El gran dictador: Una pasada. La obra cumbre de Chaplin, y puede que el referente por excelencia del cine cómico en general, pero con cierto enfoque moralista y dramático. Cargada de ironía, ridiculiza la figura de Hitler y es una crítica a los totalitarismos. Es increible cómo Chaplin consigue provocar la carcajada a pesar de tocar temas tan susceptibles como la guerra y las dictaduras. Una obra maestra que me apetece volver a ver, y lo haré un día de éstos.
A diferencia de lo que pasó con Harold Lloyd (mi otro gran cómico favorito), aunque el cine mudo ya ha dado paso al sonoro, Chaplin está en plena forma.
Por cierto, hay un par de anécdotas de esta película que me han llamado la atención: una es que no sabía que esta película es de 1940 (es decir, previa a la finalización de la Segunda Guerra Mundial, cuando todavía no se tenía conciencia del Holocausto ni de los campos de concentración), pensaba que era posterior. La otra es que estuvo censurada en España (cómo no) hasta 1975.