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58ª Etapa: Avengers vol. 1 #286-290
(diciembre de 1987-abril de 1988)
Formación vengadora:
Capitana Marvel
Doctor Druida
Caballero Negro
Hulka
Capitán América
Namor
Villanos
-Heavy Metal. Formado por:
Super Adaptoide
Androide Asombroso
Centinela Kree 459
-Tess Uno
Mentallo
Invitados especiales
Marrina
El Hombre Máquina
Kubik
Manta Raya
¡Vengadores reuníos!
Despedimos el año diciendo adiós a la que probablemente sea la etapa más renombrada de Los Vengadores: la que guionizó el gran Roger Stern, finalizando precipitadamente una etapa en la que el autor ya era veterano. Si hubiese seguido, podía haberse coinvertido en el Claremont Vengador, en el patriarca definitivo de los Héroes más poderosos de la Tierra. Pero ciertas decisiones editoriales se impusieron, y Roger Stern fue apartado de la mítica cabecera, tras algunas desavenencias con Mark Gruenwald, su editor. De hecho, Roger Stern solo aparecerá en los créditos de los números 286 y 287 de Vengadores, acompañado de Ralph Machio. A partir del 288, Roger Stern abandona la serie y Ralph Machio tendrá que terminar la historia del Superadaptoide. Tras este arco argumental, Machio daría paso a Walter Simonson y posteriormente regresaría brevemente a estos tebeos. Pero eso es algo que ya iremos viendo en otras lecturas.
Después tocaremos algo más el tema, pero primero vamos a dedicar unas líneas a resumir, muy someramente, estos cinco números. Este arco de "Heavy Metal" está protagonizado por el Superadaptoide, un villano más o menos regular en diversas cabeceras de Marvel con la capacidad de duplicar cualquier forma humana, incluyendo los superpoderes y habilidades de lucha. En plan del Superadaptoide es crear miles de millones de duplicados de adaptoides "en blanco", a partir de su propio cuerpo, para que luego estos duplicados, convertidos a su vez en adaptoides, repliquen a cada forma de vida humana que existe y, tras hacer tal cosa, matarla. Esto provocará un planeta Tierra gobernado por adaptoides, donde el Super Adaptoide se convertirá en el Adaptoide Supremo, y gobernador de un mundo sin humanos, solo robots que habrán asumido la apariencia de la humanidad. Pero ¿cómo haría esto? Pues convocando a Kubik, una personificación robotoide del cubo cósmico, para duplicarlo y así obtener un ilimitado poder de control sobre la realidad.
A tal fin, el Superadaptoide pone en marcha un alambicado plan, que comienza con él mismo haciéndose pasar por el Arreglador. Los Vengadores quedan pendientes de la fuga de la cárcel del aparente Arreglador. En realidad, liuego descubrirán que el Arreglador original descansa en uno de los tubos de contención de Los Vengadores en estasis, mientras que el Arreglador no es otro que el mismo Super Adaptoide, una vez replica su forma. Lo segundo que hace es convocar a Mentallo, con la idea de absorber sus poderes mentales, y despertar al Androide Asombroso, tras arrebatarle el control del mismo al Pensador Loco, su creador originario. El plan del Super Adaptoide proseguirá de forma similar, reclutando, uno a uno, a diferentes robots o formas de vida artificial, como Tess Uno o el Centinela Kree 459. También hará lo propio con el Hombre Máquina, a quien promete pagarle sus servicios resucitando a Yocasta. Sin embargo, el Hombre Máquina traicionará luego al Super Adaptoide, uniéndose a la causa de Los Vengadores. Unos Vengadores que, número a número, irán intentando seguirle la pista al Super Adaptoide, pero dando la sensación de que siempre van un paso por detrás del villano.
Finalmente, Los Vengadores serán capturados en prisiones cúbicas por parte del Super Adaptoide, siendo condenados a contemplar, impotentes, cómo el villano ejecuta su plan maestro. La clave de la derrota del robot estará sopresivamente, en el Capitán América, ahora convertido en el US Agente, luciendo el uniforme que luego reclamaría John Walker. El plan del Super Adaptoide parece ir a las mil maravillas. Ha convocado a Kubik y, tras absorber sus poderes, lo envía lejos a tomar por saco las galaxias, para que no interifera en sus planes. Comienza a replicar adaptoides en blanco, para que dupliquen cada forma humana y luego exterminen a la humanidad. Sin embargo, Kubik acaba contactando con el Capitán América, para hacerle parar semejante locura.
