo viajar al Dr. Extraño a este mismo punto temporal, siendo clave en la transformación de la Cosa en Ben Grimm.
Y es Ben quien propicia la salvación del cuarteto, logrando arrebatar al malvado faraón su rayo y devolver a Susan a su estado normal, haciendo ella lo propio con su hermano y con Ben cuando este vuelve a ser la Cosa.
Mientras los 3F se dan de tortas nuevamente con los soldados y liberan a Reed, Rama-Tut huye hasta su Esfinge para tenerlo todo bajo control y derrotarles definitivamente.
En ese momento también tienen detrás de ellos a los Vengadores Costa Oeste, que quieren regresar a su propio tiempo con la ayuda del cuarteto. Pero si vosotros no decís nada al respecto, yo tampoco, será nuestro secreto
Los 4F logran abrirse camino hasta la Esfinge, evitando las trampas que el faraón les dispone por el camino mientras jura contra ellos a través de una pantalla. Un rayo atomizador, una sala que se inunda de agua o unos liosos pasadizos quizá sean una buena defensa contra egipcios curiosos, pero hace falta algo más para eliminar a nuestros protagonistas, que rápidamente logran llegar al mismo núcleo de la Esfinge.
Allí se halla la auténtica máquina del tiempo, un pequeño habitáculo que contiene el panel de mandos y que Rama-tut eyecta antes de ser capturado, decidiendo abandonar ese período temporal para siempre y dejando la Esfinge como único rastro de su presencia.
Confieso que siempre me ha sorprendido la facilidad con la que alguien con tantos recursos como Rama-Tut se rinde. Que alguien que ha subyugado a tanta gente y ha reinado con mano férrea durante tantos años acepte la derrota en un solo día me parece bastante increíble.
Mientras los machotes del grupo se quedan mirando embobados al cielo y elucubrando si Rama-Tut es descendiente del Doctor Muerte o incluso el propio Murerte del futuro, Sue tiene un papel clave por segunda vez en el número y encuentra las hierbas radioactivas perfectamente envasadas. En esta ocasión no puedo quejarme de su papel. Chapeau.
Por desgracia en este caso el cuento no tiene final feliz. El grupo logra regresar al presente cuando la máquina de Muerte "pasa a por ellos" como habían programado, pero hay una pega: La máquina no permite transportar material radioactivo. Las hierbas se quedan en el Antiguo Egipto y no hay manera de obtenerlas. Un deprimido Ben es consolado por Alicia, la cual se conforma con el amor y la seguridad que le aporta él, mientras Reed plantea la posibilidad de reproducir las hierbas en su laboratorio.
Un final agridulce que muestra una vez más lo humanos y falibles que son estos personajes.
Valoración: ¿He dicho ya que estamos ante un número muy especial?
Fuera de bromas, se trata de un número importante a muchos niveles, muy divertido, con acción y conceptos originales y bien llevados y un final lejos de ser feliz. La parte negativa la ponen algunos detalles innecesarios y alguna resolución que otra cogida por los pelos, como la liberación de Ben del rayo de esclavitud.
De Kirby y Ayers poco más puedo añadir a estas alturas. Para mí el mejor tándem hasta el momento en la colección y al que vamos a poder disfrutar en un número más antes de que llegue George Russos, del que ya aviso que echaré muchas pestes.
Todos somos conscientes de que lo mejor de la serie aún está por llegar y cada vez nos acercamos más. Pero este número raya a gran altura y es en mi humilde opinión una de esas lecturas imprescindibles.