Buenas
,
Batman de Norm Breyfogle 02.Continúo con la lectura de la serie de tomos que Planeta dedicó al espectacular dibujante Norm Breyfogle. Vamos a ver qué nos trae esta segunda entrega:
El primer episodio, todavía con Eduardo Barreto a los lápices, cierra la historia iniciada en el tomo anterior en torno al submundo de las snuff movies. Es un desenlace amargo, pues la historia prometía bastante más y Alan Grant entrega un final moralista y didáctico, que traiciona el espíritu de todo lo que hemos ido leyendo hasta el momento y además no resulta nada verosímil. Resulta sintomático que precisamente en este número se vea por vez primera a Batman alternando amistosamente con la policía e incluso en alguna viñeta intuímos que está trabajando a plena luz del día, algo absolutamente intolerable.
Más interesante es el siguiente arco argumental centrado en Tulpa. La historia funciona muy bien cuando prima el terror y el
fantastique pero pierde intensidad al revelar todos sus misterios, algo que ocurre demasiado pronto. La presencia del "otro" resulta inquietante y otorga suspense, sin embargo se opta por una historia de monstruos llena de acción. La aventura nunca acaba de malograrse, pero tengo la sensación de que con un enfoque más intimista y sugerente y un guión más trabajado podríamos estar hablando de un pequeño clásico.
Tras una veintena de capítulos enfrentando a Batman con nuevas e inesperadas amenazas, llega el inevitable momento de echar mano de la galería de villanos clásicos del personaje. Será Clayface el primero en hacer los honores, en una historia que sirve para intentar reunir a las diferentes encarnaciones que el personaje había tenido hasta el momento. A pesar de ser una historia más convencional en comparación a las del primer tomo, deja algunos buenos detalles: alguna splash page espectacularmente dibujada por Breyfogle, la lucha de Batman contra el recuerdo de la muerte de Robin y el balazo que encajó Barbara Gordon, el romántico final que protagonizan Clayface III y Clayface IV...
En estas primeras historias del segundo tomo, aparecen además varios detalles que recuerdan a los cómics de Spider-Man: ante la imposibilidad de seguir a su enemigo, Batman se saca del cinturón un bat-rastreador para poder seguirle la pista, tal y como suele hacer el trepamuros; o la típica escena en que un kioskero es sorprendido porque uno de sus periódicos es agarrado desde el cielo, luego recibe el dinero de la misma forma y en la siguiente viñeta vemos al héroe leyendo la prensa, agazapado en una azotea o encima de una farola.
"-No hay crimen pequeño para mí." (Batman)
Los siguientes números retoman el tono de historias anteriores y relatan el crossover imposible entre Batman y V de Vendetta, que encuentra su homenaje en el personaje de Anarquía. Los diálogos de Grant vuelven a brillar en la caracterización de Anarquía y a pesar de que sus acciones no son aprobadas por Batman, en realidad no se aleja demasiado del modus operandi del murciélago, como bien le hace notar Alfred en una de sus escasísimas apariciones en esta colección. Se apunta el conflicto ideológico de ambos personajes, Anarquía defiende a los oprimidos y desamparados, saltándose la ley y actuando con violencia desatada; Batman defiende a los inocentes, sea cual sea su condición, saltándose la ley y actuando con violencia controlada. También Breyfogle sabe adaptar su buen hacer a esta historia en concreto, y en alguna página dispone las viñetas en forma de una enorme "A", símbolo del personaje Anarquía. En lo personal, esta vampirización del concepto creado por Alan Moore me parece una feliz recuperación de un personaje que ya forma parte del acerbo popular, a la vez que se respeta la obra anterior en la que está basado.
Tras Clayface, le llega el turno a otro villano legendario, El Pingüino, personaje que aparentemente acaba de morir. La historia, que se inicia con el emotivo funeral del criminal, recupera a un Kadáver más desatado que nunca, como improbable socio de El Pingüino, en su nuevo intento de dar un golpe perfecto. Son cómics que poseen un innegable sabor clásico, dinamitado quizás porque el reguero de muertes contínua a buen ritmo. En cualquier caso, esta historia abandona el tono callejero y ultraviolento del primer tomo y se adentra en terrenos puramente superheróicos, en este caso con buenos resultados.
Un flojo número con Catman y Catwoman es el primero de una serie de episodios autoconclusivos que completan el tomo. El segundo de ellos es una historia con tintes ecológicos que termina en tragedia. Por último, Batman intentará guiar por el buen camino a unos niños que están cometiendo sus primeros delitos, a la vez que recuerda como se desarrolló su propia infancia tras el violento asesinato de sus padres. Al contrario de lo que sucedía en la historia de las snuff movies, el contenido didáctico nunca estrangula este número y, a pesar de que no es gran cosa, supone un broche más que correcto para terminar este segundo tomo del Batman de Norm Breyfogle.
Próxima estación: Batman de Norm Breyfogle #3.
saludos