Con el quiosco, se suele partir de un principio falso: pensar que ha sido el cómic el que ha abandonado el quiosco, cuando es exactamente al revés. Son los quioscos quienes han decidido, en su mayor parte, que no les interesa vender cómics y que en un momento dado decidieron no cuidar ese producto. Esto es además consecuencia evidente de que los cómics en España tengan un determinado formato que es muy incómodo para el quiosquero: la grapa barata. ¿O por qué creeis que en Italia se hacen contenedores?
Y luego tenemos lo que se comenta más arriba: que es un puesto de venta agonizante. Han cerrado muchísimos quioscos en los últimos años y más que van a cerrar. El quiosco, tal y como lo conocimos los que éramos niños en los ochenta, ha dejado de existir.