Astro City, de Busiek, Anderson y Ross.1) Bienvenidos a Astro City (o De cómo llegué a Astro City y, poco a poco, me fui enamorando de la ciudad y, por extensión, de la buena gente que la habitaba).Superhéroes. Era lo único que tenía en la cabeza cuando puse mis pies, al fin, en Astro City.
Sí, eso es, me bajé del autobús, recogí mis cosas y me dije "¿y ahora qué?". Y eché andar, mirando al cielo, esperando ver uno de esos superhéroes de Astro City de los que tanto y tan bien me habían hablado.
Entiéndaseme, no es que no haya visto superhéroes en mi vida. De hecho, he visto muchos, y de todo tipo. Incluso he estado en ciudades cuyo único aliciente es precisamente la presencia superheroica, como ocurre en Metropolis, Central City o esa Gotham que tan peligrosa se antoja y que, al mismo tiempo, es parada obligatoria. O en esa Nueva York idealizada que no aparece en ninguno de esos catálogos de viajes que venden en La Casa del Libro y en la que puedes hacer excursiones organizadas del Edificio Baxter a La Mansión de Los Vengadores mientras rezas para que en algún momento del trayecto puedas ver a Spiderman deteniendo a unos atracadores. Joder, después de eso, no sabía muy bien qué es lo que me podía ofrecer Astro City que no hubiese visto antes o que me pudiera sorprender.
Y entonces vi a Samaritano. Sólo una décima de segundo. "Una burda copia de Superman", pensé, como imagino que todos pensamos al verle por primera vez. Y sin embargo, había algo en sus ojos, en su mirada, que le hacía tan humano y vulnerable que casi parecía como si estuviese triste por algo. Una tontería, obviamente, porque su presencia era como la de un dios. Pero por un momento pude percibir esa tristeza y me propuse descubrir a qué se debía. Quizás había más que rascar de lo que podía parecer a primera vista.
Han pasado años desde entonces. Años en los que he aprendido a amar Astro City y sus gentes, en los que he conocido a todos esos superhéroes de los que me habían hablado y he intentado desentrañar sus sus secretos, sus recovecos, todo aquello que bajo esa fachada imponente les hace tan humanos como cualquiera de nosotros; en los que he descubierto poco a poco que la ciudad es mucho más que la suma de sus partes y que tiene vida propia (no literalmente, aunque podría).
Y echando la vista atrás, nunca habría imaginado que aquella décima de segundo, aquel instante, se quedaría grabado a fuego en mi memoria con tanta nitidez. Porque cualquiera de los que nos hemos quedado a vivir en Astro City sabemos lo especial que puede ser cada momento.
Por cierto, sé que es una tontería y que la mayoría de la gente dirá que te terminas acostumbrando, pero tanto tiempo después aún sigo mirando al cielo.
2) Un clásico moderno que homenajea al género (o Los cómics y la huella imborrable que dejan en nosotros aún no han dicho su última palabra, ni mucho menos).Voy a empezar con una obviedad: Astro City, el cómic, es ese pequeño espacio en el que se han quedado a vivir los héroes con los que nos hemos criado y a los que ya difícilmente somos capaces de reconocer en nuestras lecturas mensuales.
Tampoco vamos a sorprendernos demasiado porque la obra desprenda nostalgia por los cuatro costados, claro, que Busiek prácticamente ha consagrado su carrera a homenajear y glorificar los tebeos con los que se crió (no tanto en la forma, que a veces también, como en el fondo). Incluso ya nos había entregado a pachas con Alex Ross
aquella obra maestra a la que el tiempo ha convertido como uno de los mejores ejemplos de revisionismo nostálgico de la historia reciente del cómic.
Así, estamos hablando de un tebeo con una clara vocación de homenaje hacia una forma de hacer cómics de superhéroes, hacia los patrones clásicos que han cimentado las bases para que el género, tantas décadas después, esté en la cima de su popularidad.
Sin embargo, sería muy injusto limitarlo a una mera función revisionista.
Astro City surge como una necesidad vital del propio Busiek: tras el éxito de Marvels y lo infrutuoso de intentar continuar la obra desde una gran editorial, el proyecto encuentra su hueco en Image, con la complicidad del experimentado Brent Anderson que por aquel entonces en un retiro y del aclamado Alex Ross, el retratista de iconos favorito de la industria. El proyecto, tan humilde y ambicioso al mismo tiempo, consistía en el noble y a veces olvidado arte de contar historias de superhéroes, ni más ni menos, en un entorno común que actuara como nexo de unión entre los diferentes personajes. Básicamente lo que son los cómics de superhéroes, en efecto.
Y para ello se decidió reducir a los supers a su esencia más básica, a su ideal más primario (que no simple), al puro arquetipo.
