A mí personalmente si se edita directamente en formato de lujo me va mejor, porque si no me pasa como con la colección del Capi de Bru, que me gasto el dinero en la grapa y luego en el Deluxe para tenerlo bonico.
Eso sí, para fomentar la afición, cuanto más populares sean los formatos, mejor, todo lo que pudiera ser rentable en grapa debería ir en grapa. Otra cosa es pan para hoy y hambre para mañana. Porque el lector ocasional de la FNAC que pueda sentirse atraído por un tomo así, luego no sostiene el mercado.
yo lo veo igual
además los MD son algo aperiódicos, con lo que puedes comprar los que te interesen sin prisas, y deben funcionar a medio plazo, como que no se agotan tan rápido como las grapas y tomitos normales,
y siempre puedes revender tus grapas y recuperar la inversión
Desde mi punto de vista, hay varios puntos a tener en cuenta:
1/ El mercado es mucho mayor que hace algunos años, donde estaba fundamentalmente sostenido por las librerías especializadas. En la actualidad, el cliente que hace que las librerías especializadas permanezcan abiertas es el que religiosamente se compra sus grapas de Marvel cada mes. A ese respecto, Panini cuida mucho a su cliente: las grandes colecciones de Marvel, las que son imprescindibles, salen en grapa, y, salvo excepciones, ven la luz en tomo aquellas series que no tendrían salida alguna en otro formato de tratarse de un mercado más reducido. No obstante, el cliente que consigue que esas librerías especializadas tengan beneficios y reinviertan éstos en reinvertir y mejorar sus negocios es el cliente ocasional, que compra fundamentalmente libros.
2/ Dicho lo cual, el grueso de la compra que lleva a cabo el cliente ocasional se produce en grandes librerías y centros comerciales. Allí compra libros, fundamentalmente de tapa dura, porque además son los que mejor encaje tienen en ese tipo de centros comerciales, donde hay una dura batalla por posicionarse en las estanterías. El cliente ocasional está además acostumbrado a pagar 20 o más euros por un best-seller, y al no comprar de manera habitual, también los paga por un cómic, siempre que le guste y la edición merezca la pena. Sin embargo, es refractario a formatos más populares, que no tienen cabida en este tipo de tiendas.
3/ En los últimos años es que el puesto de venta tradicional, el quiosco, ha dejado mayoritariamente de vender tebeos, al tiempo que ha ido progresivamente cerrando. En los últimos tres años, y esto es aterrador, se han cerrado la friolera de 4.000 quioscos. Esto dificulta la existencia de lanzamientos a precios populares (como los coleccionables semanales que se hicieron en el pasado) que atraigan lectores con escaso poder adquisitivo. En este escenario, por ejemplo, la revolución que supuso en su momento la Biblioteca Marvel (sin duda, el mayor acontecimiento editorial de la década), sería completamente imposible. No obstante, hay datos que apuntan hacia una progresiva recuperación del quiosco, probablemente porque su crisis haya tocado ya fondo.