Listo.
Vista Los Increíbles 2.
Me ha gustado mucho, mucho, bastante. Para mí, superior a la primera, que tiene un tono más irregular entre comedia y drama y algunas salidas que hacen de ella una película menos redonda. Esta, perfectamente definida, se ve más completa. Algo que parecen reflejar ya las recaudaciones, que están superando todas las expectativas.
Sobre la película en sí, las caracterizaciones han sido una maravilla. Sin duda el pedazo del pastel se lo llevan Bob y Jack-Jack, una relación en estado de gracia con una paternidad que da un juego enorme y muy bien llevada. No solo eso, la resignación de Bob está descrita a la perfección. Los matices del personaje son muy ricos, y eclipsan muchas veces al resto de la acción. La almendra de la película, al contrario que en la primera, está en casa. En lo que pasa en casa.
Bastante indicativo, que como ya decían los anuncios de la película ("¡Encantará a los adultos!", algo raro, que uno de sus principales objetivos sean no el público infantil o adolescente, sino el adulto en reclamos tan descarados), Los Increíbles 2 no sea en absoluto una película tipo del cine de animación. Algo que ya dejaba a su vez bastante claro el corto ofrecido, "Bao" (de una temática y sensibilidad que los niños no comprenden, y con una escena de "canibalismo" que hizo que los enanos de la sala se quedaran mudos), pero que además, se nota en su desarrollo.
Un largo silencio se ha adueñado de los peques de la sala. Algunos de ellos, los de la fila de al lado, se quedaron dormidos ("¿Qué ha pasado papá? ¿Todavía no ha acabado?"). Otros no paraban de preguntar y hablar en todas las escenas que no comprendían sobre adultos hablando, leyes del congreso, dinámicas familiares y demás. Ninguna sorpresa que el jolgorio infantil se haya desatado completamente en la escena de Jack-Jack con el Mapache. Un largo corto de slapstick puro que los pequeños sí podían comprender y disfrutar. Pero en el resto de la película, las risas han sido todas de los mayores. El público target explícito de la película. Supermamás y superpapás, representados por héroes y heroínas con barriguita, cartuchera y el culo panadero. Cosas reales, del día a día, que en pantalla se vuelven increíbles.
El villano ha estado bastante bien (de nuevo, su alegato en televisión no desentonaría en absoluto en cualquier película real de superhéroes), las dinámicas con los héroes también, y la escena con Frozono salvando el día me ha gustado mucho. El tercer acto sorprende poco, pero bueno, suele pasar. A destacar que quizás sea Dash el mayor sacrificado de la película y que menos recorrido tiene.
En definitiva, una gran película, que supera a su predecesora, y que va camino de convertirse en un record histórico.