Por supuesto, es fácil confundirse y no ver más que una sucesión de personajes con los que estamos totalmente familiarizados vivir unas aventuras que por diversos motivos no se pueden contar en sus propias colecciones: de hecho, creo que eso es algo que hacemos todos (está claro que La Primera Familia son Los 4F con un lavado de cara, o que Victoria Alada o El Confesor huelen a Wonder Woman y Batman desde lejos, y es imposible ver a Samaritano y no pensar en Superman -ey, yo mismo lo he hecho unos párrafos más arriba-). Sin embargo, una vez el lector deja de jugar al quién es quién con los personajes y permite que estos le muestren su trasfondo y personalidad es cuando la colección verdaderamente despega y se convierte en, sí, un tratado de lo que son los cómics de superhéroes y los elementos que los han hecho grandes, pero también en una historia coral sobre gente con poderes y gente sin poderes que tiene que vivir con gente con poderes; y ahí es donde Astro City se revela como una fuerza imbatible.
Decía que es injusto limitar la obra por su carácter nostálgico, y desde luego no es algo gratuito: ¿acaso se han escrito muchas historias últimamente a la altura de Confesión? ¿Cómo podríamos definir ese efecto enganche que hace que celebremos cada aparición de nuestro personaje favorito como si fuera un regalo? ¿Cómo no encariñarse con ese supervillano al que nunca dejarán retirarse del todo, o con esa niña que nunca ha conocido la vida más allá del seno de su superheroica familia, o con el chaval que llega a la ciudad persiguiendo sueños de capa y aventuras? ¿Cómo no fascinarse ante la habilidad con la que, poco a poco, vamos descubriendo como el verdadero protagonista principal de la función es la propia ciudad, sus peculiaridades, su pasado, sus infinitas posibilidades?
Así, y para que quede claro, mucho más allá de un canto a épocas pasadas o una glorificación de los parámetros principales del género, Astro City es, por encima de todo, un magnífico tebeo de superhéroes, escrito con respeto y cariño, claro, pero también con pasión, con alma, con la intención de contar las mejores historias posibles.
Como debe ser, añado.
3) Historias de Astro City (o... ejem, Historias de Astro City).La publicación de Astro City no ha sido, lo que se dice, regular: cambios de editoriales, publicación serializada en algunas ocasiones o en formato miniserie en otras, con parones que llegaron a dilatarse durante años. Así, nos vamos ya a casi veinte años desde la aparición de aquel primer número que anticiparía todo lo que estaba por llegar.
Este es el resumen de esos veinte años de historias.
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Astro City 1: Vida en la Gran Ciudad.La primera miniserie, que marcaría el camino a seguir, define perfectamente la obra y sus virtudes. A lo largo de seis números tendremos nuestra primera toma de contacto con la ciudad y sus habitantes, con Samaritano y su ajetreada vida superheroica, con Jack Caja de Sorpresas y el
voyeur que descubre su identidad de forma casual, con Colina Sombría, un barrio a las afueras de la ciudad con sus propias reglas, con el irritante Fanfarrón y un extraterrestre con malas pulgas, o con la superheroina más famosa de Astro City y la noche en que aceptó tener una cita con el superhéroe más famoso de la ciudad.
Aunque probablemente mi favorita sea la historia en que un joven periodista recibe una lección de esas que no se aprenden en las escuelas.
Y entre medias, vamos descubriendo a La Guardia de Honor, a La Primera Familia y en general a muchos de esos personajes que más adelante tendrán su momento.
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Astro City 2: Confesión.Ya convertida en serie regular, la celebración llega con su primera historia larga: un joven llega a la ciudad con toda la ilusión del mundo y no sólo consigue ver superhéroes, sino que se convierte en el
sidekick de uno de ellos. Magníficos personajes y una trama llena de tensión y sorprendentes giros que convierten esta aventura en la que me convenció del todo de que esta colección iba a ser una de mis predilectas sí o sí.
Para redondear el recopilatorio se incluye el hermosísimo número unitario "Sentirte Cerca", en el que un hombre sueña todas las noches con la misma mujer sin saber por qué.
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Astro City 3: Álbum de Familia.En estas historias cortas (de uno o dos números) se sigue jugando con algunos de los personajes más populares de Astro City: tenemos una historia en la que una familia recién llegada a la ciudad se encuentra con La Guardia de Honor y una crisis de proporciones épicas que no parece preocupar al resto de la gente; conocemos a Astra, la más pequeña de La Primera Familia y su curiosidad sobre cómo será ser una persona normal; nos encontramos con "Les Enseñaré a Todos", otra de las historias más aclamadas de la serie, en la que un veterano criminal se enfrenta al vacío de haber conseguido dar el golpe perfecto; asistimos a una aventura protagonizada por Jack Caja de Sorpresas en la que se topa cara a cara con su propio futuro; y descubrimos a Looney Leo, un personaje de dibujos animados que cobra vida por accidente y experienta lo voluble que puede ser la fama.
