He seguido con mi nueva relectura de
Marvel Gold. La Imposible Patrulla-X 2: Días del futuro pasado y me apetece seguir escribiendo sobre/de la serie. Por una parte, me sirve para poner en orden mis recuerdos y mis impresiones sobre estas historias, relacionándolos con la información que uno puede encontrar en fichas, biografías y cronologías, en decenas de artículos ya leídos y en mis diversas lecturas de
X-Men: El precio de un sueño. Por otra parte, durante el último año he descubierto que la relectura de una historia aporta una placentera y, por momentos, inconsciente sensación de seguridad, en momentos de la vida en que las seguridades se tambalean o, simplemente, escasean. Aviso, de nuevo, que
no utilizaré el botón de spoiler y que me recrearé en los hechos de las historias.
En
http://foro.universomarvel.com/index.php?topic=32073.msg1111580#msg1111580 dejé a la Patrulla-X a las puertas de una de las mejores historias incluidas en el tomo: la saga de Proteo. Una de las mejores y, desde hace un tiempo, mi preferida. La historia se inicia en TXM 125 (septiembre de 1979) y termina en TXM 129 (diciembre de 1979).
El origen de la historia debe buscarse en
Marvel Gold. La Imposible Patrulla-X 1: Segunda Génesis. Concretamente, en la última viñeta de la penúltima página de TXM 104 (abril de 1977). En ese número, un nuevo y misterioso Erik el Rojo, acompañado de unos poseídos Kaos y Polaris, hizo una visita al Centro de Investigación Mutante de Moira MacTaggert, situado en la isla Muir, con la intención de liberar a un infantilizado Magneto. Consecuencia inesperada de su actuación fue la rotura del sello de la celda que albergaba a un tal Mutante X. Nada más supimos del asunto en los siguientes catorce números.
El segundo referente de la saga está en TXM 119 (marzo de 1979). En realidad, en ningún momento los autores conectan esta escena con la anterior. Moira, Kaos, Polaris y Madrox habían ido a Edimburgo para encontrarse con Fénix, que había regresado de sus vacaciones. Iban a pasar las Navidades en esa ciudad. Moira confiaba en el funcionamiento de las computadoras y los sistemas automáticos de sus instalaciones, pero no se imaginaba que Angus MacWhirter albergaba un fuerte rencor hacia la Patrulla-X por la destrucción de la nave que les había alquilado en, precisamente, TXM 104. Con la intención de dinamitarlo, entró en el Centro, pero se encontró con alguien que lo asesinó. Aquí teníamos uno de los cabos sueltos más importantes y misteriosos del primer OG.
TXM 125 tiene una estructura similar a TXM 122. Volvemos a tener un cómic cuyas páginas se reparten entre diferentes escenarios, en este caso cuatro, ubicados en espacios distanciados entre si. Ahora, la gran diferencia es que dos de ellos, por fin, confluirán.
Comenzamos con uno de los grupos de personajes que no habían aparecido en los dos anteriores números de la serie: los habitantes de la isla Muir. Moira está investigando el alcance de los poderes de Je... perdón, de Fénix. Impresionantes poderes que Moira teme, y con razón, que no podrán ser controlados por su portadora. Estos vastísimos poderes provocan en Fénix sentimientos encontrados: al mismo tiempo, los disfruta y los teme.
El segundo escenario es la Mansión de Xavier, donde reside la Patrulla-X. El grupo está ejercitando sus poderes y su compenetración en la Sala de Peligro. Byrne nos deleitaba con la Sala de Peligro número sí y número también. Lo más destacable de la escena es su final: un nuevo enfrentamiento entre Lobezno y Cíclope. Es destacable porque la relación entre estos dos personajes va a cambiar mucho durante el desarrollo de esta aventura.
La tercera escena nos lleva a un personaje que no aparecía en la serie desde hacía un año: Magneto. Su última aparición había sido en TXM 113 (septiembre de 1978): ahí escapó de la aparente destrucción de su base antártica, tras ver como la Patrulla-X frustraba su intento de venganza, una refinadísima tortura a la que los quiso someter. En realidad, esta nueva y breve aparición de Magneto obedecía a una historia ajena a la serie. En
The Avengers #185-187 (julio, agosto y septiembre de 1979) se estaba narrando una historia que removía los cimientos de los orígenes de la Bruja Escarlata y Mercurio (
Marvel Gold. Los Vengadores: Noches de Wundagore). Byrne, que en esos momentos dibujaba las dos series, muestra en una pantalla el rostro de Magda, la difunta esposa de Magneto. Un rostro que se asemeja mucho al de la Bruja Escarlata y, mucho más, al de la mujer que dibuja en
The Avengers #186. Esa mujer, huyendo de un marido con terribles poderes, acabó en Wundagore. Allí, Bova, la mujer vaca, le ayudó a dar a luz a sus dos hijos. Pero dejemos esta compleja historia, y todas sus ramificaciones, para otro momento. Magneto volverá a aparecer en la colección allá por UXM 148 (agosto de 1981), que podremos leer en el futuro
Marvel Gold. La Imposible Patrulla-X 3: Yo, Magneto. En este caso, será Claremont el que removerá los cimientos de un personaje, no los de sus orígenes sino los de su futuro. Pero ya estoy divagando...
