He leído
Creepy Nº 5.
Con este tomo llegamos al Nº 25 de la revista y he de decir que el nivel de las historia desciende un poco, sigue habiendo buenas historias pero se nota la ausencia de Goodwing a los guiones, aunque en este tomo escribe alguna, pero sobre todo los finales ya no son tan sorprendentes como al principio.Tampoco hay historias que continúen, solo tenemos autoconclusiva, y se abusa de ciertas temáticas como los hombres lobo o la magia, teniendo varias historias consecutivas de las mismas.Por otro lado a un guionista que aparece con más asiduidad que otros, William Parente sobre el que parece recaer el relevo de Goodwing con ciertas historias de interés.
Se vuelven a incluir historias de ciencia ficción y alguna relacionada con la espada y brujería, aunque centrada en el terror, claro.
También encontramos un relato de H. P. Lovecraft, no muy bueno por cierto.
En los dibujos también encontramos cierto descenso de la calidad, destacando el dibujo de Ditko que es muy bueno y que resulta curioso que suela estar relacionado con historias de magia, otro sería Dan Adkins cuyos dibujos me encantan en esta serie o Sal Trappani que tiene un aire a Gil Kane.
También encontramos una historia dibujada por Colan.
Por último destacar los dibujos de Tom Sutton, que siempre me gustó como entintador, pero que como dibujante no lo hace nada mal y al que se le ve cierta evolución en el tomo.
En este tomo se produce la llegada de Ernie Colon a la serie, aunque su trabajo no termina de gustarme demasiado.
Como siempre no me sigue gustando que los correos estén todos juntos porque se hace pesado, aunque reconozco que me he reído con muchas respuestas a los lectores.
La bajada de calidad de las historias hace que me plantee la mi continuación de la serie, junto a la periodicidad, aunque soy un amante de los comics clásicos y el género de terror, estas historias pueden hacerse un poco pesadas y si encima no se racionan pues peor.
Soy bastante duro para dejar una colección, es posible que compre el siguiente, pero como no cambie un poco la cosa, puede que sea el último o lo deje para más adelante.