... Sí, lo admito. Y no solo uno, sino dos. ¡Sí, dos! [Gesto dramático] ¿Qué puedo decir en mi defensa? Si me pincháis, ¿acaso no sangro? Si me hacéis cosquillas, ¿acaso no río? Si me dais una camiseta negra y me la pongo, ¿acaso no se me arriman esas condenadas bestias?

Gracias, tlaraver. Ya sabes, cuando quieras repetimos.
