He leído
MG Los Nuevos Mutantes: Tercera Génesis.
Le tenía muchas ganas a esta serie, al menos para leerla de forma ordenada y completa, sobre todo a la etapa de Claremont, aunque quizá no le haría ascos si llegara al número 100.
Lo más interesante de todo es la cohesión que comienza a darle el autor a una franquicia que va cobrando fuerza poco a poco, la de los mutantes.La trama del Nido y de Xavier es uno de los mejores ejemplos.
Pero en este tomo hay bastantes cosas interesantes, ya que estamos ante el nacimiento de un grupo que recuerda poderosamente a la Patrulla-X original, con la salvedad de que estamos ante alumnos cuyos poderes apenas saben controlar.Estamos ante el máximo exponente de lo que significa el día a día en una escuela, en este caso de chicos con talentos especiales.
Por cierto, se combinan elementos propios de los dos inicios de la patrulla-X, jóvenes inexpertos en X-Men #1 y diferentes nacionalidades como en Giant Size X-Men #1.
El punto de partida es el odio visceral del mundo hacia los mutantes, en este caso en concreto Claremont utiliza a miembros del Club Fuego Infernal.Siempre me ha parecido una forma curiosa de tratar el racismo o la xenofobia, aunque también hay que destacar que no solo hay odio, sino que todo se acaba mezclando en un irresistible temor hacia lo desconocido.
Sin embargo no estamos ante una serie con un tratamiento habitual, si no que estamos ante una serie donde los protagonistas intentar vivir sus vidas, pero no como superhéroes, si no como Mutantes capaces de controlar sus poderes.Sin misiones, ni enemigos, aunque a medida que pasas las páginas acaban ocurriendo al menos una de las dos condiciones.No obstante, no es la premisa inicial, no reutiliza los conceptos de la Patrulla-X original, es algo nuevo y diferente.
Como suele ser habitual en Claremont, el desarrollo de personajes es el punto fuerte de los primeros compases de la serie.Personalidades muy definidas, que va moldeando en el beneficio de las historias, dando lugar a una serie coral muy bien engranada.
Aquí se recupera a Moira McTager, que obtiene cierto protagonismo tras los momentos dramáticos acontecidos hacía poco en su vida, debido a los poderes de su hijo, Proteus.
También tendremos a Stevie Hunt, la profesora de baile, aunque siempre será algo más.De hecho aquí protagoniza una historia tremendamente dramática que te llega al alma.
En el apartado gráfico tenemos a Bob Mcleod, cuyo trabajo me ha gustado más en la novela gráfica, aunque en líneas generales me ha parecido bastante aceptable.La pega que le pondría es su dificultad a la hora de dibujar los rostros, porque a veces no dibuja la cara de un personaje igual más de dos veces.Aunque al final llega Sal Buscema, cuyo trabajo, en mi opinión, es superior al de McLeod.
A mi me ha gustado mucho el tomo.
Una serie con planteamientos interesante y que apunta maneras, que se convierte en un perfecto complemento de la serie del grupo principal, La Patrulla-X.Para mi, muy recomendable, y este mes sale su continuación.