Pues la verdad es que no creo que esta vez os vaya a sorprender mucho lo que yo vaya a comentar aquí, porque además de ser superconocidos sus autores, esta doble viñeta ha sido publicada ya tres veces por estos lares (por cierto, que si no hubiera recordado Chimov su aparición en la BM del Dr. Extraño, yo también soy de los que hubieran dicho que sólo habían sido dos), por lo que seguramente no vaya a añadir nada nuevo que no conozcáis ya de antemano.
En todo caso, si queréis ser positivos, siempre podéis pensar que la decepción es buena para fortalecer los espíritus, así que algo saldréis ganando a pesar de todo.
Ante todo, el motivo de que haya propuesto esta doble viñeta es que ambas vienen a conformar dos de mis páginas favoritas del gran John Buscema. De hecho, tras su fallecimiento, intenté tantear la cosa a ver como estaba el tema de hacerme con los originales, pero me resultó completamente imposible porque no se encontraban a la venta. Por cierto que si no me falla la memoria, creo haber leído en el último Marvel Spotlight dedicado a los Avengers que los conserva su nieta, Stephanie Buscema, también dibujante, al igual que su abuelo.
Situando la viñeta en su contexto más o menos histórico, lo primero que me gustaría destacar es que por aquella época Roy Thomas se había ganado a pulso la total y absoluta confianza de Stan Lee, quien seguramente no se debía estar creyendo que aquel recién llegado, que apenas un par de años antes había abandonado su puesto de profesor de literatura inglesa para dedicarse a escribir cómics, no sólo le estuviese ayudando eficazmente en las labores editoriales, sino que encima le estuviese mejorando todas las tramas y subtramas argumentales de la gran mayoría de series en que le había sustituido.
Esto viene al caso porque yo también estoy con Hellpop en que la idea original de esta doble viñeta (o viñeta a doble página, como prefiráis) fue más cosa de Thomas que de Buscema. Es más, si no me bailan las neuronas, creo haberle leído en Alter Ego que de hecho fue así. A modo de confirmación, es bien conocido lo mucho que a Thomas le gustaba hacer uso de su formación literaria al escribir sus historias, algo que se hacía especialmente evidente a la hora de introducir en ellas alguna que otra cita o poema que a él le agradaba de una manera especial, obviamente con intención de proporcionar un cierto sentimiento, a la vez que mensaje, a las historias que escribía.
En el caso de los Vengadores, fue precisamente en esta serie donde vino a utilizar varios de sus poemas preferidos. El que a mí particularmente más me encandiló de todos ellos fue el utilizado al final del Avengers # 57, en aquella estupenda historia que presentaba a la Visión y que concluía con la destrucción de Ultrón 5. La última página resultaba para mi gusto especialmente mágica, cuando el chaval encontraba la cabeza de Ultrón en el basurero, empezaba a darle patadas y se ponía a jugar con ella al fútbol, al mismo tiempo que Thomas aprovechaba para narrar el hermoso
Ozymandias de Percy Shelley como colofón a aquella “pequeña historia dentro de una gran historia” que utilizaba a modo de epílogo. Aunque sin duda, el más conocido de todos los utilizados por Thomas en aquella época fue
Flower in the crannied wall de Alfred Tennyson, utilizado en el Avengers # 76 como metáfora del frustrado amor entre Wanda y Arkon y que concluía con aquella flor marchita abandonada por Wanda.
Quizás habría que haberles preguntado a todos aquellos intelectuales de medio pelo que por aquel entonces despotricaban de Marvel y del género de superhéroes si sabían quiénes eran Percy Shelley o Alfred Tennyson.
Pues bien, en el caso concreto de estas dos viñetas en cuestión, Thomas recurrió al poeta norteamericano Robert Frost a la hora de escribir la historia que iba a plasmar en el Avengers # 61. Una historia que suponía la continuación de otro espléndido tebeo, el Doctor Strange #178, en la que aparecía el Caballero Negro de invitado y los Hijos de Sattannish como villanos, y en la que sobre todo aparecían Gene Colan y Tom Palmer haciendo unos lápices y unas tintas dignas de una mayor mención que la que yo les estoy haciendo ahora.
