He leído
Guardianes de la Galaxia Nº 11 - 13.
Retomo la colección tras el
anterior comentario con motivo del
crossover con la Nueva Patrulla-X, cuya parte ya he comentado en su
propio hilo. Aquí me centraré en la parte que afecta al grupo cósmico por excelencia en la actualidad.
Como ya decía en el hilo de los mutantes, la historia no me ha convencido demasiado. Incluso los seis números se me han hecho algo pesados. Hay capítulos de la historia donde la trama no avanza demasiado y eso se hace más patente en esta serie. El primer número, sin ir más lejos, narra hechos paralelos a la primera entrega de la saga en la serie de la Nueva Patrulla-X, con final idéntico, pero desde perspectivas diferentes.Esto no es que esté mal per se, pero rompe totalmente el ritmo de la lectura. Aunque es cierto que la inclusión de los Guardianes y la implicación del padre de Quill me parecen algo coherente. Quizá de lo poco que Bendis ha conseguido enlazar con soltura, sin que chirrie todo. Los personajes pueden parecer irreconocibles, sobre todo Starlord, que parece un adolescente deseando conseguir follamigas, pero el lento avance de la trama tiene algo de sentido.
También me ha parecido un acierto el cambio de Angela por Iron Man. Tony no aportaba nada y el nuevo personaje, además de las vistas, añade mayor poder a la formación y un contrapunto misterioso con cierto toque de humor negro. En realidad todos los diálogos de la serie tienen ese punto.
A pesar de todo, el
crossover no es más que un lastre para esta colección. Más allá de forjar una nueva amistad entre Quill y Kitty Pryde, y la Patrulla-X en general, la saga no aporta nada a la ya de por sí ralentizada trama. Es curioso, porque en un principio parecía que Bendis tenia muy claro que hacer con este grupo y, tras el pistoletazo de salida, se ha ido desinflando hasta llegar al punto en el que está tan perdida como los viajeros del pasado o incluso más.
Sinceramente, otra serie que se salva por el dibujo. En esta ocasión, son los lápices de Sara Pichelli los que salvan un poco los muebles, aunque no me gusta el contrapunto que hace con Immonen. No obstante, la saga es mucho mejor gráficamente. La historia me ha parecido floja, con reminiscencia de un pasado quizá no muy bien estudiado y demasiado lenta para seis números. Creo que con tres hubiesen sido suficientes. A ver si en la siguiente saga la cosa remonta un poco, porque sino me bajo de la serie, irremediablemente.