He leído
100% Marvel Daredevil: El Hombre sin Miedo Nº 5: El camino del guerrero.
Anteriormente, en este
mismo hilo.
Antes de comentar la lectura en sí, quiero lanzar una reflexión sobre el problema que supone tener tantos tebeos pendientes de leer, acumulados en los últimos años. Esta semana, buscando un tomo que creía haber comprado, pero que de momento resulta que no solo no es así, sino que tampoco lo había leído, como suponía, pues me he encontrado este tomo de Daredevil. En un principio, la primera sensación es la de que en mi caos particular, había comprado dos tomos de la colección y uno lo había leído y el otro se había quedado enterrado en una de las pilas. No obstante, mi sorpresa aumenta cuando me doy cuenta que no solo me había saltado un tomo, sino que se trataba del que se consideraba el fin de la "primera temporada" de Waid en la colección, algo de lo que no me había percatado ni al ponerlo los dos siguientes en la estantería, con el cambio de formato había pasa aún más desapercibido mi despiste. Pero lo más raro de todo es que ni siquiera había notado la ausencia de nada durante la lectura, a pesar de que aquí hay un par de momentos importantes de cara al siguiente volumen de la cabecera. En definitiva, que tengo que hacer lo posible por disminuir mi lectura pendiente y, sobre todo, tenerlo todo un poco más a mano.
Experiencias para no dormir a parte, la verdad es que la lectura no se ha resentido en absoluto, y he podido disfrutar de la primera fase de la etapa de Waid, con la cual estoy disfrutando como hace mucho con una cabecera del Diablo Guardián. Si bien es cierto que el guionista parece ser en su gran parte el artífice de la calidad de esta serie, creo que hay que dirigir la mirada al equipo creativo al completo, el cual se muestra muy cohesionado y sólido. Chris Samnee y Javier Rodríguez son muy buenos artistas y solo hay que ver el resultado final para cerciorarse de ello. Además, ese estilo nacido de la sencillez del trazo para dar lugar a una narrativa moderna, con un estilo tan clásico como con cierto toque pop encajan muy bien con la vuelta a la luminosidad que está viviendo el personaje en la actualidad.
No obstante, también es destacable varios aspectos achacables al trabajo de Waid, como el tratamiento y desarrollo de los personajes, así como su habilidad para llevar dos tramas en paralelo, como son la lucha contra los Hijos de la Serpiente y la lucha contra el cáncer de Foggy. Aunque habrá algunas subtramas más, todo gira entre ambos temas: el racismo y la lucha de la vida contra la enfermedad. Desde luego, no se puede negar que la elección parece abogar por el lado más humano del personaje, que a pesar de estar en un momento de su vida sin oscuridad se siguen tratando temas tan duros como estos , aunque siempre desde una perspectiva lo más real posible, teniendo en cuenta que estamos en un universo de ficción con superhéroes. Pero el escenario, sin obviarse en absoluto, no impide que nos introduzcamos en una historia que combina elementos tan curiosos como el racismo, a distintos niveles, la magia, el superheroismo y el amor, en esa relación entre Matt y Kristen McDuffie. Ente ambos hay una intensa relación que no solo ha fructificado, sino que en este tomo tenemos la clave para que realmente funcione tan bien como se verá en los siguientes tomos. Cuanto más leo al personaje más me gusta, y considero que es uno de los grandes aciertos de Waid en esta etapa.
A pesar de haber empezado la lectura con cierta reticencia, por temas que no vienen al caso, la verdad es que he acabado totalmente enganchado a la lectura, consiguiendo que me sumerja por unos instantes en la vida de Matt, empatizando con su problemas y sus decisiones, sobre todo con una que da un increíble vuelco a su vida. Si bien es cierto que el tema de la identidad privada es uno de esos que muchos piensan que es algo totalmente desfasado en los tiempos que corren, tampoco se puede negar que es algo intrínseco al género. Muchos personajes relevantes del Universo Marvel han salido del armario, y no hablo precisamente de Bobby Drake, siendo esta una situación que se ha normalizado bastante. No obstante, hacerlo con daredevil creo que conllevaba ciertos riesgo, pero al final todo sale bastante bien. es como resucitar a Bucky, si se tiene una buena idea y se sabe ejecutar, en un universo de ficción el cielo es el límite. Y, en esta ocasión, yo creo que Waid se beneficia un poco de la trayectoria del personaje en la última década a este respecto dando un salto interesante. Pero lo más importante son los motivos que le inducen a hacerlo y como no se renuncia en ningún momento a la esencia del personaje, estando por delante de todo una de sus principales características: la integridad. Solo por eso, a mí me ha convencido plenamente.
En definitiva, una historia bastante buena, que sitúa a esta etapa entre las mejores del personaje, aunque cuente con apariciones estelares de la Legión de Monstruos y el Dr. Extraño, en mitad de una conspiración que afecta al sistema judicial de la ciudad de Nueva York. Una amalgama de elementos muy bien hilvanados, lo que nos lleva de nuevo a felicitar la labor del guionista, que en los últimos tiempos no parecía ser capaz de convencernos, al menos después de su etapa en Hulk. Aquí, volvemos a ver a ese autor que a mí siempre me ha parecido cuanto menos entretenido de leer.
Finalmente, comentar que la última parte de tomo incluye un número especial para celebrar el 50º aniversario de la creación del personaje, a cargo de Stan Lee y Bill Everett, en le que tenemos varias historias centradas en un posible futuro de Matt, engarzando con la actualidad de la etapa de Waid. La primera me ha resultado la más entretenida, aunque resulta curioso que en ese hipotético futuro, solo haya una persona nueva en su vida. También tiene su aquel que se recurra a un villano como
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El relato ilustrado de Bendis me ha parecido bastante soporífero, además de incluir un personaje de nueva creación, que se lo podía haber ahorrado. Por cierto, Bendis en prosa es bastante duro, aunque ya dio muestras de ello en los textos aquellos de los Vengadores, que a mí me costaron la misma vida terminar de leerlos. Aquí ha ocurrido algo similar, a pesar de ser solo 5 páginas con una columna estrecha en el centro con le texto. Me quedo con el arte de Alex Maleev.
Por último, tenemos el testamento de Mike Murdock, que sigue la línea estrambótica que dio origen a este "personaje" durante su etapa clásica, y que solo su recuerdo ya es motivo de sentir vergüenza ajena. Este relato bebe de ese punto absurdo, porque solo de pensar que graba un vídeo para el hipotético futuro cuando muera ya es una ida de olla importante. lo mejor, de nuevo, el dibujo, en el que podemos ver a Tom Palmer entintando a uno de los hermanos Kesel. Desde luego, tiene un sabor clásico, no se puede negar, pero su lectura se me ha hecho un poco pesada, también hay que decirlo. No obstante, esto no empaña la calidad del resto del tomo, que se perfila como prácticamente imprescindible para aquellos que quieran leer al completo la que, con el tiempo, creo que se va a convertir en una de las grandes etapas del personaje por derecho propio, sino lo ha hecho ya.