En este sentido, los demonios asgardianos Surtur e Ymir, creados por Kirby para los magníficos Relatos de Asgard, venían a simbolizar el Fuego y el Hielo que inspiraban a Thomas como eje de la historia, utilizando a la hora de componer su título los dos primeros versos del
Fire and Ice de Frost sobre los que basaba la aparición de los personajes.
Supongo que al tener tanto Vértice como Forum que traducir necesariamente el título al castellano, (por cierto, aquí he de coincidir nuevamente con Hellpop en la excelente rotulación que se curró Ferrán Delgado para las BM, y lo difícil que lo tenía al tener que añadir más letras a la rotulación original sin que esta perdiera nada de su dramatismo, como ha mencionado Pato), en España siempre ha acabado pasando un poco desapercibido el hecho de que el título
“Unos dicen que el mundo terminará por Fuego, Otros dicen que por Hielo”, estaba compuesto en realidad por los dos primeros versos del
Fire and Ice de Robert Frost. La verdad es que también es cierto que la cosa se reconoce mucho mejor al leerse el título en su idioma original, al identificarse con más facilidad los dos versos iniciales del poema:
Some say the world will end in fire,
Some say in ice.
From what I´ve tasted of desire
I hold with those who favor fire.
But if it had to perish twice,
I think I know enough of hate
To say that for destruction ice
Is also great
And would suffice.A la hora de relacionar el simbolismo que conlleva la utilización de los dos primeros versos en el título con el contexto de la historia que narran Thomas y Buscema, parece que tiende a confirmarse la versión mayoritariamente aceptada del poema sobre que los polos opuestos (en este caso el Fuego y el Hielo) son caras de la misma moneda y tienen más cosas en común de lo que habitualmente se piensa. De hecho, al final de la historia, el hechizo del Dr. Extraño sirve para enfrentar a Surtur e Ymir entre sí, siendo la consecuencia que pese a ser seres elementales completamente opuestos, ambos resultan ser tan semejantes que se acaban destruyendo mutuamente.
Aún así, hay otras interpretaciones del poema que a mí me llegan a resultar más interesantes. Hay gente por ejemplo que opina que el poema no es tan inocente como a primera vista parece, sino que en realidad posee connotaciones muy encontrables en el clásico
Inferno de Dante (cierto es también que la amenaza que Thomas y Buscema presentan en esta historia son en realidad dos archidemonios). Más extendida es la versión que identifica estos versos con las emociones humanas más básicas y a flor de piel: el fuego (deseo) y el hielo (odio), ambas igualmente dolorosas y que nos pueden acabar llevando a nuestra propia destrucción. A mí particularmente es esta última la interpretación que más me pone, pero supongo que la utilizada por Thomas es la mayoritariamente aceptada, y la de Dante es la que me imagino que más llama la atención.
Como estaréis comprobando, a estas alturas ya me he perdido totalmente, así que antes de que se me vaya la olla del todo, voy a tratar de pasar a la parte gráfica.
A ver, como ya he indicado al principio de todo este rollo, si he acabado eligiendo esta doble viñeta y no cualquier otra del final del Avengers #57 o incluso del DS #178, no ha sido sólo porque me guste el lado poético que impregna la misma, sino precisamente por la fascinación que en ella me produce el trabajo de John Buscema, pletórico en aquellos años (no puedo evitar que ahora mismo también se me esté viniendo su trabajo en Namor a la cabeza), tan estrella como Kirby y capaz de hacer unas figuras en movimiento siempre increíbles.
Y si su técnica narrativa y la sensación de movimiento de sus figuras resultaban perfectas, en esta doble viñeta supo además, para mi gusto, hacer suyas dos notables influencias que enriquecían aún más el resultado de su personal estilo de dibujo: la integración del título en la composición de la página habitualmente utilizada por Will Eisner (Harvey Comics acababa de resucitar a Spirit en 1966) que acertadamente ha destacado Hellpop, y la trasposición al mundo de los superhéroes de los alucinantes ambientes e imaginería que Frazetta empezaba a hacer triunfar en el mundo de la ilustración a finales de los sesenta y que luego explotarían en las portadas de los magazines a b/n que se empezarían a publicar apenas unos pocos años más tarde.
