Buenas
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Sigo con mi lectura cronológica de Spider-Man (tomos 30-36 Coleccionable rojo).
En Amazing Spider-Man #266 aterriza Peter David para hacerse cargo de los guiones. En sus primeros números, David rompe con la trepidante rutina Stern/DeFalco y ofrece historias simpáticas dominadas por el humor, que funcionan como pequeños cuentos morales.
Es el tercer guionista en echar mano del personaje de Ollie Osnick, el espectacular Niño Araña, que acaba formando el grupo de Los Inadaptados junto a Sapo y la Rana. En otro número Spider-Man viaja hasta los suburbios para capturar a un ladrón que se le ha escabullido en New York. Lo cierto es que ninguno de los dos números me parece memorable, aunque siempre prefiero que un guionista intente hacer algo nuevo a que vuelva a tirar de Mysterio, Escorpión o el Lagarto para semiplagiar cualquier historia de Stan Lee y ofrecernos lo mismo de siempre pero peor realizado.
Tras estos números, el equipo habitual Tom DeFalco/Ron Frenz vuelve a hacerse cargo de la colección. Después de pagar el peaje correspondiente dedicado a “Secret Wars II”, se embarcan en la pelea entre Spider-Man y el Señor del Fuego, un enemigo mucho más poderoso que el arácnido y a quien debe detener a toda costa, por lo que pelea con él a través de toda la ciudad, destrozándolo todo a su paso. Es una buena historia, con una excelente caracterización de Peter Parker/Spider-Man, pero para mi gusto recuerda horrores a la pelea con el Juggernaut y sale perdiendo claramente en su comparación.
DeFalco recupera al Triturador Hogan, que no aparecía desde Amazing Fantasy #15 y presenta al villano Manslaughter Marsdale en una historia en la que también se destapa parte del turbulento pasado de Nathan Lubensky. Otro villano muy poco logrado es Slyde, que se enfrenta a Spider-Man en un número muy olvidable.
De las páginas de Amazing, saltamos a las de Spectacular Spider-Man Annual #5. En este número, un Peter David empachado de cultura pop nos presenta a Ace, un remedo de dos músicos que vivieron sendas etapas estratosféricas en los 80’, Prince y Michael Jackson.
Ace es misterioso, muy fuerte y sabe como burlar el sentido arácnido de Spider-Man. Personalmente siempre me ha chirriado que un pandillero sin poderes aparentes pudiera hacerle frente a Spider-Man pero la historia en sí me gusta bastante. Peter Parker conoce a Joy Mercado y ambos trabajan en la zona de Harlem para conseguir una exclusiva en el marco de una sangrienta guerra de bandas que sólo el carismático Ace puede zanjar. Finalmente, inspirado por Spider-Man, Ace decide tomar partido para evitar que la violencia se prolongue.
La historia continúa en el Spectacular Spider-Man Annual #6, una secuela realizada por el mismo equipo que el anterior y que incide sobre las mismas constantes. Sin ser nada del otro mundo, son números a los que tengo bastante cariño, y de los pocos annuals que puedo leer sin bostezar cada dos páginas.
Tras su corta estancia en Amazing, Peter David recala definitivamente en Spectacular Spider-Man. Los primeros números que escribe son bastante anodidos e incluyen la aparición de la Avispa y de Paladín, así que, entre la escasa calidad de estas historias y su periplo humorístico en Amazing, no podría sospecharse lo que está por llegar.
“La muerte de Jean DeWolff” es una historia sombría y pesimista, que toma a un interesante personaje secundario muy infrautilizado y lo lleva a la inmortalidad, precisamente asesinándole. La historia es de sobras conocida, y sobre el papel puede no parecer nada del otro mundo pero existen multitud de detalles que la hacen perdurar.
Incluye un magnífico prólogo relatado por una agonizante Jean DeWolff
(-“¿Por qué estoy recordando toda mi vida?”); el villano no es el Dr. Octopus o El Buitre de turno, sino un policía perturbado, un psicópata asesino armado con una temible escopeta de dos cañones, alguien verosímil, real; la caracterización de Sin-Eater es inquietante y está muy lograda, con unos pocos números pasa a engrosar la lista de villanos clásicos arácnidos; Spider-Man pierde el control y le destroza a golpes, lo cual le ocasionará serios dilemas morales; se incluye a Daredevil como artista invitado, en una aparición que sí viene a cuento, como contraste de las dudas acerca del funcionamiento de la administración de justicia que siente Spider-Man, y que estrecha lazos entre el hombre sin miedo, que también estaba sumergido en una etapa nihilista, y Spider-Man, es decir, los dos superhéroes urbanos Marvel por excelencia; la atmósfera decadente y el peligro que acecha a todos los personajes es palpable, es una historia muy tensa, desesperada, al límite, contiene multitud de viñetas impactantes y por un momento parece que algunos secundarios como Betty Brand Leeds puedan morir realmente.
Es de agradecer la continuidad gráfica en los cuatro números que conforman la saga del dibujante Rich Buckler, algo muy poco habitual en esos momentos en las colecciones arácnidas, con la excepción de Amazing Spider-Man. En lo personal siempre he sentido que esta historia invalida de algún modo aquel bizarro Marvel Team Up #48 en el que se presentaba al personaje de Jean DeWolff y al resto de su família. Cosas mías, supongo. También zambulle a Spider-Man en el pesimismo propio de los cómics de superhéroes y en la seriedad de las obras de Alan Moore o Frank Miller en el género, tal y como J.M. DeMatteis haría un par de años más tarde con otro insustancial personaje secundario al que también llevaría a besar la gloria.
Por su parte, Web of Spider-Man certifica su particular descenso a los infiernos tras la reiterativa saga de Los Buitres. La historia del regreso del Dr. Octopus, ahora traumatizado por su anterior enfrentamiento con Spider-Man, es bastante mala y tiene la desgracia de estar dibujada en parte por el siempre nefasto Jim Mooney. Realmente nunca me convenció esta manera de defenestrar al gran Dr. Octopus ni a los villanos clásicos de la serie. Por suerte, en Amazing Spider-Man, Roger Stern y Tom DeFalco prefirieron utilizar villanos de otras colecciones o crear villanos nuevos, en lugar de seguir explotando a los clásicos, casi todos ellos con la credibilidad ya por los suelos.
Los siguientes números de Web of tampoco mejoran y la colección agoniza en un desesperante periplo de guionistas y dibujantes que no consiguen dejar ninguna historia decente. Quizás los mejores números sean los de David Michelinie, en los que presenta a un superhéroe local, el Rayo de Smithville, pero realmente estas historias son muy poca cosa en comparación con lo que se venía cociendo en Amazing Spider-Man y, desde luego, en Spectacular Spider-Man.
Seguiré comentando
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saludos!
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Ace, el misterioso pandillero.
La obra maestra de Prince.
Spidey se enfrenta a Sin-Eater.