Otro tebeo alemán. Otro de Reindhard Kleist. Auténtica delicia de lectura. Y mucho me temo que no está traducido al español y sinceramente, si esto es así, no sé a qué se debe.
Antes que nada quiero decir que lo que yo diga ahora le va a hacer muy poca justicia a este tebeo, que se merece una reseña en condiciones. Yo soy fallón redactando, desorganizando, malo en la síntesis y me lo curro menos que Rob! a los lápices. Lo dicho, mejor os leéis el tebeo.
Entrando en materia quiero recordar que Kleist es un autor reputadísimo en Alemania y que tiene alguna obra traducida al español. La historia y el dibujo son suyos. Los diálogos de Tobias Meissner, quien también tiene un nombre en el mercado germano. Debo de decir que me gusta muchísimo más el dibujo y la trama que los textos, que podían estar mejor escritos. No están mal, muy correctos, pero muy fríos y académicos por momentos, aunque todo sea dicho, con algunos pasajes de mucho más nivel.
¿De qué va Berlinoir? Como su nombre indica trata de una Berlín un tanto "noir". Partiendo de aquí, tenía mis dudas con la historia. A mí me gusta mucho el género negro. Sin embargo es un imán para mucho aspirante a juntaletras, como comentaba con un compañero del foro al hilo de una entrevista a un novelista que opinaba en esta dirección. Sin embargo, yo ya conocía a Kleist y eso me dio cierta seguridad.
La segunda duda me surgió al saber que en cierto modo, es una historia de vampiros. También me gustan los vampiros, pero cuando ya a mis tiernos 11 ó 12 años me di cuenta de lo chorras que eran los libros de Anne Rice, lo estúpidas que eran muchas películas y en definitiva, lo barros que tenían que tragar los chupasangres en diferentes manifestaciones pseudoartísticas de nuestros tiempo. Menos mal que Crepúsculo me ha pillado lo suficientemente viejo como para no acercarme ni con un palo. En cualquier caso, aquí tenemos a unos vampiros muy bien caracterizados y no, no importan que sean vampiros, podrían haber sido extraterrestres y la historia funcionaria con pocos cambios. De hecho en parte me ha recordado a Bóvedas de acero de Asimov.
A partir de aquí, no sé cómo poner mis ideas en orden. La obra es bebe de tantísimas fuentes que me pierdo como las aves que no saben centrarse en cazar una sola cría de tortuga marina cuando un ejército de ellas tratan de llegar desesperadamente al mar.
Empezando por lo obvio, por el título. Sí, tiene un aire Noir. Está el tipo duro de la gabardina, está la femme fatale, está el amo del cotarro, está el matón. Existen líneas narrativas detectivescas, crímenes horrendos, lunáticos asesinos y monstruos inocentes. Pero no, Berlinoir no es solo eso, es mucho más.
¿Vampiros? Sí, hay Vampiros, pero no como estamos acostumbrados a verlos. Hablamos de unos Vampiros que rigen legalmente la ciudad. El alcalde de Berlinoir es un vampiro, su policía son vampiros, los concejales son vampiros... La alegoría de los políticos parásitos se pone a huevo, pero no tan rápido vaquero, aquí hay mucho más de lo que parece.
Los Vampiros son una suerte de déspotas ilustrados. Quieren lo mejor para el pueblo, pero sin el pueblo. Al menos, una parte de ellos. Son Vampiros que ha pasado toda su no-vida escondiéndose de los humanos y en un momento dado decidieron que el mundo sería un lugar mejor si ellos gobernasen. Los humanos, esos estúpidos seres de vida corta, jamás imaginaron un bienestar tan grande siempre que se atengan a las reglas. Y aquí, claro está, entran los conflictos.
¿Qué clase de libertad es esta? ¿Era mejor el mundo de los humanos con todas sus miserias? ¿Es mejor vivir en la comodidad gobernados por otros seres o volver a la barbarie de la que solo nosotros somos responsables?
Y aquí es donde entra la gran protagonista de la historia: Berlín. Sí, hay personajes entre los humanos y los vampiros con más o menos peso, pero otra de las grandes influencias de esta obra es la novela social al estilo de, salvando diferencias pero para que nos entendamos, La colmena de Cela. Los personajes vienen y van, algunos desaparecen muy pronto, otros no aparecen hasta el final, todos ven las cosas de un color distinto, pero todos viven y mueren en Berlinoir.
¿Y qué es Berlinoir? Es Berlín a lo largo de sus distintas épocas durante el s.XX. Como si de una Crisis on Infinite Berlins se tratara, todas estas visiones de la capital de Alemania se pliegan en una.
Tenemos la capital prusiana de principios de siglo, la alegre Berlín de los cabaret de entreguerras, la Berlín nazi, la de la postguerra, la Berlín dividida por el Muro. Y estéticamente es simple y llanamente apabullante, magnífico en este apartado el señor Kleist. El legado de la Berlín imperial en contraste con la de los suburbios actuales del este; las edificios de clase obrera del s.XIX conviviendo con la onírica Metropolis de Fritz Lang, el Plattenbau soviético mano a mano con el art déco, la arquitectura marcial y funcional frente a los neones ciberpunks; los campos de concentración, las fábricas, las casas ocupadas, los Kneipe, los carteles de propaganda política... en fin, un auténtico ejercicio de documentación y malabarismo histórico para ilustrar una obra magnífica. Por cierto, que el Bauhaus quizá no tenga el protagonismo que se mereciera, pero bueno, lo creo un tema menor.
Y la obra aún ofrece más. Tampoco nos podemos quedar solo con que Berlinoir es un recorrido por la Berlin del s.XX. Eso es el gran tapiz, donde se hilvanan las vidas de todos los personajes que viven en ella y cuyo hilos entretejen unos motivos políticos, metafísicos y teológicos a un nivel supra individual y social.
En mi opinión, el lector de esta obra cometería un gran error al quedarse con el pesimismo romántico de Mardocles o la idealismo nihilista de Niall, el fanatismo de Veta o la intolerancia de Cadressis. Las miserias, sueños y realidades de cada personaje dotan a la historia de una temática multidimensional y que al final parece dejar a todo el mundo un tanto perdido en un sociedad incapaz de respetarse a sí misma y donde la ignorancia parece derribar los puentes entre semejantes y diferentes.
Me quedo con una de las muchas frases que me gustaron. Quizá por su brevedad. Un vampiro, sobre el terror y el odio que despiertan en los humanos: "Quizá nos odiasen menos si supieran que nosotros también soñamos".
Meine Damen und Herren, si la obra efectivamente no está disponible en español pero tienen un nivel de alemán aceptable (no, este no es un tebeo de superhéroes que se lea con el inglés macarrónico de la facultad) háganse con ella, especialmente los foreros que viven en Alemania y conocen Berlín, que sé que hay un par de ellos.
Estupendo tebeo que ya está sin duda entre mis favoritos.