No creo ser el único en pensar que son dos viñetas a toda página/splash pages realmente impresionantes. A mí me gusta el efecto de descubrir una página a continuación de la otra, pero la verdad es que años después, durante el transcurso de una entrevista realizada a Buscema por el propio Roy Thomas, éste se arrepentiría profundamente a lo largo de la conversación de no haberlo sabido arreglar editorialmente para que ambas quedasen contrapuestas a doble página, en lugar de cómo acabaron publicándose, separadas una tras otra. Por cierto, que en esa entrevista, aunque a Buscema no le gustaba mucho recordar las páginas de superhéroes que había hecho a lo largo de su carrera (por decirlo suavemente), vino a revelar que estas dos páginas eran de las que más orgulloso se sentía a lo largo de su carrera y de las que siempre mantenía en su recuerdo.
Lo más evidente que se me viene a la cabeza al comentarla es el gigantismo de sus protagonistas, Surtur e Ymir. Creo que no hay discusión sobre quiénes son los personajes que dominan la escena. Su contraposición con las proporciones de los Vengadores te cuenta perfectamente de que va la historia en estas dos primeras páginas. Y por si hubiera alguna duda de la doble amenaza/dualidad a la que los héroes han de enfrentarse, la composición es además paralela en ambas viñetas, (en diagonal descendente de izquierda a derecha) con ambos protagonistas en el margen superior izquierdo, los versos de Frost siguiendo la estela de sus figuras y aumentando de tamaño la rotulación hasta llegar por fin a las palabras Fire e Ice, que son las de mayor tamaño de todas ellas, efecto que a mi modo de ver resalta aún más el gigantismo de la simbología profética que se quiere representar a través de Surtur e Ymir. Además, al ir descendiendo la visión de quien está leyendo los versos el resultado me parece ingenioso y muy bien pensado.
De hecho, si os fijáis, las palabras Fire e Ice resultan aún mayores que las propias figuras de los Vengadores situadas en el borde inferior, que casi están haciendo más frente a los versos de Frost que a los propios Surtur e Ymir.
Individualmente consideradas, la viñeta que me parece más conseguida es la de Surtur. Sus rasgos son clásicamente demoniacos, al estilo de los demonios de pesadilla que plasmaba Virgil Finlay. Pero es que además es un demonio del fuego, una criatura propia de las leyendas mitológicas en que se basa la historia y cuyas bárbaras y musculosas visiones, siendo totalmente Buscema, no dejan de recordarme a Frazetta, lo que me parece importante destacar ya que Buscema acabaría siendo subido a los altares por su trabajo en Conan, personaje identificado gráficamente a partir del trabajo que Frazetta realizó sobre él (la verdad es que al igual que Frazetta hizo en el campo de la ilustración, Buscema resultó perfecto para trasladar a los tebeos la Edad Hyboria soñada por Howard). Por otra parte, la sensación de movimiento que de por sí posee su figura me parece además genialmente resaltada por el uso de las líneas cinéticas que utiliza a modo de sombreado y por las peludas cerdas de sus brazos.
La viñeta de Ymir es más fría, nunca mejor dicho como dice Pato. De hecho, casi más que un demonio, produce más una sensación de ser primigenio, algo que también es Surtur, pero que sin embargo queda más “camuflado” por su aspecto diabólico. El resultado es una viñeta más rígida debido al efecto congelador que necesita transmitir, pero aún así, Ymir sigue pareciendo afilado hielo en movimiento.
De todas formas, aunque en el fondo esto siempre acabe siendo cuestión de gustos, para mí el fuego transmite más dramatismo a una escena que el hielo, que me parece más propenso a escenas de serenidad.
En cualquier caso, ambas viñetas adquieren todo su sentido al enfrentarlas una a continuación de la otra, que es cuando el lector tiene toda la información que necesita para saborear la historia que se dispone a leer, tal y como señalaba Hellpop en su comentario. Por eso, creo que no se podía comentar una sin hacer referencia a la otra.
Y ese es el motivo por el que he hecho trampas y en vez de una viñeta, haya propuesto dos. Por eso, aunque haya sido bastante tramposo, espero que tengáis en cuenta que en el fondo lo he hecho con buena intención.
Bueno, llego a tiempo antes de que llegue Taneleer y no me quede nada que aportar
Le dijo la tracha al trucho:
Con Taneleer, cuidado has de tener mucho,
Si vas a comentar, aprovecha bien el cartucho,
pues con semejante cabrón la caza luego no abunda mucho.