He leído El Asombroso Spiderman Nº 100.
Por fin consigo llegar a una de las efemérides más celebradas por la editorial italiana este año pero, siendo totalmente sinceros, el aniversario me ha dejado indiferente. Me alegra mucho que la colección alcance una numeración tan alta, sin embargo, los contenidos del interior no son para mí. Creo que este número se ha enfocado para un lector menos constante que yo, lo cual me parece una pequeña incongruencia, pero como la vida editorial está llena de misterios, no sabría decir si es acertada o no. Me consta que Julián ha preparado con mucha ilusión este tomo tan especial, pero como lector constante del personaje y de la serie me siento un poco defraudado.
El tomo tiene dos partes perfectamente diferenciadas. En la primera encontramos la miniserie que se ha conocido como Learning to Crawl, que imagino que significa aprendiendo a trepar, la cual revisita por enésima vez los orígenes de Spiderman. En esta ocasión, Slott introduce a un joven, Clayton Cole, que se obsesiona con Spiderman. Incluso seguirá su senda de heroísmo, aunque acabará en el bando opuesto como Clash, el soberano del sonido. Habrá que ver que opina Klaw al respecto…
A mí me ha parecido una historia aburrida y excesivamente larga. Ha habido momentos en los que estaba deseando que terminara de una vez. El motivo es muy sencillo: estoy realmente harto de ver como de revisitan los orígenes de los personajes y se intentan adaptar a los nuevos tiempos como si la década de los sesenta tuviese algo de malo, a pesar de que se utilizan muchos tópicos de la época. Slott desarrolla muy bien a los personajes, trata perfectamente la personalidad de Peter y profundiza en los sentimientos encontrados de un adolescente que sufre lo indecible tras la pérdida de su tío y se adapta a sus nuevos poderes. Sobre todo queda muy bien reflejado ese sentimiento de responsabilidad que le abruma en cada momento. Además, introduce a un personaje que nos sirve para ver muchas escenas vistas mil veces desde otra perspectiva, pero al fin y al cabo, sigue siendo más de lo mismo y en los últimos tiempos se está abusando de este tipo de historias. Solo hay que ver los inefables Giant Size de los meses anteriores. Entiendo su inclusión y recuperación en el número 100, pero realmente no me parece un tebeo interesante para un lector que lleva siguiendo al personaje durante décadas como es mi caso. Además, el dibujo de Ramón Pérez, intentando imitar a Ditko, me deja totalmente indiferente, por lo que aumenta mi sensación de lectura pesada.
Quiero dejar claro que realmente no creo que el tebeo sea malo en sí mismo, aunque tampoco me parece que sea de los mejores de Slott. Simplemente, lo que creo que no es un tebeo para mí. Ni siquiera el buen tratamiento de personajes o las pocas ideas originales que pueda tener han conseguido sacarme del hastío que siento cada vez que releo el origen de un personaje que he leído mil veces. Y cuando realmente quiero saber que se siente al volver a leer su origen, siempre puedo recurrir a su fuente Amazing Fantasy #15. El resto, me acaba sobrando.
En la segunda parte, tenemos una miniserie protagonizada por la Antorcha Humana y Spiderman, en la que se profundiza muy bien en la relación entre ambos personajes a lo largo de los años, centrando cada capítulo en un momento determinado de la larga trayectoria de los personajes. A mí me gusta mucho, incluso me ha parecido que gana con la relectura, ya que se aprecia aún más lo cuidada y respetuosa que es con la cronología de los protagonistas. También me parece destacable lo bien que explora a los personajes y su relación con el entorno. Momentos como el encuentro con Pete Pote de Pasta, o la creación del Spidermovil harán las delicias de los fans hardcore del Universo Marvel. Tampoco se puede obviar el buen hacer del guionista a la hora de representar las diferentes décadas y la forma de encastar las historias dentro de la cronología. Toda una delicia de miniserie basada en el desarrollo y profundización de los personajes y su entorno, dibujado por Ty Templeton que está a caballo entre un estilo moderno y el clásico, inspirado en los grandes autores que han representado a Spiderman en el pasado. Sin duda, una lectura sumamente recomendable y divertida.
El gran problema radica en que yo no compro la colección regular del personaje para encontrarme con reediciones de material que la propia editorial ya ha publicado. Por muy bien que le venga lel tamaño original o merezca una edición mejor que la anterior. Yo compro la serie para seguir la actualidad de uno de mis personajes favoritos, por lo que este tipo de inclusiones no me parecen acertadas, aunque se quiera celebrar una efeméride como esta. Y más cuando han cortado el diálogo de una página de la historia, por lo que la supuesta edición mejorada resulta totalmente fallida. En mi opinión, un seguidor constante del personaje ya ha leído esta historia, o al menos una gran mayoría. Me parece que hubiese estado más acertado incluirla fuera de la serie regular, como se han hecho con otras reediciones de colecciones del personaje. Entiendo perfectamente su inclusión, pero vuelvo a pensar que se traiciona de alguna forma al comprador habitual de la serie y se premia más al comprador ocasional o al que, por el motivo que sea, se siente atraído por un número especial como este.
Finalmente, tenemos un pequeño relato, publicado ordinalmente en Amazing Fantasy Vol. 2 #15, en el que tenemos un pequeño homenaje de Slott a cierta imagen icónica de Spiderman y su primera aparición. Teniendo en cuenta su corta extensión, y a modo de curiosidad, quizá sea el mejor complemento de los incluidos en el tomo, aunque el dibujo me ha hecho recordar un poco a Humberto Ramos, que parece estar hasta en la sopa cuando se trata de recuperar historias del Trepamuros.
En definitiva, un voluminoso tomo para celebrar un aniversario que me deja una sensación agridulce, cuando debería ser un número realmente especial. No obstante, ojalá podamos ver cien números más de la colección y esperemos que dicha efeméride sea mucho más interesante, porque esta no me ha dicho gran cosa como fiel lector de nuestro amistoso vecino arácnido.