Regresamos al primer escenario. Ahora nos volvemos a encontrar con ese
caballero de oscuras intenciones llamado Jason Wingarde. Sus pensamientos, por fin, nos desvelan su objetivo: mediante su progresiva aproximación a Fénix, desde que abandonó la Mansión en TXM 117, y utilizando el aspecto de personas diferentes, pretende manipularla para que pueda ser usada por él y sus socios, el Club Fuego Infernal. Mientras tanto, Fénix tiene una charla con Polaris, en la que tiene un momento de enajenación. Unos segundos después, Je..., que no, Fénix hace gala de sus grandes poderes. Byrne juega al homenaje, o eso me parece, a la Wonder Woman de DC Comics. Fénix va cambiando de atuendo, dando un giro muy similar al que usaba Diana de Temiscira cuando asumía el traje de Wonder Woman. A su vez, Moira sigue con sus temores por ella.
El cuarto escenario es Centro Imperial, mundo capital del imperio Shi'ar. Charles Xavier y Lilandra están distanciados debido a las tareas de la emperatriz. El Profesor X revisa el archivo Omega, que incluye la narración de la saga del Cristal M'Kraan (TXM 107-108, octubre y diciembre de 1977). Fénix, prácticamente sola, había salvado literalmente el universo de su destrucción a manos de la fuerza conocida como "El fin de todo lo que existe". Xavier, abrumado, contempla los vastos poderes de su antigua alumna, ve el peligro que suponen para una humana que difícilmente podrá controlarlos indefinidamente y toma la decisión de regresar a la Tierra.
Penúltimo cambio de escena y regreso a la isla Muir. Moira descubre horrorizada el fallo en el sello de la celda de Mutante X. Fénix siente sus desesperados pensamientos y acude en su ayuda. Pero antes de llegar, sufrirá el primero de los que parecen ser viajes en el tiempo, viendóse a ella misma con un vestido del siglo XVIII. Inmediatamente después, tiene un encuentro con un gastado Angus MacWhirter, y es ella la que grita, siendo oída por Kaos y Madrox.
El último cambio de escena conectará, por fin, dos escenarios. Regresamos a la Mansión. Bestia ha acudido allí para inspeccionar su estado, pero se encuentra con una grata sorpresa: la Patrulla-X está viva. Para el grupo, es igual de sorprendente descubrir que Bestia está vivo. En ese momento, les informa de que Jean también está viva y residiendo en la isla Muir. Cíclope, por fin, llama al Centro de Investigación Mutante. Polaris se pone al teléfono y, tras un nuevo momento de sorpresa, le comenta sus temores por el grito que ella, Kaos y Polaris han oído. Entonces, es ella la que grita. La saga de Proteo está servida.
Es curioso, siempre alabamos la excelente tarea de Claremont construyendo fuertes caracteres femeninos, pero en este número hay muchas mujeres gritando. En todo caso, una de las que han gritado, muy pronto demostrará sobradamente su valor y determinación.
En TXM 126-128, volvemos a tener unos números centrados totalmente en el desarrollo de una historia, sin cambios de escenario. Es la misma estructura de aventuras anteriores.
En TXM 126, la Patrulla-X llega a la isla Muir, encontrándose con los habitantes del Centro y con una seria amenaza. Moira se confiesa. El Mutante X, liberado de su celda, es su propio hijo. Su poder consiste en la posesión de cuerpos, asesinando en ese mismo momento a su víctima, del que asume sus recuerdos y personalidad, mientras él hace uso del cuerpo hasta que lo consume. Además es capaz de manipular psiónicamente la realidad cercana a cualquier persona con el que tiene contacto visual. O eso he sido capaz de entender. Siempre he sido una nulidad para comprender los poderes de un personaje de cómic de superhéroes. El Mutante X tiene dos debilidades fundamentales: el metal y la necesidad de nuevos cuerpos porque los consume con rapidez. En esos momentos, los lectores ya sabemos quién son capaces de acabar con su amenaza: Lobezno, Coloso y Polaris. El primero pronto se verá superado por el villano. La tercera, demasiado secundaria, no será utilizada, en todas sus posibilidades, por la pareja de autores.
