He leído
Los Nuevos vengadores Vol. 2 Nº 44 - 46.
Retomo mi lectura de esta serie tras mi
anterior comentario.
Continuamos con la epopeya que se está marcando Hickman en las dos cabeceras principales de la franquicia. Mientras en los Vengadores tenemos una trama compleja que hunde sus ramificaciones a lo largo y ancho del Universo Marvel, aquí nos encontramos con historias muy dinámicas que nos transmiten el peligro que suponen las Incursiones. Además de la repercusión que tiene sobre los Illuminati el hecho de tener que convertirse en auténticos genocidas, dejando a un lado su faceta de héroes. Cabe destacar lo bien que desarrolla el tema Hickman, muy centrado en profundizar sobre las motivaciones de los protagonistas y la manera individual de afrontar semejante decisión. A todo esto hay que sumarle la constante transmisión de tensión a medida que avanza la historia. En mi opinión, esta colección sigue estando un peldaño por encima de Los Vengadores.
En este bloque tenemos dos partes bien diferenciadas. La primera de ella transcurre a lo largo de las dos grapas dobles iniciales, en las cuales tenemos la confrontación final con la Gran Sociedad. Tengo que reconocer que aunque el desenlace del enfrentamiento es más o menos previsible, cada momento se vive con especial tensión. La sensación de que puede pasar cualquier cosa está ahí. Los Illuminati lo pasan realmente mal contra sus homónimos de un universo paralelo, pero el poder que encierra el Dr. Extraño desequilibra la balanza. ¡Y de que manera!
La evolución que venimos observando en Stephen en los últimos tiempos es muy interesante. Ha abrazado la magia oscura hasta límites insospechados.
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Ahora es un personaje oscuro, que ha ofrecido todo lo que tiene para obtener el poder necesario para salvar al mundo. La redención que lo llevó a convertirse en el Hechicero Supremo ha quedado atrás, volviendo al punto de partida, aunque por razones más o menos altruistas. Aún así, el resultado es alguien que ha confiado demasiado en sí mismo, pecando de la misma arrogancia que le llevó a perder sus habilidades de cirujano. Habrá que estar muy atento a la evolución del personaje, que se me antoja uno de los más interesantes de este grupo secreto.
Otro aspecto destacable es ver como a lo largo de la trama el foco central cambia de protagonista a medida que avanza la historia. El segundo punto de atención recae sobre los hombros de T’Challa,
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El príncipe Submarino recoge el testigo ya que,
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Sinceramente, no voy a decir que me haya sorprendido, pero este acto de voluntad da un giro inesperado cuando
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Una escena cargada de tensión en la que prácticamente se paladea el drama de la situación.
Es imposible reparar en el hecho de que el momento que todos estábamos esperando desde el inicio de la colección ha llegado. Hasta ahora todo eran preparativos y planes de acción. Sin embargo, a pesar de la concienciación de los miembros del cónclave, cuando llega el momento de tomar una decisión
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Habrá que ver como encaja todo esto en esa lucha de Steve contra los Illuminati, cuando estos a su vez se las tienen que ver las caras contra este nuevo grupo de enemigos. Esperemos que Hickman no patine en la coordinación de semejante trama, que por momentos se vuelve más interesante.
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Creo que Hickman da en el clavo a la hora de retratar a cada uno de los protagonistas, dotando a esta cabecera de una mayor profundidad y desarrollo sobre los personajes, uno de los aspectos que quizá no están demasiado pulidos en la otra colección. Posiblemente sea por eso que esta historia acaba calando con mayor fuerza en el lector.
En el apartado gráfico seguimos con el baile de dibujantes. Valerio Schiti y Kev Walker se reparten el trabajo de cuatro números americanos. Ambos me parecen bastante irregulares y, aunque se dejan leer, sigo echando en falta un dibujante más solvente. Los planteamientos de Hickman ofrecen una lectura sumamente interesante con varios aspectos que invitan a la reflexión, pero carecen de la cohesión gráfica que dote a esta etapa de una pátina de homogeneidad. Hay demasiadas carencias, cambios de estilo y ningún dibujante de primer nivel para una historia que en otros tiempos hubiese contado con uno a la altura de las circunstancias. Parece que a Marvel le cuesta encontrar buenos dibujantes. O por lo menos a algunos que aguante más de tres o cuatro números seguidos.
En la segunda parte de este bloque tenemos el primer anual del Volumen 3 de esta cabecera. Está escrito por Frank Babiere y dibujado en un estilo pictórico por Marco Rudy. Como bien comenta el propio Julián en el Spot On, es imposible no acordarse de la novela gráfica "Dentro de Shamballa" al ver la estética que imprime el dibujante a un relato enteramente protagonizado por el Dr. Extraño. Estamos ante un nuevo capítulo en la turbulenta vida de Stephen, donde se profundizan en algunos puntos sobre los acontecimientos que le han llevado a la situación en la que se encuentra. El guionista se complementa muy bien con lo que está haciendo Hickman, por lo que se me antoja un suplemento de lujo para la colección. Quizá me sobra un poco la retrocontinuidad que utiliza, a pesar de que el objetivo me parece acertado: hacer hincapié en el aspecto egoísta y arrogante del personaje en sus inicios. Una forma de establecer lazos entre el pasado y el presente, cerrando el círculo de una forma bastante interesante. No obstante, aquello por lo que lucha no solo tendrá consecuencias, sino que aumentará el número de sacrificios que debe hacer. A medida que avanza por el oscuro camino que ha elegido seguir, más se aleja del personaje que era al iniciar esta colección. Lo mismo que le sucede al resto de compañeros. Nadie sale impune del peso de la responsabilidad. Ojalá esto se viera reflejado en el resto de colecciones del Universo Marvel. Así es como se cimenta un universo de ficción y no a golpe de eventos. Algún día alguien tomará nota de ello…
Continúa
aquí.