Es el mundo al revés. Lo tienes todo en cutreBM y cuando pagas (y lo pagas bien porque el sablazo es guapo) para tenerlo en buenas condiciones se saltan números.
Lo raro es que, con la cantidad de veces que el mercado español ha demostrado su predisposición a gastarse un pastizal en clásicos con continuidad en formato de lujo (véase como ejemplo más reciente el tremendo éxito de los Masterworks), aún haya quien se acuerde de aquellas BMs pequeñitas, feas y (por supuesto) cutres. Afortunadamente el comprador, sabio y soberano en sus decisiones a la hora de gastar los cuartos, decidió que las BMs eran una birria y que lo comics no debían ir destinados en ningún caso al gran público parco en espacio y presupuesto, sino a una élite entendida que sólo acepta las cosas de una forma (la buena, evidentemente), y que en caso de no ver publicado lo que quiere como lo quiere (y al precio que quiere, me permito añadir), aguanta la respiración hasta ahogarse e incluso llega a extremos como (oh, my god) amenazar con comprar lo que quiere en el mercado americano.
Cuando pienso en aquel tipo que, en un alarde de ignorancia, bombardeaba los correos de las cutreBM´s describiendolas como "el formato definitivo" aún se me ponen los pelos como escarpias.
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La solución es fácil. ¿Que Julián decide publicar sagas concretas de Los Vengadores? Pues se aprovecha para pedir que esas sagas concretas se conviertan en una reedición de TODA la colección de Los Vengadores. Porque historias como La Saga de Korvac o La Trilogía de Nefaria son pequeñas historiejas sin ningún valor por sí mismas, pero que cobran sentido si se añaden fill-ins y demás zarandajas.
Y si algún osado lector se atreve a comprarse, pongamos, un tomo llamado La Saga de Korvac con la (atrevidísima) intención de leer La Saga de Korvac sin números de relleno de por medio, se merece (cuanto menos) que le cuelguen de los pulgares.