Ahora voy, es que no he tenido mucho tiempo.
Los caballeros del Zodiaco (traducción libérrima de Saint Seiya) es una de las primeras series de mi infancia de las que tengo recuerdos (concretamente del primer capítulo, donde Seiya es machacado por un gigantón, y al final le corta la oreja...) Recuerdo que la veía de vez en cuando y me gustaba bastante, aunque nunca me enganchó de la misma manera que Dragon Ball. Recuerdo que mal lo pasaba con lo mucho que sufrían los protagonistas, y la cantidad de sangre que derramaban en cada pelea (una lección para los niños, para conseguir cualquier cosa hay que sufrir). También me trastocaba bastante la ambigüedad sexual de algunos de los personajes, que creo que fué uno de los motivos por que dejaron de emitir la serie aquí.
Hace unos años volví a vérmela entera (bueno, hasta los caballeros divinos) gracias a los DVD´s de un amigo. Es cierto que la serie puede parecer arcáica, que no ha envejecido demasiado bién, y que los argumentos y los combates pueden ser de los más básicos, pero aún así me siguió gustando. Llamadlo gusto por lo clásico.
Pero volvamos al grupo que nos ocupa: los caballeros de bronce. Originalmente eran diez (Pegaso, Dragón, Fénix, Cisne, Andrómeda, Unicorio, Hidra, Oso, Lobo, León) pero los cinco primeros despuntaron rápidamente del resto, demostrando un poder que iba mucho más allá de lo que su estatus hacía suponer.
A mi me gustaban bastante, tenían personalidades definidas, (vale, no puede decirse que tuvieran una psicología muy currada, pero estaban bién) y aunque tenían un claro protagonista (Seiya) me gustaba que todos cumplieran su papel en el grupo, y que todos pudieran en un momento dado derrotar a un enemigo con el que otro no había podido. Pero vayamos a lo que me gusta, hablar de cada personaje.
Seiya: Caballero de Pegaso. El prota absoluto. Prototipo de protagonista que podemos ver en muchos manga (aunque él sería de los primeros) joven idealista, luchador, por momentos algo infantil y despistado (aunque esta característica la fué perdiendo, ya que conforme avanzaba la serie cada vez había menos espacio para los momentos cómicos) muy sufridor, y que siempre se crece ante la dificultad de los combates. Era el que menos me gustaba, chupaba demasiado protagonismo, se repetía como el ajo con sus técnicas, y su personalidad no me atraía demasiado.
Shiru: Uno de mis favoritos, Caballero del dragón. Serio, reflexivo, inteligente, noble, orgulloso. Daba la impresión de poder superar cualquier obstáculo, por dificil que fuera. Por algo tenía el mejor maestro, que le enseñó la importancia de la meditación oriental. Hay dos cosas que destacaban de él, una, que se quedó ciego al menos dos veces durante la serie, y aún así seguía peleando con dos cojones, y otra, que cada dos por trés se quitaba la armadura porque le gustaba luchar a pecho descubierto... era un poco exibicionista, que se le va a hacer.
Yoga: Caballero del cisne. Entre eso, su aspecto, y sus posturitas, hacía pensar bastante sobre su sexualidad. Pero bueno, teniendo en cuenta la ambigüedad de los antigüos griegos, a cuya tradición pertenecen los caballeros, pues estas cosas pasan. Me gustaban sus ataques de hielo, eran más variados que los de los otros. También tendía a sufrir mucho , siendo dado por muerto varias veces. Sensible y romántico,, su devoción por su madre muerta me daba penita. Su combate contra el caballero de Acuario es uno de mis favoritos de siempre.
Shun: Caballero de Andrómeda. Bueno ,si hablabamos de la sexualidad de Yoga, no digo nada de éste. Menudito, peliverde, armadura rosa con tetas...
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Mientras a todos les correspondía una armadura de un animal, él tenía una con forma de mujer. Y encima se crió en la isla de Lesbos... Se le conoce una posible novia, es cierto, pero con la pinta de machorra que tenía la tía, probablemente su relación fuese de lo más peculiar. En cualquier caso , nunca tuvieron huevos de decir abiertamente que era gay, motivo por el cual ha sido bastante defenestrado y criticado. Su personalidad tampoco ayuda: tímido, pacífico, luchaba siempre con la cadena y raras veces daba un puñetazo, encima ganaba pocos combates, y se pegaba continuamente a las faldas (literalmente) de su hermano, por quien lloraba continuamente (que si no me quiere, que si ha muerto). A pesar de todo, admito que me caía simpático. Entiendo sus principios, y me parece bién que a un guerrero no le guste la violencía innecesaria... a pesar de todo muchas veces sorprendía demostrando un gran poder y dando buenas peleas.
Ikki: Caballero del Fénix. Este destacaba por varias cosas, empezó siendo malo (por motivos bastante justificados, además) para luego arrepentirse y ponerse del lado de los buenos. No sé vosotros, pero yo era la primera vez que ví algo así en un manga, por lo que podemos decir que fué predecesor de personajes como Vegeta. El macarra del grupo, el outsider que casi nunca estaba con ellos al principio, y que siempre aparecía sorpresivamente para salvar a su hermano (que después de veinte veces, la sorpresa como que se perdía
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) Me gustaba bastante, era muy fuerte, y sus técnicas eran más variadas que los demás (usaba ilusiones para descolocar a sus enemigos... una técnica normalmente reservada para los malos) y podía resurgir de sus cenizas (con lo cual podían matarlo las veces que quisieran) no lo cuento entre mis favoritos porque se notaba demasiado los intentos de los autores para presentárnoslo como el más guai... y eso, como que cansaba.Tuvo un momento estelar cuando venció al caballero de oro de Virgo... ¡a pesar de no poder ver, ni oir, ni oler, ni moverse...! no sé a vosotros, pero a mí me recordaba al caballero negro de Los caballeros de la mesa cuadrada