Siguiendo un comentario de Artemis, y sin ánimo de crear otro debate estúpido-absurdo, voy a determinar unas ideas con el único fin de enriquecer el hilo y cuyo objetivo no es robarle su papel, sino fortalecerlo y sin ánimo de crear debate en torno a ello.

El género fantástico es muy amplio, pero se podía determinar como aquel conjunto de historias donde el argumento principal gira en torno a elementos irreales, imaginarios, mágico o sobrenaturales. Este género no pretende ser ni realista ni científicamente coherente, los sucesos tienen sus explicaciones y coherencias internas, pero no busca el realismo ni la plausibilidad, ya que generalmente huye de él en contraposición con otros géneros como el realismo.
La Fantasía rompe las reglas de la realidad sin limitaciones para contar una historia. Es ese elemento de irrealidad o magia lo que constituye la razón de ser de este género. Sus orígenes se remontan a las historias mitológicas. Pero el tema es peliagudo porque mezcla religión y fantasía. Para los antiguos los mitos eran verdaderos, lo mismo que se puede aplicar el término fantasía a textos religiosos que sí han perdurado, como el Mahabharata o la Biblia. Así que mejor no sigo por este tema espinoso para no herir susceptibilidades.
A priori la
Fantasía esta centrada en esa idea de ficción en un mundo imaginario, ya sea irreal o real pero con elementos integrado en la naracción que no se podrían dar en la vida real y que son parte fundamental de la propia historia a contar. Los fenómenos que suceden en la obra se centran en fuerzas misteriosas, sobrenaturales, extraordinarias o mágicas, que son el motor de la novela. La esencia de la misma. Además, la forma de desarrollar esos temas y de explicarlos no busca la credibilidad ni la explicación científica de los mismos. En la mayoría de los casos esas explicaciones suelen ser sobrenaturales e imposibles.
Aunque comparten elementos en común. La diferencia entre la Fantasía y la CIFI no son tanto los elementos utilizados sino más bien el cómo se explican y desarrollan los mismos. La forma de contar la historia.
La
Fantasía, por suerte, no está tan encorsetada y tiene un extenso campo donde pueden germinar diversos géneros sin salirse del mismo. El campo es tan extenso como la propia imaginación, sin ningún tipo de límite nada más que el creativo, de ahí la extensa y variada cantidad de obras de este género.
Sin corsés ni especificaciones la capacidad creativa es más sencilla y fluida.
La
Fantasía está directamente relacionada con la imaginación, lo onírico, lo inventado por el mero pensamiento, una visión idealizada de una idea, o de una forma o de cualquier cosa sin ningún límite.
Ejemplos son la Historia Interminable, la familia Adams, Alicia en el País de las Maravillas, Harry Potter, Piratas del Caribe…
Uno de los subgéneros más popular es la llamada
Fantasía Heroica (o de espada y brujería).
Un subgénero que en ningún momento se contrapone con el género madre (fantástico) con sus propias características. Que se centra en contar historias irreales en escenarios imaginarios, de corte medieval frecuentemente, con la existencia de seres fantásticos o mitológicos y con una línea argumental centrada en un suceso crítico o traumático que arroja al personaje en una búsqueda o en una empresa determinada.
Véase Eragon, el Señor de los Anillos, Conan…
Ejemplos hay cientos: desde los mitos grecolatinos, a los famosos cuentos de hadas, duendes y demás seres, pasando por historias en otros mundos imaginarios, incluso en el propio mundo real con la aparición de seres mágicos o sucesos sobrenaturales, paranormales o insólitos.
Dicho lo cual si este análisis va a ser objeto de malestar, discusión o Salo considera que no es el lugar más propicio para ello (sobre todo visto los antecedentes anteriores) puede tranquilamente mandarme al cuerno a mí y a este mensaje, el cual borraré gustosamente.
