Pues ya se ha terminado. Aún no tengo el 27, pero el volumen 26 lo leí hace poco.... y bueno, me ha decepcionado un poco. De repente, toda la intensidad emocional y los cruces de historias de los anteriores volúmenes confluyen en algo típicamente del género shonen (batallita), pero a lo que Arakawa no nos tenía muy acostumbrados (que vale, que había batallas, pero no tan "a lo loco" como en este volumen). Por un lado se comprende, porque es normal en el género, y ya era hora que todos los personajes estuvieran juntos... pero por otro lado, esperaba un desenlace un poco más "espiritual" y trascendente... no sé, a ver qué cuenta en el último tomo.