Le envía a la Hidrobase de los Vengadores para que enfrente al ya Adaptoide Supremo. Steve Rogers es solo un hombre, aunque no sea un hombre cualquiera. ¿Qué podría hacer para derrotar al villano, cuando ni siquiera las argucias del Dr. Druida o la fuerza combinada de Hulka y Namor ha dado resultado?
Pues la clave está en la retórica. El Capitán América le dice al Adaptoide Supremo que su plan de dominación mundial nunca podría triunfar: gobernaría la Tierra, mas no a la humanidad real, solo a simulacros que han sido corporeizados por adaptoides. Pero, tanto al Adaptoide Supremo como a sus engrendros artificales, les falta la conciencia y vivencia de la mortalidad. Nunca podrán emular a los humanos. Nunca podrán replicar formas de vida humana, porque a los robots les falta la originalidad en las ideas, la improvisación y, en definitiva, la extraordinaria manera de vivir que proporciona, paradójicamente, la mortalidad: el saber que la vida es breve y que todos estamos condenados a morir. Eso es algo que jamás podría tener un adaptoide, sea supremo o raso. El Super Adaptoide intenta convencer al Capitán América de que la mortalidad es algo que él mismo también puede simular, mostrando con ello que el Capitán parte de un planteamiento erróneo. Hasta tal punto logra hacerlo así, que el Adaptoide Supremo tiene al fin éxito y emula el mismo momento de morir. Con ello, cae fulminado. La prisión de Los vengadores se desvanece y Kubik reabsorbe del Adaptoide Supremo, ahora inerte, los poderes cósmicos que le fueron arrebatados. El Super Adaptoide es, en definitiva, neutralizado, y todo vuelve a la normalidad, despidiéndose Kubik de los héroes.
Este sería, en un resumen muy apretado, el núcleo de una trama que, a mi juicio, me parece un tanto caprichosa a ratos, con algo de relleno innecesario. la resolución de la historia a mí se me antoja poco inspirada, porque no es más que tirar de la proverbial trampa retórica, de una forma que recuerda no poco a la estrategia usada por La Patrulla-X para hacer que los Centinelas viajaran al sol para eliminar toda fuente de mutación, pero siendo eliminados en el proceso, al inmolarse en la estrella. No deja de ser, a la hora de la verdad, un recurso ya visto en el folklore, sobre cómo se engaña al diablo con palabras y astucia, que es de lo que tira el Capitán. Un Capitán América, por cierto, que aparece a última hora para salvar los muebles, demostrando con ello cierta inoperancia de la Capitana Marvel, acosada continuamente por las constantes indirectas del Dr. Druida, un personaje hecho definitivamente para caer mal. Un arribista de cuidado con intenciones más que oscuras. La propia Rumbeau no sabe cómo quitarse de encima en más de una ocasión a un personaje muy siniestro con ínfulas de Rasputín.
Por otra parte, tenemos a Marrina, en su clásico papel de pareja absorbente, obsesionada completamente con su amado Namor. Sin embargo, hay que admitir que los poderes de Marrina resultan bastante útiles y presenta una invulnerabilidad formidable. Tant ao más como HUlka, que no pierde la oportunidad de echar algún ojo lascivo a los musculitos del atlante.
Es curioso que esta etapa final de Vengadores acabe siendo tan interesante en lo coral pese a contar con personajes en principio de segunda fila, sin ningún miembro fundador: ni está iron Man, ni Thor. Ni la Avispa o Hank. Ni siquiera está Clint. Y el Capi aparece a última hora. Creo que nunca un elenco de secundarios dio tanto juego. Y espereo que todavía los sigamos viendo más tiempo. Sospecho que la agenda del Dr- Druida dará que hablar en próximas historias.
Para terminar, os dejo con la prometida traducción de las palabras que tanto Mark Gruenwald como el propio Roger Stern dedican a la despedida del último. Aparecieron en el correo de los lectores de Avengers #288.
Mark Gruenwald:Con este número, la serie atraviesa un Cambio de Guardia, ya que Roger Stern se baja de Los Vengadores como guionista residente, un puesto que ocupó capazmente por más de cinco años. Roger, quien fuera una vez editor de esta serie durante dos años, a finales de los 70, ha tenido una meritoria trayectoria como guionista de este título, acumulando la impresionante cifra de sesenta historias de los poderosos Vengadores.
