No es difícil intuir el peso de Lee en aquellas colaboraciones. No hay más que ver el altísimo nivel que mantiene Spider-Man tras la marcha de Ditko o el del Capi tras irse Kirby o el más que decente en los 4F tras la marcha del Rey y compararlos con el trabajo de los dibujantes ejerciendo también de guionistas en DC, con buenas ideas y desarrollosos muy caóticos.
Aparte de ese apunte, que es muy bueno, a mí hay algo que no se me quita de la cabeza:
Desde aquella primera hornada, ha sido dificilísimo crear nuevos personajes para Marvel que tuviesen el carisma suficiente como para soportar con el paso de los años una cabecera mensual en solitario. Y estoy hablando de toda la manada de guionistas y dibujantes que han pasado por Marvel en los últimos, pongamos, cuarenta años. Stan Lee no sólo creo a un gran personaje, lo cuál te asegura tu lugar en la historia del comic, es que creó un montón.
Luego ya podriamos intentar dilucidar hasta qué punto el mérito era suyo o de sus dibujantes, pero yo leo los tebeos de la Marvel clásica y me encuentro con varios puntos en común: por un lado, la marginación que es lo que les distingue de la perfección divina de los personajes clásicos de DC, a los que para buscarles un puto defecto tenías que inventarte la kryptonita, la debilidad ante el color amarillo y chuminadas de esas; así, yo veo ese componente social en Peter Parker, que era un
nerd poco apreciado por los comañeros guays de clase, en La Cosa o Hulk, que eran monstruos con problemas de aceptación, con Daredevil, que era ciego o con La Patrulla-X, que directamente eleva ese elemento al cubo (en Los Vengadores no existía esa marginación, y curiosamente al final todos acabamos tirando de esa colección como una de las más flojas de las que creó Lee, por cierto).
Por otra parte, están los triángulos amorosos como punto fuerte de las vidas civiles de los personajes: esto lo encontramos en Spiderman, en La Patrulla-X, en Los 4F, en Thor,...
Que sí, que a lo mejor el tío llegaba y esbozaba un argumento para cada tebeo con sólo dos líneas, pero los elementos icónicos de los personajes, los que hacen que sigan siendo la hostia cincuenta años después tienen demasiados elementos comunes a pesar de la presencia de dibujantes diferentes como para pensar que Stan Lee únicamente pasaba por allí para estampar la firma y llevarse el talón.
Y luego está lo comentado por Ignacio: esos son los mismos dibujantes que se mostraron más adelante incapaces de repetir la jugada.
Yo pondría a Neal Adams un poquito por encima de Gil Kane, y a John Buscema a la altura de éste.
Pues aquí lo tienes:
http://www.paninicomics.es/web/guest/breves?id=80961.
A ver si hay huevos