Descubrimos cuál es el segundo cuerpo tomado por Proteo: el duplicado de Madrox que había acudido al grito de Polaris. El villano escapa de la isla Muir y, en Stornoway, toma el cuerpo de un joven Ferdie Duncan que, algo bebido, teme innecesariamente por la reacción de su esposa.
Una ampliada Patrulla-X se separa en pequeños grupos con el objetivo de atrapar al villano. Moira va con Cíclope, armada con una escopeta. Fénix sufre su segundo viaje en el tiempo, en esta ocasión
acompañada del propio Jason Wingarde. Un viaje muy inquietante, en el que participa de una caza a caballo cuyo objetivo es un hombre vestido de ciervo. Fénix se descubre disfrutando de la caza.
Mientras tanto, el Mutante X ya ha tomado un nuevo cuerpo, en esta ocasión el de un policia. Entonces, es interceptado por Lobezno, que forma grupo con Rondador y Tormenta. El villano toma el nombre de Proteo. Lobezno cae en la casi más absoluta de las desesperaciones porque los poderes alteradores de la realidad de Proteo afectan a su misma esencia: su confianza en lo que capta a través de los sentidos. No obstante, al final del número, es Tormenta quien queda en peligro mortal.
En TXM 127, asistimos a la definitiva caracterización de Moira como paradigma de la mujer claremontiana. Desde una elevación del terreno cercana al Mutante X, que sigue aproximándose a Tormenta, dispara contra su propio hijo. Cíclope intenta pararla. Moira no dudará en noquearlo con el arma. "Yo no sigo tus reglas, Scott, esta vez no. Y no puedo permitirme el tiempo de discutir o explicarme." Brutal. Y absolutamente definitorio para la pobre Moira, quien seguirá en solitario tras su hijo, de quien ya intuye hacia donde se dirige.
La Patrulla-X hace una parada para descansar. Aquí tenemos una nueva escena definitoria en la que Cíclope demuestra de una forma definitiva que es un líder nato. Los hombres-X que han entrado en contacto con el Mutante X están tocados, especialmente Lobezno. Cíclope ve la necesidad de examinarlos física y psicológicamente. Teme especialmente por Lobezno y se enfrenta directamente a él. Los lectores tenemos, por fin, algo que deseamos ver desde hace tiempo: el postergado enfrentamiento directo entre ambos personajes. Desde largo tiempo atrás, mantienen una complicada relación. Cíclope pone a prueba a Lobezno, involucrando de paso a Rondador, Coloso y Tormenta. Cuando ve que su peligroso
juego ya lleva camino de escaparse de sus manos, se confiesa: todo era una prueba para el grupo. Lobezno se ve valorando la capacidad de liderazgo de Cíclope. Se ha ganado, por fin, su respeto. Brutal. Claremont y Byrne muestran un inmenso Cíclope y, a la vez, cierran una de los principales
leitmotiv de la serie: el continuo tira y afloja entre los dos personajes.
Mientras tanto, Proteo toma el cuerpo de una desprevenida Jennie Banks. Una rueda pinchada la había situado en el lugar menos oportuno. Tomando el coche la chica, piensa en su objetivo: la destrucción de "Al que odio". Pero Moira llega un poco antes a la casa del
odiado, en Edimburgo. Se trata del padre de la criatura y todavía esposo de Moira, Joe MacTaggert. Miembro del Parlamento y, quizá, futuro Primer Ministro, Joe nunca ha querido concederle el divorcio porque el matrimonio con una premio Nobel es muy conveniente, políticamente hablando. Moira le confiesa su secreto: concibieron un hijo la última vez que se vieron. Los autores se atreven a insinuar los malos tratos y la violación que Moira sufrió a manos de Joe. Proteo es producto de esa violación. Joe se encara y Moira saca una pistola.
- "¡¿Cómo osa, mujer?! Yo...
- Ni un gesto ni una palabra, Joe, o haré ahora lo que tanto quise hacer hace veinte años.
- ¡Estás loca!
- No, Joe. Maldita, y por tu culpa."
Impresionante Moira. Joe está avisado. Moira se marcha, pero el destino de su marido está fijado de antemano. Proteo toma su cuerpo, asumiendo su personalidad. Ahora, tenemos un villano cuyos diálogos muestran un brutal, y poco disimulado, complejo de Edipo.
La Patrulla-X llega a Edimburgo. Proteo ataca a su madre y, ante el nuevo enfrentamiento contra el grupo, la toma como rehén. Que la saga esté publicada en un tomo, impide que, ahora, nos comamos las uñas durante todo un mes.
