Tochazo que acabo de soltar en el hilo del coleccionable, y que por tratarse de un clásico, ubico también aquí para posibles debates

(En el otro hilo lo dejo más como opinión orientativa de cara a quién piense comprarlo):
Pues al fin me leí el CMH 3: "Capitán América; la leyenda viviente" y me he quedado un poco

Aclaro; no es un mal cómic, pero hay ciertos... matices que le perjudican muchísimo. A saber:
1) Primero, tienes ese tono condescendiente y paternalista que tanto daño ha hecho siempre al personaje del Capi. Ese tono moralizador tan americano de "Tú deja, que ya nosotros os arreglamos el país" que está patente en el guión de Stern, y que siempre fue una de las cosas que siempre me mantuvo alejado del personaje.
2) Realmente, y no es un secreto, Steve Rogers nunca ha sido un personaje mayoritario aquí en las Españas.

De hecho, nunca llegó a calar especialmente bien entre los lectores -algo que en tiempos de forum oí varias veces- y me atrevería a decir que únicamente Waid y luego Brubaker supieron darle a Steve un carácter más "universal" y menos centrado, haciéndolo accesible a todo tipo de público. Creo, que estas son las 2 encarnaciones del Capi con más éxito (ROB! aparte

) y que las de Lee, Kirby o Stern, tiran más de nostalgia y "ternura lectoril" que otra cosa.
3) El tratamiento de Steve Rogers por Stern me parece una burda copia del personaje de Spiderman. Es obvio que para que un personaje tenga serie propia, tiene que hacer algo más que liarse a puñetazos página tras página, pero lo de darle vida social vecinal, con vecino afroamericano y judío incluidos, bomberos, artistas y profesores, me parece lo más casposo, políticamente correcto, moralizante, condescendiente y fácil del mundo.
¿Por qué no pueden ser sus vecinos un yonqui, una prostituta y un ex presidiario?. La imagen de pureza americana, de valores, que Stern intenta transmitir, me parece del todo impostada y artificial. Amén de que, como digo, sea una burda copia del trepamuros; ¿Que necesidad, argumentalmente hablando, tiene Steve Rogers de trabajar?

No lo entiendo. Bueno sí; hay que buscar la empatía con el lector y mostrar a una clase de superhéroe que sirva para implantar un paralelismo con la vida del estudiante que también trabaja. Algo que le sienta de miedo a Peter Parker, pero que hablando de Steve Rogers, el supersoldado de los años 40, el Vengador gubernamental, no me lo trago. No creo que vaya en absoluto con el espíritu del personaje. Ya lo último sería verlo repartiendo pizzas...

4) Tenemos más muestras de esto en el capítulo de la presidencia, un tema demasiado delicado -el político- a la hora de tratarlo en el mundo del cómic, más cuándo hablamos, de una nación que siempre se ha tomado demasiado en serio así misma, ignorando o desconociendo completamente los logros de otras -y su pasado-. De nuevo, demasiado "tarta de manzana" para cualquier lector con algo de miras, llámense "realistas", llámense políticas. Esto unido a varios "detallazos" a la hora de hablar de Hitler, o de otros supervillanos de nacionalidad extranjera. Este tipo de tratamientos tan maniqueos, se me hacen muy cuesta arriba. (Quién haya visto "El Hundimiento", por ejemplo, sabrá de lo que hablo).
Y hasta aquí más o menos lo malo, que no es poco. Lo que no quita, que no reconozca y aplauda, las intervenciones más superheroicas del cómic, para mí, con diferencia, lo mejor:
-La batalla contra Hyde y Batroc es magnífica.

Me encanta la sensación de urgencia y peligro que Stern imprime a uno de sus villanos fetiche

Tanto en Amazing Spiderman, como en Vengadores, como aquí, está magníficamente tratado. Y una gran ovación para Batroc, que está simplemente inconmensurable. Imposible no simpatizar con él.
-El capítulo de terror que es la busqueda del Barón Sangre

El homenaje a Inglaterra y al personaje de Union Jack.
-El personaje de El forjador de maquinas.

Un personaje con ese... "cinismo alegre" ,que Waid conservó en su etapa -aunque mucho más malvado, claro- y que se me hace muy agradable leer.
Esperaba algo más del Capi de Stern, aunque ya cuándo salió el coleccionable, la propia portada me hizo decidir no comprarlo, y veo que no iba desencaminado. Como ya digo, no es solo que el guionista no sepa darle más realismo al personaje y a la América en la que vive, sino que los paralelismos/homenajes/copias al trepamuros me han parecido demasiado evidentes como para catalogar esta etapa como uno de los grandes del cómic, y la dejan más bien como un "apliquemos la formula que siempre funciona".
Creo que el cómic, pese a sus grandes virtudes, no resiste una lectura pormenorizada y analítica, máxime, cuándo el lector no se siente emocionalmente ligado al personaje (no en plan Sharon, entendedme

).
Y bueno, simplemente eso, dejar constancia de que, algunos clásicos, tienen demasiado dentro de ellos que, como diría
Celes, "no es clásico, sino antiguo".
