He leído Conan y el pueblo del Círculo Negro.
Se trata de una miniserie de cuatro números publicada por Dark Horse entre 2013 y 2014, dibujada por Ariel Olivetti. Tenemos una adaptación al relato de Howard del mismo título, que sigue unas pautas similares a la adaptación de la historia que se publicó en la revista The Savage Sword. El rey de Vendhya muere a manos de los Sacerdotes negros del Yimsha, aliados al rey Yezdigred, lo que provoca que Yasmina, su hermana busque venganza. Para ello intenta forjar una alianza con Conan, el líder de los afghulíes, con el que quiere llegar a un trato: le ayuda a matar a los Videntes y ella libera a los siete hombres que tiene en prisión. Sin embargo, Conan la rapta, los afghulíes creen que los ha traicionado al conocer la muerte de los suyos, debido a una conspiración que se teje para acabar también con Yasmina. La verdad es que, además del relato original, habré leído ya al menos dos adaptaciones de la historia y casi me la sé de memoria. En esta ocasión, diría que han adelantado un poco el final, y han dado más detalles de la ascensión al monte del Yimsha. Pero, bueno, lo esencial del relato está ahí y es bastante fiel.
El argumento del cómic es obra de Fred Van Lente, un guionista que sigo pensando que no termina de captar bien la esencia del personaje del escritor tejano. Se queda con la parte más superficial, su rudeza, sus ansias de poder, y deja en su segundo plano otros aspectos más destacados del personaje. También hay que suma la traducción de un viejo conocido que nos introduce perlas como "Cabrones" y algunas otras expresiones que chocan frontalmente con la Era Hyboria. Creo que es algo a lo que no termino de acostumbrarme. Lo mejor sin duda es el trabajo pictórico de Olivetti, cuya versión del cimmerio y las mujeres voluptuosas de su época está muy bien representada. Quizá se echa en falta un poco de más manga ancha con la desnudez, que son todas demasiado recatadas. Más incluso que en la revista de Marvel. Aunque eso es quizá lo de menos.
En definitiva, un a lectura entretenida, aunque no aporta realmente nada nuevo a las anteriores versiones en cómic, más allá de la presentación de Olivetti y su arte, que es bastante disfrutable. No obstante, tener que competir con John Buscema, Alfredo Alcalá y John Buscema en uno de sus mejores trabajos, pues la verdad es que no es nada fácil, por lo que quizá lo mejor sea disfrutar de esta adaptación en la medida de lo posible y dejar a un lado las comparaciones. Al fin y al cabo, tampoco ganamos nada con ello.