Es tradición realziar algún pronuncimaiento semejante para eludir el tema de por qué una persona tan creativa como él está dejando este cómic, o bien aludir a alguna vaga pseudo explicación del tipo: "y entonces, ha decidido que era hora de realizar otros proyectos..." Generalmente, las razones por las que las personas abandonan estas tareas son personales o políticas y no le importan a nadie excepto al propio creador implicado. Pero, con la amable indulgencia de Roger, me gustaría hablar sobre esta particular partida con más detalle, para así dar luz sobre la relación de trabajo que mantienen un guionista y un editor.
Primero, dejadme decir que me gusta Rog y que probablemente deba mi trabajo en Marvel Comics a que fui recomendado por él. Hemos mantenido una larga y agradable relación de trabajo durante casi una década, él como editor mío, y luego yo como editor suyo. Siempre ha sido alguien fiable, entusiasta y meticuloso y, apostaría mi dinero, uno de los mejores forjadores de la palabra que puedes encontrar en este negocio actualmente. Entonces ¿qué pasó?
En algún momento de mediados de abril, le dije a Roger que tomara un vuelo a Nueva York para atender una reunión en la que íbamos a mapear el argumento de las historias de Los Vengadores para el siguiente año, y coordinarlas con las dos series de Capitán América y Thor. En una larga sesión vespertina a la que acudieron los guionistas y editores implicados (dos de los cuáles son a la vez editores y guionistas, pero no de las mismas series), planificamos lo que yo pensé que sería una nueva dirección, interesante e innovadora. Pareció que todos los participantes estuvieron de acuerdo. Sin embargo, cuando Roger volvió a casa y empezó a trabajar en los detalles específicos de este escenario, me informó de que no se le ocurría ninguna manera de hacer funcionar tal escenario sin tratar injustamente a algunos de los personajes implicados. En conclusión, que él no quería seguir la historia que habíamos discutido.
Yo no estaba interesado, tampoco, en hacer ninguna injusticia a personaje alguno, pero sí pensaba que la historia planeada podía llevarse adelante sin dañar a los personajes. Y tampoco estaba interesado en forzar a un guionista a escribir algo que no quisiera hacer. Así que, a pesar de una relación de trabajo amigable de más de cinco años, habíamos desarrollado lo que llamariamos "diferencias irreconciliables". Alguien tenía que ceder. Yo le informé a Roger de que quería continuar con las tramas que habíamos acordado y que, en consencuencia, contrataría a otro escritor que pudiera trabajar en ese escenario de manera suficientemente digna para hacerle justicia.
Así que esa es la verdad sin paños calientes. Espero que pueda trabajar regularmente con Rog en el futuro otra vez (me las he arreglado para involucrarle en algunos cómics de "Solo Avengers"), pero ahora mismo imagino que los dos estamos distanciados (sé lo que se siente cuando dejas una serie sin ser de forma completamente voluntaria, me ha pasado dos veces). De cualquier forma, me gustaría agradecer a Roger por cinco años de buen y duro trabajo vengador, y darle una oportunidad de decir adiós.
-Mark Gruenwald.
Roger Stern:
Durante los pasados cinco años, he tenido el privilegio de trabajar con una serie de personas muy muy talentosas. Ellos saben quiénes son (y también tí, si has leído los créditos), asíq eu no creo que tengamos que hacer una larga lista como en los Premios de la Academia. Nunca es fácil trabajar en una serie tan compleja como esta, pero, a pesar de todos los quebraderos de cabeza, disfruté escribiendo Los Vengadores. Lo voy a echar de menos.
-Roger Stern
Por mi parte, y sin haber leído de continuo lo que sigue, solo puedo decir lo que supongo que pesará mucha gente, y es que la salida de Roger Stern fue un hecho tremendamente desafortunado. Siempre nos quedará fantasear sobre lo que habría hecho Stern de haber continuado. Pero, de momento, despediremos con honores al que ha sido el guionista que más me ha hecho disfrutar, y con creces, de esta serie. Gracias Roger Stern
Por mi parte, quiero desearos un FELIZ 2024 VENGADOR con muchas lecturas por delante. Encantado de pertenecer a este selecto club. Esperamos que vuelvna algunas viejas glorias y se sumen muchos más. Ni más ni menos que como ocurre en las series de Los Vengadores