Sinopsis: “Doctor Octopus” era el seudónimo de un científico que había inventado unos brazos mecánicos con los que poder manejar de forma segura sustancias peligrosas. Un accidente hace que sus brazos pasen a formar parte de él, y trastorna su mente, haciéndole desear dominar el mundo. Peter Parker va como Spiderman al hospital donde está ingresado para hacerle unas fotos, y descubre que ha secuestrado a varios miembros del personal y está realizando un experimento. Spiderman pelea contra él pero es derrotado de forma tan humillante, que Peter se plantea dejar de ser Spiderman. Poco después asiste a una charla en la que la Antorcha Humana habla de la importancia de no rendirse nunca, y Peter recupera el ánimo. Mientras tanto, Octopus ha tomado una central nuclear por la fuerza. Spiderman vuelve a enfrentarse a él, y esta vez sí consigue vencerle. Después encuentra de nuevo a la Antorcha, esta vez como Spiderman, y le agradece su ayuda, dejándole perplejo.
Datos importantes:-Primera aparición del Doctor Octopus, en la que se explica su origen y su nombre real (Otto Octavius).
-En la versión original se cometen varios errores con los nombres: “Spider-Man” aparece una vez como “Super-Man”, y “Octopus” como “Octavious”.
-Aparece por primera vez la linterna que lanza la “Spiderseñal” para amedrentar a los delincuentes, pero los criminales de este número la reconocen al momento.
-Peter Parker se pregunta “¿Es éste el fin de Spiderman?” por primera vez (de muchas).
-Primera aparición de Charlie, un ladronzuelo sin importancia, y Joe, un agente de la Policía de Nueva York, que aparecerán en varios números posteriormente, tanto de Spiderman como de otras series.
-Primer número con una sola historia larga, en vez de dos cortas.
Reseña:Si ha habido un villano por antonomasia, es él. “Doctor Octopus” (“Doctor Pulpo”, sería en castellano). Un nombre ridículo. Un estereotipo andante (científico loco que quiere dominar el mundo). Y un poder… bueno, unos brazos mecánicos, nada del otro mundo. Pero la primera página lo declara: “Doctor Octopus: el hombre que va a derrotar a Spiderman”. Y tanto.
Ditko va perfilando al protagonista de una de las obras maestras del cómic. Encontramos ya aquí (y por primera vez) a Spiderman como un superhéroe enmascarado que patrulla la ciudad buscando delincuentes para dejárselos a la policía encerrados en un capullo de red mientras suelta sus chistecitos.
“¡Somos tres contra uno! ¡No podrá con nosotros!” Se nota que habían leído pocos cómics todavía Sin embargo, la humildad característica del lanzarredes (que la “Suerte Parker” ayudaría a forjar) aún no se ha desarrollado del todo. Tras detener a los delincuentes, Spiderman se lamenta de que es todo “demasiado fácil” y que querría “un enemigo digno de él”.
Y se lo encontrará. Octopus le vence con facilidad, sólo con la fuerza de sus brazos, e incluso le humilla, dándole una bofetada antes de arrojarlo a la calle. Esto provoca en Peter un profundo desánimo, que le hace pensar en abandonar. Sólo las inspiradas palabras de la Antorcha Humana, Cicerón redivivo, consiguen hacerle cambiar de idea. Y en su siguiente pelea, sólo el uso de sustancias químicas (inventadas casi sobre la marcha, como en el episodio del Buitre) le permiten una ventaja táctica que aprovechará, eso sí, con un puñetazo en la mandíbula del Doctor.
“Quiero un enemigo digno de mí. He oído hablar sobre un tal Galactus que..." Por lo demás sigue siendo el mismo Parker de los primeros números. Se muestra altivo ante Jameson (“Nuestro trato exige que nunca me pregunte eso” (el cómo consigue sus fotos), es saludado por sus amigos a los que ignora conscientemente (no, el Peter Parker de Amazing no está marginado ni maltratado por nadie excepto por Flash)…
¿Y qué decir de Octopus? “El más brillante investigador atómico del país”, que hasta el experimento no demuestra más que una leve egolatría (“Otros temen la radiación, pero yo la he hecho mi esclava”), y que ve su mente totalmente trastornada a causa de la explosión que le convierte en el supervillano que es. ¿Podemos achacar entonces sólo a estos daños cerebrales la actitud villanesca de Octavius? Bien, seguramente no, por cosas que se sabrán más adelante. Pero en este número es lo que tenemos: un científico brillante que sufre daños cerebrales y se convierte por ello en malvado.
“¡Toma!" "¡PAF!" La Antorcha, secundario de lujo, se muestra nuevamente como un niñato pagado de sí mismo, que desea detener a Octopus sin la ayuda de sus compañeros de los 4 Fantásticos, pero que antes de que pueda intentarlo siquiera descubre que Spiderman ya ha hecho el trabajo.
Y siguen apareciendo secundarios (o “terciarios”) que van tejiendo la tela de araña (nunca mejor dicho) del Universo Marvel. El número comienza con Spiderman deteniendo a unos ladronzuelos (uno de ellos llamado “Charlie”) y dejándoselos a la policía (en concreto a un agente llamado “Joe”). Bien: “Charlie” vuelve a encontrarse en varias ocasiones con Spiderman (a quien llega a noquear en un momento dado); se enfrenta a Unus el Intocable en un número de La Patrulla X; es detenido por Chaqueta Amarilla en un número de Los Vengadores; y consigue escapar en un enfrentamiento con Daredevil. Y el agente Joe, por su parte, rescata al doctor Stephen Strange de su accidente y llama a una ambulancia para que se lo lleven; vence a Hulk arrojándole granadas de gas hasta que se convierte en Bruce Banner; y aparece patrullando las calles en el primer Annual de Daredevil. Esto es el Universo Marvel: no sólo las grandes figuras tomando té y haciendo bromas juntos, sino también honestos policías (ya habíamos visto a Chuck y a Charles, también del NPYD) y tenaces criminales pasando de una a otra serie, como hebras que contribuyen a hacer de éste un universo consistente y creíble.
E igualmente consistente y creíble era el Spiderman que Ditko estaba creando, y que en sólo cuatro números estaba alcanzando ya unas cotas de calidad que muy pocas otras series conseguirían alcanzar en toda su historia.
Valoración:Ha quedado dicho en la reseña: un gran número, con acción, emoción, profundización en la psicología del personaje, y que incluso aunque no se tratase de la presentación del más importante de los villanos de toda la historia de Spiderman, merecería un gran lugar, a pesar de determinados aspectos aún muy ingenuos (como la forma en la que Peter es convencido por las palabra de la Antorcha de volver a luchar). Pero siendo además esta presentación, no podemos menos que colocarlo en el pedestal que se merece, el de uno de los mejores tebeos de la Era Marvel.