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Astro City 4: El Ángel Caído.O la segunda historia larga de la serie. Un relato clásico de perdedores y de gente sin suerte materializado en Acero, un antiguo supervillano que tras cumplir sentencia sólo quiere que le dejen en paz y se encuentra con que el pasado no es fácil de dejar atrás.
Por explicarlo de otra forma, imaginese el lector a un Robert Mitchum con superpoderes protagonizando Carlito´s Way. ¿Ya?
Pues algo así.
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Astro City 5: Héroes Locales.Ya recuperando el formato miniserie del principio, este volumen vuelve a la idea de "Álbum de Familia" centrándose en esta ocasión en la gente de a pie, los habitantes corrientes de una ciudad plagada de gente con superpoderes: el portero de hotel que tuvo oportunidad de ser héroe por un día, la guionista de cómics que tiene que lidiar con un editor charlatán y trafullero, el actor de culebrones que, para su desgracia, descubre lo que es convertirse en su propio personaje, la "novia de superhéroe" más pesada de todos los tiempos, la adaptación a la vida rural de una chica que se ha criado en la ciudad más impresionante del planeta, las vicisitudes de un abogado al que le toca un caso difícil y una situación más difícil aún, y la última carga de un superhéroe anciano y retirado del que ya nadie se acuerda.
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Astro City 6 y 7: La Edad Oscura.O lo que es lo mismo, la historia más ambiciosa de Astro City hasta la fecha. Cinco años se tardaría en finalizar este proyecto, materializado en forma de cuatro miniseries de cuatro números cada una.
La Edad Oscura narra, por fin, aquellos años 70 a los que tantas veces se ha hecho referencia en volumenes anteriores. Guerras de bandas, amenazas apocalípticas y, por fin, la revelación de qué fue lo que ocurrió con El Agente de Plata, tema recurrente de la serie que nunca se había explicado. Todo ello homenajeando aquel endurecimento de los héroes y sus tramas que pondrían de moda Moore y Miller a mediados de los 80 en los cómics y utilizando a dos hermanos huérfanos como narradores.
Ni siquiera el que el último tramo de la historia presente signos de agotamiento es obstáculo para que ésta sea una de las joyas de la corona de la colección.
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Astro City 8: Estrellas Resplandecientes.Reconozco que durante bastante tiempo estuve convencido de que éste sería mi último contacto con Astro City, con sus personajes, con esa maravillosa ciudad. Y no habría sido una mala forma de acabar, todo sea dicho.
Cuatro historias de primer nivel protagonizadas por algunos de los mejores personajes que ha dado la serie en todos estos años: Samaritano, sentado a la mesa de su temible archienemigo, Belleza, la enigmática miembro de la Guardia de Honor en busca de su pasado, Astra y la celebración de su Graduación, y el épico viaje del Agente de Plata a través del espacio-tiempo.
Afortunadamente, los rumores de la muerte de Astro City eran exagerados. La colección sería absorbida por el sello Vértigo que ofreció a los creadores la posibilidad de continuar narrando sus historias, esta vez en forma de serie regular. El que podamos seguir disfrutando de ese pequeño universo es, sin lugar a dudas, una gran noticia.
4) Se apagan las luces, se baja la persiana, silencio.En los años que llevo en este foro, uno de mis temas recurrentes ha sido recomendar Astro City. No como obra maestra del género, o como tebeo destinado a cambiar el medio. Pero sí como una obra muy especial. Habrá quien se acerque a estas historias y salga decepcionado por su clasicismo, por su revisionismo o símplemente porque no disfruta de su lectura. Pero si este tebeo te atrapa, si consigues que te deje llevar... Es que hablamos de una obra muy especial, de una celebración de los cómics de superhéroes, incluso de un homenaje a los lectores que alguna vez han soñado con vivir en una de estas ciudades ficticias llenas de héroes de papel. Pero ante todo, hablamos de buenas historias, de buenos personajes, de ambición para intentar narrar las mejores aventuras posibles y de humildad para no dejar que esa ambición las eche a perder. De lo que siempre deberían ser los cómics de superhéroes, en definitiva, y de lo que a menudo ya han dejado de ser.
Merece la pena probar, lector. De verdad.
Por eso somos unos cuantos los que nos hemos quedado a vivir en Astro City para siempre.
(Y aprovechando la situación, me tomo la libertad de enlazar
la magnífica entrevista que Raúl López y Alberto Morán realizaron hace unos años a Kurt Busiek y Brent Anderson en la que los autores comparten interesantes anécdotas y detalles sobre la concepción de esta obra)