TXM 128 es el acto final de la saga. Proteo desencadena su poder sobre Edimburgo y repasa su pasado reciente, ordenándolo para el lector. Banshee se encara a Cíclope porque teme por la vida de su amada Moira. El líder tiene claras sus prioridades: no dudará en sacrificar a cualquiera del grupo, o a cualquier allegado, si con ello consiguen detener a Proteo. Sigue la lucha. Todo termina en lo alto del Castillo de Edimburgo. Y el pobre Lobezno está en medio, para variar. Es Coloso quien acaba con la amenaza del edípico villano. Su cuerpo blindado ataca al ya gastado cuerpo de Joe MacTaggert. Proteo, aparentemente, muere
cortocircuitado (o algo así). Moira, finalmente, puede empezar a llorar y abrazarse a su actual pareja, Banshee. Fin de la historia.
Hay un aspecto del villano que me parece muy significativo. En ningún momento, conocemos su verdadero nombre, aquél con el que su madre debió bautizarlo. Claremont omite esa información. Moira lo llama Mutante X. El propio personaje toma el nombre de Proteo, asumiendo el de un viejo dios griego del mar, que tenía la capacidad de la profecía y la metamorfosis. Pero su verdadero nombre no aparece en ningún texto de apoyo, ni en las explicaciones de Moira a la Patrulla-X, ni en los bocadillos de pensamiento de madre e hijo. Desconozco si fue un simple olvido o algo intencionado. Si Claremont lo hizo a propósito, tal vez, fue con la intención de deshumanizar por completo al personaje: carece de nombre común de persona o, al menos, ese dato no tiene ninguna importancia. Su madre prefiere llamarlo con un nombre técnico; algo, hasta cierto punto, comprensible. Ella, científica, descubrió los terribles poderes de su hijo y decidió encerrarlo, mientras buscaba una solución al problema. Y, quizá, Proteo había renunciado conscientemente a su nombre de pila. No es humano, es mutante, y los humanos son sólo comida para él. Pero todo esto es sólo una elucubración por mi parte, y sin base alguna.
En este aspecto, fue Fabian Nicieza quién nos develó el nombre de pila de Proteo, en la segunda historia de
Classic X-Men #36 (agosto de 1989),
http://www.universomarvel.com/fichas/usa/xmcl2036.html Moira, una escocesa, puso un nombre de origen irlandés a su hijo: Kevin. Dos años más tarde, el propio Nicieza utilizó al personaje en los anuales mutantes y de sus Nuevos Guerreros de 1991, que se unieron en la saga
Los Reyes del Dolor. Si mi memoria no me falla, en mi opinión, Nicieza, al que tengo una especial devoción, hizo mejores historias en la serie regular de los colegas de Trillador Nocturno. Esos anuales y el final de la saga de la isla Muir fueron las primeras historias de la Patrulla-X que Claremont ya no guionizó, mientras preparaba el inicio de
X-Men antes de su marcha. No estoy contando la historia principal del anual de
Atlantis Ataca (1989), que escribió Terry Austin, como él mismo nos recuerda en su texto incluido en el OG. Pero ya estoy divagando de nuevo...
Si no he contado mal, Proteo es el octavo nuevo villano aparecido en la serie, tras el reinicio que supuso el
Giant-Size X-Men #1 (mayo de 1975). Sin duda alguna, es uno de los de mayor entidad y mayor peligrosidad por si mismo. Humanos como Steve Lang o Halcón de Guerra, o alienígenas como D'Ken Neramani, tenían un poder adquirido, política y/o tecnológicamente. Tom el Negro, mutante, se apoyaba en, y hacía uso y abuso de, el inmenso poder de Juggernaut para sus fechorías. Y, quizá, no sólo para sus fechorías. Por su parte, Krakoa, Kierrok y los N'Garai o Ahmal Farouk habían sido derrotados con mayor facilidad, en mi opinión. Aunque el último regresaría a la franquicia en años posteriores, demostrando su gran peligrosidad.
Grande entre las grandes, la saga de Proteo forma parte de una de las etapas más extraordinarias vividas por un cómic de (¿simples?) superhéroes. Es, en definitiva, un producto definitivo de una de las parejas creativas definitivas del cómic mainstream. Necesitaba volver a escribirlo

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Lo dejo aquí, ya me he vuelto a desfogar un poco

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P.D.: Dejo pendientes dos temas. Uno hace referencia a algo que me chirría bastante entre el regreso del grupo a la Mansión y el momento en que Cíclope y Polaris hablan por teléfono. El otro es algo relacionado con Cíclope y sus diferentes intereses amorosos.