Con muchísimo retraso, he leído
One Piece Nº 68.
Hay que destacar la cantidad de tramas en paralelo que traza el autor en este tomo. Me ha recordado a momentos como los de Skypie y Alabasta (seguro que lo he escrito mal), aunque debo de reconocer, que encuentro cansina la manía de separar a la banda constantemente. Entiendo perfectamente que en una serie coral como esta sea un recurso para darle su momento a cada uno, pero es que, a estas alturas, con la cantidad de personajes que hay en esta historia, los cambios de escenas son constantes. De todas formas, también forma parte de la fórmula que da el éxito a esta serie. A parte de la desbordante imaginación del autor. Y como suele ser habitual, al final he quedado con ganas de más.
No sé si voy a ser capaz de sintetizar todo lo que pasa en este tomo, pero lo voy a intentar.
Comenzamos en el punto que lo dejamos en el
tomo anterior con
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Con la vuelta de casi toda la normalidad, el grupo vuelve a separarse. Esto es el cuento de nunca acabar.
Por si fuera poco, el grupo liderado por Smoke anda cerca, luchando con los piratas de la isla, y Caesar libera a un monstruo gelatinoso, parecido al de la película clásica The Blob, que es corrosivo y explota. Su nombre es Slime y forma parte de un arma de destrucción masiva que Caesar quiere mostrar a los interesados del Nuevo Mundo. Tanto es así, que todo lo retransmitirá por "telecaracol", de forma que todos puedan ver los tipos tan poderosos que hay en la isla y que nada pueden hacer contra su arma.
Habrá que estar atento a la gente que sale en las sombras, porque pueden ser los que estén detrás de Caesar, o simplemente piratas del Nuevo Mundo que conoceremos próximamente.
Brook, Nami/
Sanji y Zoro son los que se encargan de buscar al samuari de Wano. El primer altercado lo tiene con los hombres de Caesar y después con los Cool Brothers. La verdad, me esperaba algo más de esta gente, prácticamente no aportan nada a la historia. Finalmente, encuentran al samurai de Wano, al que le falta el tronco del cuerpo, el cual se encuentra en el interior de lago.
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Law y Chopper, se dirigen a investigar sobre la adicción de los niños y la posibilidad de curarlos. Para ello se dirigen al laboratorio de Caesar, por la parte de atrás, donde Law entretendrá a Caesar y Monet, mientras Chopper estudia los fármacos. Pero antes de todo eso, hace la entrada triunfal el grupo de Luffy, cuya misión consiste en apresar a Caesar, aunque nadie dijo que tuviese que ser de manera sigilosa.
Esto nos llevará aun enfrentamiento con la G-5 de la Marina, un enfrentamiento suspendido por la llegada de Slim. Bueno de parte de él. Slim va lanzando trozos de su cuerpo para traspasar el agua y después volverse a unir. Se dirige al laboratorio de Caesar, lugar que cada vez está más abarrotado de gente. Para colmo, llega el propio Caesar. Otra alianza está a punto de forjarse, pero antes, Luffy va a lo suyo, enfrentándose a su adversario, sin más.
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De forma paralela,
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Sanji/
Nami, junto a Ussuf se encargan de mantener bajo control a los niños, pero llega Caesar ofreciéndole aquello que realmente desean, los caramelos.
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Otra de las cuestiones que queda aclarada, es
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Antes de la recta final, tenemos un interludio de lo más interesante, ya que nos muestra como
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El cada vez más nutrido grupo, vuelve a dividirse. Luffy lidera as un grupo que va a intentar derrotar a Caesar. Kinnemon encabezara otro grupo en busca de lo niños para sacarlos por la única salida viable, planteada por Law. El grupo de Tashigi se dirige al puerto para abordar un buque cisterna con el que poder transportar a los niños lejos de Punk Hazard, mientras, Smoke se dirige a derrotar a Vergo para restituir el honor de la Marina. Desde luego, seguimos con muchos frentes abiertos.